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¿Vos cómo lo ves?

¿Vos como lo ves? Hoy: «La memoria, ¿juguetona o tramposa?

¿Vos como lo ves? Hoy: "La memoria, ¿juguetona o tramposa?
Lic. Patricia Orofino (*) Psicopedagoda Psicoterapeuta Familiar Mat. 5108-76

La memoria es como una caja de Pandora, pero a diferencia de ésta, ella guarda todo lo que hemos vivido, sentido y experimentamos.

Es ella, la memoria, la que nos da las respuestas sobre quienes somos… de dónde venimos… y quienes son nuestros antepasados. La memoria, nos logra dar un sentido de continuidad que hace que nos reconozcamos como nosotros mismos a pesar de los cambios físicos y psíquicos a lo largo de las etapas de la vida.

El camino que la memoria toma para almacenar, retener y recordar toda la información que elegimos guardar, cuenta con la experiencia de los sentidos, cuyas terminaciones nerviosas del tacto, olfato, gusto y oído llegan a través de las conexiones de las neuronas alojándose en el hipocampo.

Ahora bien, ¿serán reales todos nuestros recuerdos?

Dicen los estudiosos del tema que la memoria nos pone trampas.

La memoria nos despista.

A veces la memoria nos provoca ciertas jugadas que nos desconciertan y tal vez no sea tan fiel su registro de las experiencias vividas, o, no es fiable a la hora de recordar detalles sucedidos hace tiempo. Nuestra opinión, sentimientos y experiencias actuales, pueden tergiversar los recuerdos de cómo nos sentimos en el pasado. Puede mezclarse la visión actual con lo que se tenía en el pasado.

Por ejemplo, algo que pensamos hace mucho tiempo en relación a legalizar la marihuana… en la actualidad, se afirma estando en contra.

La memoria puede ser muy sugestiva

Un jefe de personal mediante unas hábiles o tendenciosas preguntas, podría insertar nocivas sugerencias en la memoria del postulante, sin éste darse cuenta. Y estas falsas sugerencias repercuten en el mundo real. Es la susceptibilidad a la sugestión. Los recuerdos no son fotos estáticas, solemos añadir sensaciones y conocimientos y así crear falsos recuerdos.

Es persistente

Si un acontecimiento tuvo una carga emocional negativa o muy traumática, trae consigo el recuerdo reiterado una y otra vez de forma perturbadora, de situaciones que quisiéramos borrar por completo de nuestra mente. Nos hace sentir como condenados a recordar lo que necesitamos olvidar.

Si la persistencia continúa puede llevar a la aparición de fobias.

La distracción

Si la atención no está debidamente centrada en lo que queremos en el momento en que grabamos  la información… recordar se dificulta.

Si entramos rápido a casa mientras hablamos por celular, es posible que no recordemos donde dejamos las llaves.

También ocurre cuando se hace algo y luego no se recuerda haberlo hecho.

Tiende a bloquear

Te suena parecido a cuando decimos: “Es un nombre que empieza con F y lo tengo en la punta de la lengua”.

Pero no podemos recuperar la información. Sabemos que está en nuestro cerebro y a veces hasta recordamos detalles. La memoria olvida ciertas cosas para “hacer espacio” a otras situaciones que más lo ameritan.

A medida que uno va envejeciendo, las conexiones neuronales se van deteriorando.

Recorta lo doloroso

Cuando una mujer tiene un parto normal sin dificultades, terminará olvidando los dolores del parto.

En un momento de felicidad, una persona puede recordar con cariño y alegría su niñez, inducido por recuerdos positivos de esos momentos, olvidando los malos recuerdos vividos.

Según pasan los años

Sucede que cuando intentamos recordar algo que pasó hace tiempo, los datos menos relevantes se desdibujan y crean interferencias en el recuerdo. Entonces, para generar el recuerdo, recurrimos a la deducción o conjeturas. Así el paso del tiempo nos juega malas pasadas.

Cuando envejecemos las neuronas nos empiezan a fallar y debilitarse. Detrás de estas pérdidas, los científicos dicen que el hipocampo pierde un total del 20% de las neuronas al alcanzar los 80 años.

¿Por qué olvidamos?

El olvido forma parte natural del funcionamiento cotidiano. Como vimos, el olvido motivado que se produce consciente o inconscientemente se produce si el hecho fue muy traumático.

El estrés crónico es un factor muy importante de los olvidos. Cuando estamos sobrecargados de trabajo o preocupaciones, el cuerpo está en hiper alerta. El cuerpo se inunda de químicos que imposibilitan la capacidad de retener nueva información.

También pensar demasiado en acontecimientos del pasado dificulta el prestar atención en el presente y afecta la capacidad de almacenar recuerdos a corto plazo.

El aislamiento es otro ladrón de recuerdos. La interacción social es un ejercicio mental para el cerebro al igual que el físico que aumenta el flujo sanguíneo al cerebro.

Aprender algo nuevo es un gran desafío

Todos hemos tenido la sensación alguna vez, de que algún dato se ha ido de la memoria o la seguridad de saber algo, pero no ser capaz de recuperarlo.

Esto pasa porque si algo aprendido, no se evoca ni recuerda durante algún tiempo, decae… se debilita y puede llegar a desaparecer.

El proceso de aprendizaje está directamente relacionado con el proceso del olvido. Así la memoria y el aprendizaje trabajan de la mano.

                                                                     ¡Hasta la próxima!

                                                                             Que sea una semana con buenos recuerdos

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