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La noche de Güemes: Fiesta, descontrol, pocos protocolos y avalancha humana

Descontrol en Güemes: "Cuando me caí pensé que iba a pasar como Cromañón"

Agnoticias receptó el duro relato de una chica que contó lo que sucedió anoche en Güemes, el boliche de las afueras de la ciudad. Descontrol, aprietes, avalancha humana y pocos protocolos.

Avalancha humana, apriete, personas asfixiadas y descontrol, así se resume la noche de Güemes República. La noche de Alta Gracia suma una nueva aparición en los medios locales.

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Las puertas del bar-boliche emplazado sobre Ruta C-45 abrió sus puertas el sábado para lo que iba a ser el festejo de Halloween. «Babayaga» el nombre de la fiesta que se vendió desde hace semanas.

AGNoticias pudo dialogar con una joven que vivió en carne propia el infierno. Todo se habría iniciado cuando empezó a caer la lluvia y la gente intentó entrar para refugiarse.

«Querían entrar y empezaron a empujar» comentó. Comenzaron a apretarse y allí empezaron los problemas, se caían y se formó una avalancha humana.

La situación se tornó totalmente abrumadora, según indicó la fuente: «me empecé a asfixiar por el calor, los empujones y el aplastamiento». La desesperación era tal que sintió como si estuviese en Cromañón.

«Cuando me caí pensé que iba a pasar como Cromañón»

Relató la joven

Según precisó quien se encontraba en la fiesta la gente del VIP habría comenzado a arrojar botellas de vidrio contra la gente en pleno momento de descontrol.

También denunció el escaso control, «había como cinco policías pidiendo documento y seguía habiendo menores adentro» comentó.

Caos, descontrol y la necesidad de más regulaciones y acatamiento

Esto fue el relato de una joven que vivió en carne propia lo que aconteció anoche. Aún no hay un comunicado oficial por parte del bar-boliche que se autoproclama en su cuenta de Instagram «#LugarSeguro».

Sin embargo esta situación vislumbra lo que ya viene sucediendo con la noche en la ciudad, poco control, una consciencia social que deja mucho que desear y la necesidad de algunas regulaciones.

No es novedad que a este tipo de establecimientos asisten e ingresan menores que no deberían hacerlo. Y en esta problemática no basta con apuntar a la Policía, a los dueños a los propios menores; hay una complicidad que involucra a todos los que avalan, aceptan y llevan adelante esto.

Todo esto, sin hablar sobre la venta de alcohol a menores de 18 años. ¿Se pude documentación para venderles alcohol a los menores, o ya es cosa del pasado?

Aún resta esclarecer la cantidad de gente que había anoche, pero claro está que pocos no eran.

Según se pudo saber tres personas debieron ser asistidas por los servicios de emergencias tras la avalancha.

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