AG Noticias le da la bienvenida a una nueva sección que buscará contar las historias de aquellos altagracienses viviendo en diferentes partes del mundo. En esta ocasión, dialogamos con Rocío quien hace cuatro años que vive en Europa y el año pasado la llamaron para formar parte de este histórico que transita por las vías europeas.
AG Noticias le abre sus puertas a una nueva sección en nuestro portal informativo bajo el nombre «Altagracienses por el Mundo». Un espacio dónde buscaremos acercarles a los lectores historias de vecinos, amigos o familiares que dejaron su ciudad natal y que ahora están viviendo diferentes experiencias alrededor del mundo. En esta oportunidad, conocemos más a la altagraciense Rocío Faria.
El objetivo de muchas personas es armar sus valijas y abandonar las exigencias de la rutina diaria para buscar un nuevo rumbo en la vida. Si bien algunos sencillamente lo imaginan, otros se ponen manos a la obra y lo concretan. Este es el caso de Rocío, oriunda de la localidad de Despeñaderos que transitó su niñez y adolescencia en nuestra provincia.
La idea de viajar siempre estuvo presente en su mente y cobraron más fuerza cuando empezó a darse cuenta que deseaba independizarse. «Desde muy chica siempre quise vivir sola. Sufrí mucho la separación de mis papás, entonces cuando aparecio la oportunidad de emigrar a Europa, no lo dudé ni un segundo. Fue la primera vez que tomaba un avión pero con miedos y todo me fuí, lo hice por mi».
En total, hace cuatro años ya que dejó Argentina. En junio del año 2019, voló hasta Italia para realizar el pasaporte italiano. Después de bastante tiempo, lo consiguió y se fue a vivir a Irlanda. «Lo hice porque quería aprender inglés y la pregunta de por qué no hacerlo estaba siempre en mi cabeza, así que me animé. Luego de llegar a Italia para conseguir la nacionalidad, le perdí el miedo a todo».
Actualmente vive en Venecia hace apróximadamente un año y medio debido a que fue seleccionada para trabajar en el mítico tren del «Orient-Express». Pero eso es algo que contaremos más adelante.
Pandemia del Covid-19 en Europa
Cuando la joven arribó a Dublín en 2019, consiguió trabajo como moza. Este fue el primer lugar donde le dieron el «Ok» con todos sus papeles legales en Irlanda para poder trabajar y aportar a este país. «Además de que a fin de año, llegado el momento, me regresarían los impuestos que pagué durante el año. Acá se hace como debe ser no como en nuestro pais, donde lamentablemente no pasa».
Desafortunadamente, en marzo de 2020 declararon el confinamiento obligatorio y todos aquellos que emigraron se encontraban preocupados debido a que las fronteras se cerraron por completo. «No había trabajo para nadie, excepto para los que teníamos todos los papeles legales y al día. Nos pagaban semanalmente para todo lo que durara el confinamiento».
A pesar de todo, sostuvo que personalmente no tuvo una experiencia catrastófica con la pandemia, pero sí es consciente de lo vivido por los demás extranjeros. «Yo lo llamo destino porque hubo mucha gente que se tuvo que volver a su país con sus sueños rotos ya que no se podía hacer nada. En mi caso, más allá de que extrañaba a mi familia y tal, vivía con mucha gente y el gobierno me protegió«.
Todos los trabajos que realizó desde que emigró y su perseverancia por superarse
Al llegar a Europa, Rocío tuvo que ejercer diferentes trabajos para ganarse la vida en este continente. En un primer momento, trabajó en una granja como voluntaria alimentando animales, cosechando olivos y cuidando a un bebé. «Me daban una cama y de comer a cambio de todo esto. Fue la vitamina que necesitaba en momentos de nervios como lo fue todo el proceso del pasaporte».
Luego en Irlanda empezó a trabajar en un bar irlandés como moza. Experiencia que le hizo aprender el inglés a la fuerza.
Después de la pandemia, arrancó en una Fábrica de Dumplings que elabora este tipo de comida asiática. Este fue su primer acercamiento a la cocina.
Posteriormente trabajó en un Hotel 5 Estrellas como ComiChef. «Se trata de un asistente profesional de cocina que trabaja bajo la supervisión del chef. De ahí fuí escalando a Chef de Partida y tal. Me ayudó mucho a mejorar todo lo que sé hasta hoy de cocina«.
Un sueño cumplido: formar parte de la cocina del Expreso de Oriente, el tren que es una leyenda sobre rieles
Cuando hablamos del tren del Expreso Oriente, hablamos de una obra de arte en sí misma. Cuenta con encantadoras cabinas al estilo clásico, cocina gastronómica con deliciosos tés y exquisitas cenas de cuatro platos, junto con entretenimiento en vivo a bordo hacen que un viaje en este tren icónico sea una de las experiencias para viajar más excepcionales del mundo.
