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Recuperaron al nieto 126

La llegada de un nuevo nieto se celebra puertas adentro.

En la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo conocen largamente que los protocolos de cada recuperación de identidad está marcada por las particularidades de la persona, hoy cercana a las cuatro décadas de vida, que decide conocer su historia.

La apropiación de hijos de desaparecidos y asesinados durante la última dictadura cívico-militar en el país disparó no sólo la creación de la organización, sino todo un sistema para, por caso, reconocer a casi quinientos niños que atravesaron por la situación de ser separados de sus padres.

En la lista, que este martes se amplía oficialmente a 126 en la historia, la inició el reconocimiento de Emiliano Damián Ginés Scotto, de padres desaparecidos, quien ingresó como NN al Hospital de Niños de La Plata y falleció el 1º de septiembre de 1978. Fue el primer nieto recuperado, tragedia mediante, al dar con su identidad.

De allí en adelante, inclusive antes de la llegada de la democracia, casi todos los años hubo felices anuncios de este tipo: dos en 1979 (los hermanos Julien Grisonas, secuestrados en Buenos Aires y abandonados en una plaza en Santiago de Chile) y otros dos en 1980.

La llegada de Raúl Alfonsín a la presidencia, Juicio a las Juntas mediante, abrió las puertas y fueron los años donde más nietos fueron reconocidos: ocho en 1983 y otros doce en el ‘84, el período de más anuncios, que no se detuvieron desde 1993 a la actualidad.

No fue menor en el proceso la creación del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), surgido en 1984 a través del Programa de Ciencia y Derechos Humanos de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Su origen tuvo como argumento de partida la desconfianza de los familiares de las víctimas de los peritos oficiales.

Como complemento y disparador en el facilitamiento de las identificaciones, en 1987 se fundó el Banco Nacional de Datos Genéticos, que preserva muestras de sangre de familiares de niños desaparecidos o posiblemente nacidos en cautiverio y mediante el cual un grupo de genetistas estableció un nivel de “probabilidad de abuelidad”.

En ese contexto se conocen detalles del nieto 126.

nakasone