En esta sección te invitamos a conocer las historias de aquellos altagracienses viviendo en diferentes partes del mundo. Hoy dialogamos con Aylen quien se postuló para un programa de becas y logró quedar seleccionada para a realizar un Máster en Investigación en Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Almería de España. Recientemente logró graduarse y en la nota nos cuenta toda su experiencia laboral y académica en el exterior. La inspiradora historia de una joven altagraciense que se esforzó por seguir capacitándose en lo que verdaderamente le apasiona.
En AG Noticias la sección «Altagracienses por el Mundo» ya es un clásico de nuestro portal informativo. Un espacio dónde les acercamos los lectores historias de vecinos, amigos o familiares que dejaron su ciudad natal y que ahora están viviendo diferentes experiencias alrededor del mundo. En esta oportunidad, conocemos más a la altagraciense Aylen D’Alessandro.
Aylen vivió la mayor parte de su vida en Alta Gracia. Hoy tiene 29 años de edad, es Licenciada en Psicología y profesora, título que le fue otorgado por la Universidad Nacional de Córdoba.
En el 2022 se postuló a un programa de becas de la AUIP, que es la Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado, y quedó seleccionada para realizar un Máster en Investigación en Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Almería, España. Esta beca cubría las tasas académicas y le otorgaba una ayuda económica para la estadía.
Sin embargo, sus aventuras comenzaron tiempo atrás en el 2017 gracias a un intercambio académico que realizó en Madrid, España por seis meses. Para ella esa experiencia fue inolvidable y fue un gran impulso para querer volver a España.
El momento de la verdad: tomando la decisión final
Al momento de recibir la noticia que había quedado seleccionada, la joven debía tomar la decisión de aceptar o rechazar la beca. «Una decisión muy difícil de tomar porque implicaba muchos cambios en mi vida».
En ese tiempo tenía cuatro trabajos distintos: como profesora en una escuela secundaria de la ciudad y como psicóloga en diferentes centros de Alta Gracia y Córdoba. «Debía organizar y pedir licencias para luego poder retomar dichos trabajos al regresar ya que la duración del Máster era de un año».
Otro elemento que hizo que su decisión fuera más difícil de tomar, era el hecho de tener que estar tanto tiempo lejos de su familia y de su novio. «Él a su vez había recientemente empezado un emprendimiento e íbamos a tener que evaluar las posibilidades de viajar juntos. Finalmente decidí aceptar la beca y mi novio también me acompañó«.
Máster en la Universidad de Almería y la experiencia de estudiar en el exterior
El máster y los estudios que realizó la altagraciense estaban orientados específicamente hacia la investigación en temas que le apasionan como son la neuropsicología y las neurociencias.
«Fue una experiencia muy enriquecedora. Tuve la oportunidad de aprender y trabajar junto a grandes profesionales y referentes de la psicología. Además, en este tiempo planteamos un proyecto de investigación y lo llevamos a cabo, con resultados interesantes, por lo que estoy muy contenta con el trabajo realizado».
Asimismo, comentó que la universidad contaba con un campus hermoso frente al mar Mediterráneo. «Era un sueño para mi vivir en una ciudad con mar y playa donde pudiera ir frecuentemente ya que me trae mucha paz».
Los desafíos de emigrar: búsqueda de trabajo y vivienda
La joven sostuvo que ellos tuvieron la suerte de poder alquilar un departamento con vista al mar ya que, al contrario de lo que se cree, conseguir alquiler en España no es tan fácil. «Generalmente se alquilan habitaciones separadas en pisos compartidos, incluso yo en mi estadía pasada en Madrid tuve un alquiler de ese estilo. De esta manera los requisitos de ingreso al piso son menores».
En este sentido, precisó que generalmente se alquilan habitaciones separadas en pisos compartidos. «Incluso yo en mi estadía pasada en Madrid tuve un alquiler de ese estilo. De esta manera los requisitos de ingreso al piso son menores».
Por el contrario, cuando el departamento es completo, Aylen explicó que piden muchos requisitos tales como la nómina (recibo de sueldo), un seguro (garantía), entre otras cosas, tal y como sucede en Argentina. «Busqué pisos por grupos de Facebook y páginas de internet antes de viajar pero no hicimos ningún pago ni reserva previa porque sabemos que hay muchas estafas así que lo más seguro es llegar, conocerlos, hablar con los dueños y recién ahí tomar una decisión».
Con respecto al trabajo, afirmó que se arranca de cero en un país que no conoces. «Claramente te lleva un período de adaptación saber cómo buscar, generar contactos y de ahí comenzar».
El viaje de regreso a las raíces: el encuentro con Italia y la ciudadanía
Al finalizar el máster y aguardando los tiempos que conllevan la tramitación del título, se le presentó la oportunidad de viajar a Italia a conocer el pueblo dónde nació su bisabuelo. «Pudimos hacer contacto con el síndaco (el intendente) del pueblo y le contamos un poco de mi historia, quién era y que tenía orígenes de ese pueblo del Molise Italiano».
