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¿Vos cómo lo ves?

¿Vos como lo ves?. Hoy: «San Valentín, ¿Qué estamos festejando?»

¿Vos como lo ves?. Hoy: "San Valentín, ¿Qué estamos festejando?"
Lic. Patricia Orofino (*) Psicopedagoda Psicoterapeuta Familiar
Mat. 5108-76

¡San Valentín! ¡Qué banal parece en este momento escribir acerca de este tema, cuando todavía tenemos en la memoria un hecho tan trágico, como lo es la violencia y el asesinato!

¡Justamente el reverso del amor!

Uno espera que a partir de una condena de perpetua en cinco casos, sea ejemplificadora y aminoren los hechos aberrantes de violencia. Pero lamentablemente, continúan en una escalada que pareciera no terminará nunca. Y más aberrantes y siniestras aún, cuando son los padres los que abusan y matan a sus hijos. ¿Dónde habrá quedado el amor?

Pero este mundo que habitamos… es así. Hay violencia, pero afortunadamente… también hay amor. Y para festejarlo, hay un día de “los enamorados”

¿Quién no ha sentido esa chispa, esas mariposas  todo el tiempo, que nos hacen palpitar el corazón a mil?

En ese estado de enamoramiento idealizamos ese amor, lo celamos, nos obsesionamos… pasamos de la euforia absoluta al bajón más intenso en tan solo unos minutos. Y se sufre si no nos llama; nos preguntamos… «¿qué pasará?”; “seguro ya no me quiere”.

Es un estado en el que el deseo predomina, y la ilusión es como un canto de sirena… que le imprime un velo mágico a esa persona, para ver lo que queremos ver.

El amor tiene sus contradicciones. Nos pasa a veces de comportarnos como no hubiéramos deseado hacerlo y otras, soportar lo indecible para sostener un amor que creíamos verdadero.

En Egipto desde hace 3.500 años se decía que el amor puede ser una enfermedad. En la Edad Media, si no había celos, se consideraba que no había amor.

Los poetas hablaban en sus versos de “estar enfermos de amor” y que ni todos los médicos con todos sus remedios, podrían curar la locura del amor.

“La perfección del amor es morir por amor” esta frase es del filósofo suizo Denis de Rougemont quien a su vez, buscaba la respuesta al por qué de semejante contradicción: ¿Cómo es posible que en el mismo acto de amar subyaga la idea de poder dañar?

Tal vez se refería a que los problemas derivados del amor… un corazón roto, los celos patológicos, las obsesiones y la violencia separan con una línea muy fina, el amor sano del que no lo es. Y de ninguna manera todo eso es una condición del amor.

Durante siglos, se creía que cuanto más sufrido y tempestuoso, el amor era más fuerte y verdadero.

Esta concepción que parece que aún persiste en muchos vínculos de parejas, sostiene el patriarcado a través de relaciones desiguales.

En los cuentos que leíamos en la infancia… la Cenicienta, la Bella Durmiente, por nombrar algunos, veíamos a bellas jóvenes que esperaban a un hombre apuesto que les solucione los problemas y que las rescate, generalmente de una vida pobre o de una mala madrastra.

En la película “Mujer Bonita” sucede exactamente lo mismo que en aquellos cuentos. Vivir a la espera de que algo así suceda o como Penélope, que estuvo cincuenta años tejiendo y esperando a que su Ulises volviese de sus batallas.

¿Tiene que ser así el amor? ¿Es verdad que tengamos que ser rescatados por él?

El amor se va construyendo de a dos… día a día. Es un involucrarse ambos sin que ninguno tenga que ser rescatado.

¿Por qué creemos que para amar hay que sufrir? ¿La pasión habilita cualquier maltrato?

No es cierto que quien te trata mal, es por tu bien. Podemos alejarnos cuando algo nos duele.

El buen amor no debe atarnos, ni obligarnos a tropezar cien veces con la misma piedra. Si alguien que te quiere, te hace llorar… no sabe quererte.

“Cuando te aman con obstáculos, con peros, con muros… hay que salir de ahí», comenta la escritora Coral Herrera

Claramente sabemos que hay un “mal amor”.

El que denigra, somete, agrede… el mal amor es sufrimiento, dolor y sacrificio. Y si se insiste en sacrificarse por amor, acabamos perdiéndolo. Recordemos que el amor no se mendiga, pues así se pierde la dignidad.

Ha tenido que pasar mucho tiempo, muchos sinsabores y cambio de modelos mentales, para que nos animemos a amar sin prejuicios. Si bien los tiempos han cambiado y se evoluciona hacia un nuevo paradigma, aún en muchos casos, se sigue amando en función de mitos y estereotipos.

¿Es verdad que el amor todo lo puede?

Lamentablemente podemos estar años en un tipo de relación en las que no nos sentimos queridas pero “se aguanta” porque el amor todo lo puede.

Pero el amor no puede con la violencia, la desigualdad, el machismo. No transforma a las personas violentas en pacíficas.

En este San Valentín podríamos regalarnos el reflexionar acerca de lo que significa “el amor bueno”.

Es aquel que, cuando nos amamos con ternura, cuando nos sentimos libres de desarrollar nuestro potencial en pareja, y el que nos ayuda a disfrutar de los momentos de la vida, sin necesidad de herirnos.

Aquel que está dispuesto a aceptar errores; perdonar y ser perdonados y cuidarnos mutuamente.

«Es no necesitar del otro sino desearlo y saber que sin esa persona podemos vivir igual, pero que aun así, elegimos hacerlo con ella» . Gabriel Rolón

Y San Valentín será también un día especial para aquellos que no están en pareja pues el amor es abierto, diverso y no puede reducirse solo a la pareja.

Somos seres sociables que nos necesitamos para hacer nuestra vida más feliz, por lo que todos los afectos nos nutren.

Rescato el decir del filósofo Francis Bacon:

 “La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad”

La amistad es el mayor complemento para el amor.

El enamoramiento es la chispa que prende el amor, pero si no le arrimamos leña al fuego, se apagará muy pronto y aparecerá el aburrimiento; la rutina, la desmotivación y se perderá la paciencia y el respeto.

Al amor hay que cuidarlo.

                                                                                 ¡Hasta el próximo encuentro!

                                                               ¡¡Brindo por todos los amores de nuestra vida!!

nakasone