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Platea preferencial

Misántropo: el cine de Szifrón ya dejó su huella en hollywood

Por Belén Montoya – Platea preferencial es una columna pensada para hablar de cine. Saliendo del lado formal de AGNoticias, la columna se propone a recomendar películas, comentar films y a brindar «datos color» de actrices y actores pertenecientes a Hollywood, cine argentino y cine independiente. En esta ocasión, hablaremos de Misántropo, un thriller dirigido por el argentino Damian Szifrón
Alerta spoilers: si no viste esta película y queres hacerlo… ¡Volve más tarde!
Primer punto clave: la trama y los ángulos

Misántropo es una película de suspenso y crimen estadounidense de 2023 dirigida por Damián Szifron y escrita por Szifron y Jonathan Wakeham. En la película la joven, talentosa, pero traumatizada agente de policía Eleanor (interpretada por Shailene Woodley) ayuda al FBI a localizar a un francotirador que está perpetrando asesinatos en masa en Baltimore. La mente atormentada de Eleanor es la única que puede predecir sus movimientos.

Partimos de una premisa totalmente oscura para adentrarnos en un historia un tanto perturbadora. Pero este viaje está colmado de intriga. Si bien la película es de suspenso/ crimen, debo reconocer que la carga dramática que tiene es espectacular. El equilibrio entre los géneros es muy bueno y evita que la película se vuelva tediosa pese a su extensa duración.

La construcción del asesino: ¿Muy buena o muy meticulosa?

Ya adentrandonos en la historia, debo destacar un par de detalles técnicos -resaltando, como siempre digo, que yo no soy experta en esta área-. En primer lugar, la música me pareció un elemento muy bien utilizado. En este tipo de películas las melodías suelen acentuar los momentos de tensión o de suspenso. Este, desde mi punto de vista, no fue el caso, sino que la música nos retrata los momentos más crudos y dramáticos. Por otra parte, desde lo visual, hay una gran preponderancia del color azul y rojo, alusivos a la policía. Hablando de la construcción del asesino, hay muchos planos generales y ángulos cenitales hacia la ciudad, lo que nos da a entender que encontrar a un criminal en un lugar tan inmenso es similar a buscar una aguja en un pajar. Los planos de Eleanor nadando también son interesantes ya que están muy desordenados (al igual que los pensamientos de nuestra protagonista).

Misántropo

Ahora sí, hablemos de la construcción del asesino. Algo que me gustó bastante es que la película no cae en el cliché del ‘bien’ y del ‘mal’. Desde el momento cero se plantea que el antagonista es, ante todo, un ser humano. Algo que se me hizo llamativo es la idea de que «el asesino es alguien capaz de amar y de ser amado». Pienso que esa imagen lo pone en igualdad con la sociedad. La película también se burla de los estereotipos de los asesinos, explicitando que no todos criminales son iguales. Aunque sí es meticulosa, la construcción del villano es sumamente cautivadora, llenando al espectador de intriga. Sobre esto, el detalle que considero más interesante es el efecto contraste entre la protagonista y el antagonista. Todo el tiempo, mediante diálogos y acciones, el film deja en claro que Eleonor piensa y siente como el asesino. Pero va más lejos: esta relación entre ellos se siente tan profunda e íntima (pese a que nunca hablaron), que queda clarísimo que ella incluso podría ser una asesina en serie. Pero por algún motivo, no lo es. Eligió estar del otro bando.

Una crítica a Estados Unidos. La mirada de un argentino

La crítica a Estados Unidos sí se me hizo contundente. En primer lugar, desde el momento cero el FBI plantea que el asesino se crió entre armas, rodeado de violencia y siendo rechazado por la sociedad. Luego, conforme avanza el largometraje, vemos pequeñas escenas que son sumamente reveladoras al porqué de los hechos. Hay una escena que es impecable en probar la violencia que hay en el país. Se trata de un cameo de un niño de 12 años comprando su primer arma. Sútil y concisa, la escena va al grano y prueba la crueldad del día a día en Norteamérica. Otro momento que en lo personal me gustó bastante, es cuando un grupo de inadaptados se dejan influenciar por los asesinatos y vuelven al francotirador un mártir. Incluso un diálogo interesante que gira en torno a esto dice: «Es el ejército invisible. Eso fue tendencia en redes durante la tarde». Creo que la intención detrás de este diálogo es demostrar que todos somos influenciables ante el inmenso poder de las redes sociales.

Otras líneas que se me hicieron intrigantes refieren a la desigualdad social que se vive allá. Eleonor, una ex adicta con intentos de suicidio, explica que nunca tuvo la posibilidad de estudiar en la universidad porque estaba demasiado ocupada trabajando para pagar la renta. Incluso la protagonista explica que se metió a la policía para tener protección. Desde ahí, y teniendo en cuenta lo que dije antes de que Eleonor es un espejo del asesino, se plantea una crítica a las diferencias entre clases sociales, a las oportunidades que cada persona recibe. Es la visión de quienes quedan al margen de la socidad, de las personas que pasan a no pertenecer. Tan simple como eso.

¿Vale la pena ver Misántropo? – Por Belén Montoya

Sí. Pero Misántropo no es una película perfecta. El primer defecto que le encuentro es que es demasiado larga. Desde mi humilde criterio, le sobran 20 minutos. Otra cuestión a resaltar es el hecho de que la primera hora es mucho más intrigante que la segunda. Respecto al final, me pareció acorde pero sin grandes sorpresas ni revelaciones. Todo ocurre sin pena ni gloria. Ahora sí, dicho esto, hablemos de Szifrón. Como seguidora de este director, debo decir que me faltó un poco de su típica irreverencia. Sentí que esta película era demasiada correcta para ser de él. Sin embargo, como dije arriba, la crítica hacía Estados Unidos se me hizo brillante y muy bien lograda. Incluso, hilando fino, entiendo que Szifrón se siente ajeno a este mundo y lo reconoce mediante su relato. Su mirada extranjera es notoria en más de un momento y eso se me hace increíble. Realzando algunos otros aspectos buenos, tengo que mencionar el ritmo de la película. Nunca no está pasando nada. Y luego, me gusta la relevancia que se le da a la salud mental, tanto en Eleonor como en el asesino. En conclusión, si bien no es la típica película de 10, si vale la pena verla. Sobre todo entendiendo que el director recién arranca su camino en Hollywood y le queda mucho por recorrer -mientras que a nosotros como humildes espectadores, nos queda mucho por ver y disfrutar del gran Szifrón-. La película tiene una duración de 119 minutos.

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