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¿Quién controla los comercios y la prevención en Valle Alegre y Falda del Carmen?

Vecinos y comerciantes de Falda del Carmen denuncian irregularidades y alertan sobre las casi inexistentes medidas de prevención ante la emergencia sanitaria.

La zona de Falda del Carmen y Valle Alegre pareciera ser tierra de nadie a la hora de los controles y la prevención. Vecinos denuncian la situación que se vive en plena emergencia sanitaria.

Pese a que el Jefe Comunal de Falda del Carmen, Rubén Liendo aseguró hace poco que iba a cerrar aquellos negocios que no cumplieran con las normas de habilitación, la realidad es otra. Bajo la idea de que «todos tienen derecho a trabajar», hay una serie de graves irregularidades que se cometen a diario. La falta de control y la ausencia de medidas de prevención, fueron denunciadas por vecinos de la zona.

«El Jefe Comunal se lava las manos, mira para otro lado», denuncian algunos vecinos que se sienten afectados por la falta de control en varios ámbitos.

«En Valle Alegre hay muchos negocios que no son más que casas de familia que funcionan como comercios. No tienen habilitación, y encima no cumplen con las normas mínimas de prevención», denuncian.

Bocas de venta habilitadas como kioscos, pero que venden verdura y carne; menores atendiendo a los clientes, venta irregular de medicamentos y ausencia total de libretas sanitarias son algunas de las irregularidades de las que hablan los vecinos. Como casi siempre suele ocurrir, aquellos comerciantes que deciden seguir los pasos legales para instalarse, deben cumplir un rosario de requisitos (como debe ser, por otra parte) para poder abrir sus puertas. Mientras tanto, ven surgir en su entorno a comercios irregulares sin papel alguno.

Hay varios temas a tener en cuenta. Hay necesidad de trabajo en todos lados, eso queda claro. También debiera quedar claro que ley pareja no es rigurosa, y que las generales de la ley tendrían que caberle a todos. Desde la Comuna de Falda del Carmen, ahora hablan de «permisos provisorios» para una situación que en realidad lleva años.

No olvidemos el COVID-19

Si este panorama se lo contextualiza en el marco de una pandemia que está arrasando el mundo, se hace impensado que las autoridades no hagan lo necesario para exigir normas mínimas de higiene y prevención. Por ahora, en los comercios señalados como irregulares, el uso de barbijos, tapabocas, guantes y alcohol en gel pareciera ser algo de ciencia ficción. Literalmente esas prácticas no existen.

«Estamos en emergencia sanitaria, en una situación de cuarentena que obliga a seguir normas de prevención. ¿Qué pasa si yo o si uno de mis hijos se contagia porque el comerciante de la otra cuadra no tomó las medidas necesarias?; ¿y además, nadie fue a exigirle que lo hiciera?», clama otro de los vecinos.

Ni qué hablar de respetar horarios restringidos para evitar la circulación de personas por las calles. «Acá hay una verdulería que como en Alta Gracia le limitaron los horarios de venta, la gente se instaló acá, donde no la controlan», dicen algunos vecinos.

Se entiende la necesidad de trabajar. También se entiende que debe existir un control que definitivamente está ausente en una comuna de fluida relación con Alta Gracia.

nakasone