Por María Julia Masciotta (especial para La Vida Misma)
TERAPIA INTENSIVA
Caminando solitaria y pensativa observo un lugar frio donde conexiones, cableados y medicación artificial buscan mejorar la salud del humano; en ese espacio lo aíslan de la realidad, observas la luz al final del túnel y la vida física pareciera apagarse. Allí sonidos repetitivos de monitorización, silencios, luces y vigilancia continua están para sostener cuerpos débiles que presentan cuadros de extremo cuidado, veo cuanto desconsuelo gira en ese entorno.
Padecimientos crónicos, pensamientos nefastos, emociones no expresadas; alimentación viciada, acumulación de datos no procesados, palabras negativas, relaciones frustradas; stress acumulado e historias no resueltas afectan el cuerpo, la mente, el alma, lo sólido, lo interno y los sistemas orgánicos se enfadan con el humano desordenado que no sostiene coherencia en su crónica diaria.
La tristeza se agudiza, la angustia se instala en su sistema respiratorio y el virus ataca. Lo dejaron entrar, parece que lo esperaba y en su lecho de la terapia intensiva los pulmones gritan y piden auxilio; su sistema inmune se dejó invadir y rivales de todo tipo atacan sin piedad. Ya no distingue ficción de existencia, ese ser pareciera entregarse, respirando agitadamente e inconscientemente desea incorporar calidad en su vida.
Atender nuestro cuerpo
Esa maravillosa máquina articulada que nos regalaron al gestarnos va regulando sistemas celulares que se agotan o deterioran por el maltrato ofrecido por el humano que transporta ese cuerpo físico. Como todo motor necesita atención, las distracciones provocan accidentes; y si abandonamos la materia ésta se desvanecerá o enfermará para que pongamos nuevamente interés en nuestro bienestar; estar pendientes y escuchar atentamente las señales que da nuestra consciencia del aquí y ahora, nos dará chance para embestir a tiempo cualquier tipo de virus.
Tal vez el tema sugiere una reflexión especial, ya que últimamente “ESE BICHO” observa detenidamente a quienes están más vulnerables emocionalmente en estos tiempos. Y la debilidad y la falta de aire se apodera de algunos humanos que marchan sonámbulos, entretenidos con tanta información, apagados por el miedo y sumergidos en tristezas no gestionadas. Los virus y las bacterias siempre encontrarán donde sumergirse y dejar su huella.
Invito y acompaño -si así lo desean- a buscar tiempos y espacios de CALIDAD HUMANA, CALIDAD RELACIONAL, CALIDAD ALIMENTICIA, CALIDAD EMOCIONAL, CALIDAD DE PENSAMIENTOS, tan IMPORTANTE es saberse capaz de escuchar y sentir el PROPIO CUERPO.
PREGUNTO:
¿Escuchás tu cuerpo?
¿Sentís internamente donde se instala una emoción?
¿Cómo gestionás algo que te incomoda?
¿Ves en tus contextos situaciones que no te complacen?
¿Hablás a tiempo cuando algo no te agrada?
¿En qué espacios y con quiénes sentís que padecés de stress?
Tanto hay para conversar de este y muchos temas más. Convoco como siempre a modo de “PAJARO CARPINTERO” que seamos más dóciles y permeables de contenidos más optimistas, vibremos en una energía más auténtica.
¡¡GRACIAS COMO SIEMPRE POR ESTAR ALLI!!
AiramAiluj 2021