La altagraciense contó que el intentente se mostró siempre muy predispuesto a que tanto ella como su novio conocieran la región «Le apasionaba conocer a todos los descendientes del pueblo que según nos dijo se encuentran por muchas partes del mundo».
Aylen señaló que estando allí se le presentaron dos grandes posibilidades: conocer la casa donde nació su bisabuelo italiano y obtener la ciudadanía italiana.
«Una de las mejores decisiones de este verano en Europa fue dejar España para llegar a Italia a un pueblo desconocido pero que al final terminó siendo una casa más para nosotros. Un pueblo de 700 habitantes entre medio de los Apeninos».
Por último, manifestó que desde el día uno estas personas los hicieron sentir como dos personas más del pueblo. No sólo siendo muy hospitalarios sino también preocupándose por ellos e intentando siempre incuirlos en cualquier actividad. «Ya sea invitándonos a participar en alguna tarea del verano para poder integrarnos. Después coroné la excelente experiencia en el pueblo obteniendo la ciudadanía italiana y dejando así este pueblo y a sus personas en mi corazón para siempre».
Explorando el mundo laboral en Europa
Mientras realizaba el máster, tuvo la oportunidad de trabajar como camarera en un restaurante de tapas y mariscos los fines de semana. «La verdad que fue una gran experiencia como primer trabajo en España, la gente con la que trabajé fue siempre muy amable conmigo y del tiempo que estuve me llevo lo mejor de todos».
A su vez, trabajó como barista/camarera en un bar en Italia a medio tiempo y si bien su experiencia en España fue muy buena, en Italia fue aún mejor. «Las personas de este país se sienten más parecido a lo que conocemos en Argentina con ese compañerismo, ese sentimiento de familia y las personas que conocí en mi trabajo en Italia no fueron la excepción».
«Me acompañaron desde el inicio en todas mis tareas preocupándose siempre porque me sienta a gusto y que pueda aprender en el proceso de trabajar. Me hicieron sentir parte de una verdadera familia italiana allá, aún a sólo días de haberme conocido. Voy a estar siempre agradecida por todo lo aprendido y lo vivido en ese corto tiempo trabajando ahí«.
En cuanto a los salarios, reveló que tanto en España como en Italia tienen una mínima inflación de la que siempre hablan. «Aún así con el salario ‘mínimo’ a tiempo completo desde mi experiencia y de lo que me tocó vivir a mi, se puede estar tranquilo. Te alcanza para alquilar un piso, cubrir todos los gastos fijos e incluso ahorrar o darte algunos gustos».
A continuación agregó que esto igualmente va a depende de la zona geográfica. «Dependiendo de dónde estés buscando vivir/trabajar depende del costo de vida. Tanto España como Italia, más al sur e incluso en pueblos más chicos, los salarios tienden a ser más bajos pero así también el costo de vida«.
Superando las barreras idiomáticas
Sobre el idioma expresó que en España, si bien se habla español como lengua nativa «lleva su tiempo acostumbrar los pequeños cambios, palabras y modismos que se usan«.
Por otra parte, en Italia significó una barrera que debió superar porque si bien tenía una base previa de italiano y lo entendía bien, al momento de hablarlo le costaba.
«Además, me tocó aprender de cero básicamente el vocabulario que respecta al bar, con sus bebidas y aperitivos más la charla cotidiana que a todo italiano le gusta tener con su barista de turno. Me siento en confianza para decir recién ahora que me animo a equivocarme y hablar con mayor fluidez. Estoy orgullosa de eso».
Reflexiones sobre la vida en el extranjero y vuelta a casa
Aylen aseguró que esta experiencia fue mejor de lo esperada. A pesar de ello, no dejó de mencionar que se extraña a la familia y a las amistades. «El cambio cuesta, las culturas chocan un poco al principio pero al final todo depende de cómo uno puede afrontar esos cambios y nuevos desafíos».
No obstante, ambos jóvenes se pudieron adaptar ya que les gusta viajar, conocer otras culturas y vivirlas desde dentro. «Personalmente he llegado a conocer diez países», dijo la joven.
Luego rescató el hecho de que en esta parte del mudo se vive una vida más tranquila y con mayor seguridad. «Sobre todo porque podés andar por la calle tranquilamente sin miedo a que te roben o pueda pasar algo, y también en cuanto a que trabajás y ganás un sueldo que te alcanza para vivir bien. Creo que esas cosas son importantes y que en Argentina se están perdiendo, cada vez se vive con mayor incertidumbre y eso genera mucho estrés«.
Finalmente, la joven y su novio decidieron volver a Argentina. «Más que todo por lo que decía antes, se extrañan muchas cosas y porque uno quiere a su país, pero bueno después evaluaremos las posibilidades».
