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«Recién ahora tomo conciencia». el valiente relato de la remisera que ayer detuvo a un ladrón

"Recién ahora tomo conciencia". el valiente relato de la remisera que ayer detuvo a un ladrón

Ayer dábamos cuenta de una aprehensión civil de un ladrón, ocurrida en pleno centro de nuestra ciudad. Lo hicimos basándonos en la brevedad de un parte policial poco explicativo. Hoy, la protagonista principal de aquella noticia, la remisera que detuvo al ladrón, lo cuenta en primera persona.

Atrapar al ladrón. No es sencillo lograr la determinación para realizar una aprehensión civil. La víctima del delito, las más de las veces, entra en pánico o cuando menos queda paralizada sin saber cómo reaccionar. No fue éste el caso.

Este es el relato de Mariela (su nombre real es otro, pero lo resguardaremos por seguridad), la remisera que junto a un compañero de trabajo, persiguieron y redujeron al ladrón.

Fue muy feo lo que viví, y creo que es bueno compartirlo para que la gente esté atenta a estos arrebatos. Ayer sábado por la mañana me encontraba en el horario laboral, a bordo del remis que conduzco. Estaba en calle Liniers casi España, donde solemos esperar viajes.

Fue entonces cuando sentí que una persona se acercó bruscamente, y comenzó a forcejear conmigo para robarme el celular. Luego de un rato, me dobló la mano y logró su cometido. Era un hombre fornido, que me exigía a los gritos que le diera el celular y en determinado momento hasta amagó con sacar algo de su cintura, a modo de amenaza. Finalmente pudo arrebatármelo de las manos y escapar.

Inmediatamente de sucedido el hecho di alerta a la base y comencé a seguirlo en el auto, ya que vi que salió corriendo por calle España. En ese momento pensé que era factible encontrarlo en la zona de calle Urquiza. Fue así que fui hasta calle 3 de febrero . Llegando al semáforo de Arzobispo Castellanos, logro ver a esta persona, que ya se había sacado la gorra y la campera.

Lo alcancé, bajé del auto y comencé a correrlo. Creo que nunca pensó que iba a hacer eso. Cuando lo alcancé, lo agarré y a los gritos le pedí que me devolviera el celular. Primero se negó, pero ante mi insistencia, me terminó diciendo que lo había tirado media cuadra antes. Pedí ayuda a la gente que pasaba, pero nadie se paró a ayudarme.

Hice que buscara y alzara mi celular y lo retuve hasta que llegaron mis compañeros y la policía. Luego, me llevaron a declarar a la Unidad Judicial de calle Franchini y a él, deduzco que a la comisaría.

Lo que pasó fue horrible; ahora lo pienso y sé que podría haber sido peor si me lastimaba. Recién ahora tomo conciencia. Me dejó doliendo un dedo ya que me los torcía hacia atrás para que lo soltara.

La verdad es como que recién ahora, al contarlo, estoy entrando en razón de lo que hice. Como dije antes, podría haber sido peor todo eso. Mis compañeros me lo remarcaron y ahora veo que tal vez tienen razón, aunque no me arrepiento de haber luchado por lo mío. Pero gracias a Dios no paso a mayores.

Si decidí contarlo es buscado que sirva para que tomemos más precauciones y estemos atentos siempre ante este tipo de personas.

Foto de portada: de archivo, a modo ilustrativo

Información suministrada por la Oficina de Prensa de la Departamental Santa María.
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