Por Laura Iglesias (Especial para «La Educación sobre la Mesa»)
Cual lección extracurricular, el Bullying se cuela en la convivencia escolar, ocupa un papel dominante en la educación de los jóvenes y niños de todo el mundo. Repercute en el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes tanto de países ricos como pobres.
Hoy en nuestra sociedad moderna, pluralista, que a voces pregona por los derechos humanos, pero a la vez nos embebe en la competitividad que lleva como sello propio la exclusión, circula como moneda corriente, la agresión.
La agresión discursiva y física, visibilizadas en las crónicas diarias que nos recuerdan una y otra vez que no hemos sido promovidos en la materia CONVIVENCIA COMO VALOR SOCIAL. La mayoría de nosotros hoy nos encontramos sorteando a la suerte de no tropezar con conductas que describiríamos como agresivas. Desde la grosería verbal hasta la amenaza de violencia o el contacto físico doloroso, pasando por sensaciones de rechazo abierto en nuestros círculos frecuentes de relación. Pero, para bien o para mal, estas conductas bien en forma de violencia física, bien en forma de hostigamiento taimado, forman parte del comportamiento de nuestra naturaleza humana.
A convivir se aprende, y nunca deja de ejercitarse
Hoy compartimos algunas perlitas sobre la “Guía de orientación para el abordaje de situaciones de acoso escolar (BULLYING) y/o ciberacoso (CIBERBULLYIMG)», del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba. (www.calidadeigualdadcba.gov.ar).
“La convivencia escolar es una construcción cotidiana que no se produce de manera natural o automática sólo por habitar el edificio escolar. Cuando la escuela enseña a convivir democráticamente se constituye en un lugar de cuidado y de reparación de la trama social, es un espacio propicio para aprehender la noción del otro como semejante. Cabe mencionar que es esperable que en toda convivencia surjan conflictos lo cual no resulta un inconveniente en sí mismo, aunque sí puede serlo el abordaje que se emplea en posibilitar su resolución. Si se los oculta o se los rechaza, si se trabaja o no las diferencias; si se propician o no espacios de participación y circulación de la palabra.
Para ello el abordaje institucional debe sostenerse como práctica cotidiana: intervenir ante gestos de menosprecio, valorar la diversidad de perspectivas, permitir el disenso, no imponer posiciones. El pensar la violencia como “una construcción social, cultural, semántica, política, multicausal y multidimensional”(Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba, 2022) nos insta a complejizar el análisis de las situaciones de agresión que se generen en el escenario escolar, para construir un abordaje institucional que considere no sólo las dimensiones individuales de los sujetos implicados, sino que aborde los sentidos que allí se ponen en juego. “
Definiciones para encontrar estrategias
“No toda violencia entre pares es acoso escolar (bullying). Comprender las características diferenciales permite implementar estrategias más acertadas. «Es un modo particular de violencia escolar entre pares, en el que habitualmente un compañero/a o grupo de compañeros/as somete a otro/a en un marco de desequilibrio de poder, de manera reiterada y durante un tiempo prolongado.”
Singularidades que lo hacen visible: Tiene que ocurrir entre compañeros/as (entre pares en edad escolar). Tiene que darse en un marco de desequilibrio de poder. Debe ser intimidatorio (situaciones que generan malestar y/o sufrimiento a quien lo recibe). Tiene que ser reiterativo y sostenido en el tiempo (es necesario valorar si se trata de una situación aislada o se encuentra enlazada a otras agresiones). Es un fenómeno grupal.
En palabras de Campelo (2016) estos últimos “pueden comportarse de un modo más o menos activo, y sumarse a las humillaciones, burlas u otras formas de violencia. Festejarlas, arengar a otros para que la lleven a cabo, o solo presenciarlas sin agredir en forma directa” (p. 46). Un paréntesis interesante es lo que Campelo (2016) define: “Mientras que los perfiles son fijos, y se definen en relación con una supuesta ´esencia´ de la persona, los roles o posiciones son situacionales” (p. 63)
También mencionamos el ciberacoso (ciberbullying). En esta problemática el acoso se sostiene a través de medios digitales produciéndose de manera más rápida y constante. Porque los mensajes intimidatorios pueden difundirse sin restricción de tiempo, horario y lugar, resultando más inmediatos. Esto conlleva una menor posibilidad de reflexionar sobre los actos. Además, resulta frecuente que quienes agreden en entornos digitales lo realicen desde el anonimato, lo que colabora con una menor responsabilización sobre los actos, en tanto se habilitan a realizar acciones que probablemente no harían si tuvieran a su compañero cara a cara.”
Situaciones que se entraman en la vida institucional
“Partiendo de comprender que las situaciones de violencia y de acoso no son hechos aislados sino que se entraman en la vida institucional, resulta importante retomar la secuencia que plantea la Guía Federal de Orientaciones para la intervención de situaciones complejas relacionadas con la vida escolar (Resolución 217/14), la cual permite identificar tres momentos en cada una de las situaciones que acontecen en la escuela: Antes, Durante y Después, ordenando y habilitando distintos tipos de intervenciones.”
En el DÍA DE LA INFANCIAS: “La violencia es una lección inolvidable que ningún niño tiene que aprender”. UNICEF.
Hermoso domingo para tod@s, ¡¡¡y que digan presente las sonrisas infantiles!!!
