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La Educación sobre la Mesa

La Educación sobre la Mesa. Hoy: «Trabajo grupal en el aula, desafío y oportunidad para tod@s»

La Educación sobre la Mesa. Hoy: "Trabajo grupal en el aula, desafío y oportunidad para tod@s"
Por Laura Iglesias (Especial para «La Educación sobre la Mesa»)

Lo que me vuelve humano es la interpelación del otro (…) interpelación que no implica la exigencia del pedido de ayuda o de reconocimiento (…) lo novedoso es que esa interpelación interfiere en mi autonomía, rompiendo, a partir de la presencia del otro, mi autorreferencialidad”. Ricardo Forster (2011)

¿Simple recurso didáctico o una enriquecedora oportunidad de aprendizaje colaborativo? 

En la imagen se lee: Elegir la idea – Ponerse de acuerdo – Participar todos. (4to grado). Así comenzaba una clase con una propuesta de actividad grupal. Los estudiantes proponen sus pautas de organización, y esto da cuenta no solo de una evidencia de pensamiento lógico, de un proceso de escritura, y otras habilidades cognitivas. Sino que da cuenta de la percepción del otro que me acompaña. Del desarrollo de la capacidad de relacionarme con pares para un fin, con un objetivo. De la construcción de conceptos para el ejercicio de la ciudadanía: participar, respetar y valorar la diversidad de opiniones, dialogar para lograr acuerdos, entre otros.

Aportes colaborativos.

Decir que la capacidad para relacionarse y trabajar con otros se aprende, implica para la institución escolar la definición explícita del tipo de convivencia que promueve. Y el análisis de la relación que tiene esa convivencia con los saberes que enseña. Desde la perspectiva de la formación del ciudadano, una de las categorías éticas que se propugna es la convivencia justa, que implica conocimientos en torno a la sociedad, a los derechos y a las obligaciones. Y que exige una participación activa de todos los miembros de una comunidad para cambiar lo que obstaculiza esa convivencia justa (Cullen, 1997). El desafío de cada una de las áreas curriculares, entonces, es pensar cómo los contenidos del área pueden ser priorizados, organizados y secuenciados. De modo que permitan el desarrollo de la capacidad para relacionarse y trabajar con otros (Gobierno de Córdoba, Ministerio de Educación, 2009).

Desde la acción compartida se puede construir un nosotros solidario e inclusivo donde la extrañeza no sea determinante de lo nuestro y lo de ellos; lo propio y lo diferente, lo familiar y lo desconocido, lo seguro y lo infirme. Ello supondrá realizar un serio esfuerzo para acomodar esas diferencias, para ceder dialogando, para establecer acuerdos comunes, para buscar valores compartidos; para reconocer las fortalezas y ayudar en las dificultades, para potenciar los saberes de cada integrante y complementarse en las diferencias (Aranguren, 2009, p. 30).

Y hay más

El trabajo con otros permite la construcción de un espacio en el que los estudiantes pueden pensar en forma autónoma, construyendo conocimientos e intentando validarlos a través de la interacción con sus compañeros. Esta interacción supone pensar en voz alta y dar respuestas tentativas que podrán ser validadas progresivamente. La delegación de autoridad intelectual por parte del docente genera en los estudiantes la necesidad de responsabilizarse por sus afirmaciones y por sus aprendizajes (Argentina, Ministerio de Educación, 2010).

Como verán son muy enriquecedores los aportes desde el Ministerio de Educación de Córdoba, de la Nación, de autores destacados en la materia. Y quisiera compartir un enlace en donde se pueden ampliar y profundizar aspectos sobre los trabajos colaborativos con los estudiantes: http://www.igualdadycalidadcba.gov.ar/SIPEC-CBA/publicaciones/PNFP/Asesoramiento/f19-aprendizaje.pdf

Para concluir

No bastará solo con proponer una actividad de Trabajo en Grupo en el aula. Será necesario generar situaciones de enseñanza en la que ellos puedan, gradualmente, reconocer y valorar al otro en tanto diferente, saber receptar las ideas de los demás y expresar las propias.

Deseo que tengan un hermoso día.

nakasone