AG Noticias
Deportes Alta Gracia

Abrazo de gol al cielo: falleció el recordado José Windauer

Abrazo de gol al cielo: falleció el recordado José Windauer

El viernes, a los 89 años y en su Villa La Bolsa querida, falleció José Windauer. El «alemán» fue el goleador histórico del viejo Sportivo Alta Gracia en los campeonatos de Liga Cordobesa de Fútbol.

La noticia de su fallecimiento impactó a todos quienes conocieron a José, e incluso fue motivo del pedido de un minuto de silencio en su memoria durante la asamblea de vecinos de Villa La Bolsa el sábado por la mañana.

Fue un jugador icónico de mediados del siglo pasado en Sportivo. Supo vestir su camiseta durante muchísimas temporadas para convertirse en un temible romperedes junto a compañeros como por ejemplo el «Chueco» Feliú, por nombrar solo a uno de ellos.

En su homenaje, recordamos el capítulo que Juan Carlos Gamero le dedicó a José Windauer en el libro «Postales de Ciudad», hace un par de años. Que el documento periodístico sirva para mantener viva su memoria como uno de los más grandes jugadores que transitaron nuestras canchas a lo largo de la historia.

Romperredes

Los complicados rincones de Florencio Varela lo vieron jugar todos los días en sus potreros. De abuelo alemán, padre yugoslavo y madre rumana, aquel pibe rubiecito de buen físico, a quien apodaban “Sarlanga” en homenaje al gran goleador de Boca salía a la cancha luciendo una boina blanca, imitando al gran Severino Varela, otro ídolo xeneize.

Allá en los arrabales de la gran ciudad se fundó el Club Germania donde se practicaba todo tipo de disciplinas. Allí hizo gimnasia, practicó argollas, paralelas y hasta pesas. Luego, se iba de nuevo al potrero, donde jugaba campeonatos de “cabecitas” con sus amigos.

Tal vez poco se imaginaban que ese rubiecito, con el paso del tiempo iba a aplicar todos esos conocimientos en una cancha profesional, y vistiendo una camiseta oficial.

Allá por los años 50, Sportivo Alta Gracia participaba en los certámenes de la Liga Cordobesa de Fútbol. Gran animador de los campeonatos de ascenso, el equipo de nuestra ciudad lo vio lucir en su delantera.

José Windauer, a él nos estamos refiriendo, fue un símbolo de aquellas grandes formaciones sportivistas. Llegó al club de la mano de Don Angel Díaz, que se había cansado de verlo hacer goles de cabeza en los campeonatos de barrio. En el equipo lo recibió el Maestro Bútori, que era el técnico.

Luego de su debut en Primera en un amistoso, nunca más dejó de estar entre los once de inicio. Poco le cuesta recordar la primera formación de Sportivo en la que estuvo presente: Albarracín; Morcillo y Escudero; Ricio, Canelo y Fernández; Heredia, Windauer, Carballo, Britos y Feliú.

“Heredia era La Milonga, padre de La Milonguita. Fue internacional a los 17 años, jugó en Ferro; Carballo era la “Chancha” que venía de Belgrano. Yo jugaba de “ocho”, de peón de brega al lado del centrojás. Con la Milonga y con el Chueco Feliú me cansé de hacer goles de cabeza. Tiraban los centros perfectos”.

La técnica del cabezazo se la dieron su astucia y el potrero. “Me paraba al borde de las 18. No me ponía en la montonera. Picaba unos metros atrás y saltaba como un resorte. Esa es la forma de cabecear. Además te permite tener buena visual de la jugada”, explica Windauer con la simpleza que tiene el fútbol mismo.

José Windauer jugó hasta principios de los sesenta. Solo contando los oficiales, y sin tener en cuenta los partidos amistosos, convirtió más de 200 goles. De ellos, por lo menos setenta fueron de cabeza. Con la técnica que le dio el potrero de aquellas villas de Florencio Varela y las enseñanzas gimnásticas recibidas cuando apenas era un niño.

nakasone