Don Pepe y Don José se juntan por las tardes a charlar un rato. Luego de darse una vueltita por el barrio, y de conversar con uno y con otro, se enteraron de algunas cositas..
¿Cómo lo está tratando el frío, Don Pepe? Lo que es yo, sin un vasito de grapa, no paso el invierno…
Usté siempre le encuentra una excusa para mandarse un trago, Don José. No le eche la culpa al frío. Igual, diga que uno se entera de algunas cosas que igual lo calientan…
¡No! -exclamó Don José- ¿De qué se enteró? Porque mire que yo estos días escuché cada cosa que es para caerse de culo. Y todas relacionadas con las elecciones del otro día, y con las que vienen.
Capaz que sea lo mismo que me contaron… ¿Supo lo que pasó en La Bolsa el día de las elecciones?
Siii, me contaron que como dijo un ex presidente, «pasaron cosas», y que poco habrían tenido que ver con las sanas costumbres democráticas que algunos enarbolan, pero no le dan bola (¿vió? me salió el versito), dijo Don José.
Don Pepe apuró otro trago de grapa para aclarar la garganta y dijo: lo mismo me contaron. Que cuando ya estaba cerrada la escuela y con mucho prepo, entraron a meter mano en el escrutinio algunos políticos y allegados vestidos de amarillo. Que a uno incluso lo echaron a los empujones, pero los otros se quedaron. Y que luego de eso, salieron diciendo que habían ganado…
La gente es mala y comenta, Don Pepe… no creo que abogados y referentes políticos se metan en esa… ¡Mire si van a andar marcando votos para anularlos! Yo sinceramente no le haría caso a esos rumores…. ¿al final esa lista ganó por un voto, no?
Si, Don José, pero no me haga caso, capaz que todo fue mentira y que los que entraron no entraron y los que los vieron no los vieron… como usté dijo, la gente está al vicio, es mala y comenta.
Pasando a otro tema. ¿Supo que el otro día hubo cumpleaños?
No, no me invitaron. ¿De quién?
Resulta (Don José bajó la voz porque por la cocina la doña había empezado a ver la novela) que cumplió sus 50 la máxima referente juecista en Alta Gracia. Y por supuesto, invitó a todos sus compañeros de alianza. Estaban casi todos….
Me interesa, cuente, cuente, no me deje con la intriga, Don José…
Y… estaban casi todos: Amalia… la Chochi… Sala… Vera… Jean… todos festejando y hasta haciendo el trencito….
¡No quiero ni pensar quién era la locomotora!
¡No sea pavo, que le estoy contando algo en serio! Me cuentan que mientras algunos comieron sanguchitos, otros se inclinaron por los dulces.
O sea, que ni en eso se terminaron de poner de acuerdo. Juntos, pero cambiando de gustos. Pero dígame, ¿no faltaron algunos referentes?
Y.. si, usted está bien despierto. El candidato de siempre no estuvo. Se fue a esquiar. Y una concejal estaba invitada pero se disculpó porque tenía que ir a construir territorio para Larreta.
¿Y dígame, esto fue en una casa? Porque hay otros que se reúnen a tomar café. Y la gente empieza a hablar…
¡Ahhh ya sé! La prima de la esposa de mi sobrino me dijo que los vio. Un tribuno de cuentas y el presidente de un partido, charlando animadamente. Un peronista y un radical, vea. Me dijeron que por debajo de la mesa asomaban las agujas y la lana…. Pero no me haga caso, capaz sean habladurías y no estaban tejiendo nada…
¡Usté siempre tira la piedra y luego se va!, no sea malo y la próxima cuente todo. Bueno, amigo, la patrona me llama desde la cocina y no es cuestión de no darle bolilla. La seguimos otro día.
Y los amigos se despidieron no sin antes darle un último besito al vaso de grapa. Que en definitiva el chisme había calentado el ambiente, pero no la nochecita….
Bueno, los dejo. Buena semana para todos. Traten de ser felices, de entender que esto no es para calientes, y de encontrarle el lado amable a la vida. Que amargados y caracúlicos hay demasiados por la calle.