Es en las cocinas de este asombroso lugar es donde Rocío quedó seleccionada el año pasado para formar parte. «Nunca me lo espere. Después del año pasado me dieron un reconocimiento al mejor desempeño y crecimiento laboral«.
Gracias a este último hecho, este año a la joven la volvieron a convocar para volver a ser parte del equipo de una de las cocinas del tren más famoso del mundo. A esto hay que agregarle que, hasta el momento, Rocío es la única mujer que trabaja en este sitio. «Cuando salimos de viaje con el tren que son 3 o 6 días, a veces hasta 10, tenemos nuestras cabinas, duchas y tal. En el momento en el que el tren se detiene, yo tengo mi casa que me la administra la compañía».
Así, nunca dejó de superarse cada vez que podía, logrando sobrepasar sus expectativas en nada más y nada menos que cuatro años. «Desde chica siempre me gustó cocinar y siempre me imaginaba cuando cocinaba con mi abuela en algún programa de televisión o algo así. Esto sin dudas es mucho más de lo que nunca imaginé. Viajar por el mundo en un tren y trabajar al mismo tiempo».
Dos vidas entre Italia e Irlanda
Sobre los aspectos que hacen a la vida en estos dos países en los que estuvo viviendo en este último tiempo, explicó primero que de Italia lo que más le ha gustado en estos años es el clima, las playas y un poco las costumbres de la gente. «Ver como las señoras a las 08:00 de la mañana ya tienen todo hecho y salen a tomarse un café con otras señoras. Me recuerda mucho a mi infancia».
En segundo lugar, de Irlanda, hay un montón de cosas que le gustan y que no puede elegir cuales porque para ella este país representa algo muy especial. «No sé como explicar que ahí fue que encontré mi lugar. Un país que me protegió en medio de una pandemia mundial. Solo puedo darle las gracias».
A continuación declaró que estar en Venecia es algo totalmente diferente a Dublín. «Hace dos años que tengo como dos vidas distintas«.
No obstante, no todo es color de rosas. El encontrar alquiler para la joven, fue algo muy difícil de conseguir sobre todo en Dublín. «Cada vez que vengo a Italia, rento mi cuarto temporalmente a alguien. Luego regreso cuando la temporada termina por unos meses y la vuelvo a rentar. Este año pienso diferente, siento que ya esta siendo hora de dejar Dublín«.
Frente a esto último, expresó que a pesar de que este lugar le dió tanto, hubo mucha gente que la lastimó. «Me duele decirlo pero es así. Las expectativas me jugaron en contra. En Dublín hay muchas veces que perdés las riendas de tu cabeza«.
Y agregó: «Yo trabajaba entre 40 y 50 horas semanales y eran tantas las veces que salía de fiesta que iba a trabajar de resaca o a veces seguía de fiesta pero en el trabajo y eso te quita la reputación. Te matas laburando para arruinarlo todo en un día. No digo que a todos les pase, pero suede muchas veces que la tentación en Irlanda puede más que uno mismo«.
Posteriormente remarcó que en Venecia no hay tanta fiesta como en Irlanda. «Los pubs y boliches cierran a las 02:00 de la mañana y hasta luego. En irlanda entre fiesta, after y tal se te van dos días sin darte cuenta».
Reflexión final y consejos para aquellos que se quieran animar a vivir en otro país
Rocío manifestó que este año, su mentalidad cambió por completo. Principalmente gracias a la convocatoria que tuvo para volver a trabajar en el Expreso Oriente. «Viendo y considerando que me llamaron para formar parte de este tren tan particular, no quise ni quiero desaprovechar la oportunidad. Estoy mas centrada e intentando superarme siempre. También trabajando esto de aprender a estar sola. Yo siempre fui muy dependiente de las personas. Este año me lo estoy dedicando a mi».
Vivir en otro país de por sí es todo un reto. Por este motivo aconsejó que aquellas personas que estén pensando en irse del país, se informen antes de dar cualquier paso. «Estudien bien a quien van a confiarle las cosas y no importa que sean amistades. Pero sobretodo que no tengan miedo ni vergüenza. A mi me costó mucho eso pero las experiencias te van formando y a la vez vas madurando. Todo lo vas a ver con otros ojos con el pasar del tiempo».
¿Volver a Argentina?
Toda persona que emprende un viaje para irse a vivir a otro país lejano y ajeno, lleva consigo en su memoria los recuerdos de los seres queridos que dejó atrás. La joven aseveró que extraña mucho los domingos junto a su familia, el asado y el fernet cordobés.
«Son cositas que no se encuentran en otro lado más que en Córdoba. El ir al lago en el verano, tomarte una cerveza de litro con tu mejor amigo, unos mates, el pan casero, la peña con folklore, entre otros».
Sin embargo, ante la pregunta está en sus planes regresar a Argentina en algún momento, Rocío dejó en claro que solo lo haría a modo de visita. «Trabajé mucho para formar mi vida acá en Europa. Aunque aún no tenga mi propia casa, yo sé que algún día la tendré pero no quiero volver a vivir en Argentina».
