Por Germán Tinti (especial para Crónicas al Voleo)
Cada episodio terminaba con el protagonista cabalgando hacia la puesta del sol con un pucho en los labios y cantando «I’m a loone poor cowboy», la canción que había popularizado Gary Cooper en el western «Along Came Jones», de 1945. El último cuadrito de los álbumes de Lucky Luke lo mostraba siempre solo, reflexivo y melancólico.
Maurice de Bévère nació en 1923 en el seno de una familia acomodada de Cortrique, una ciudad belga ubicada en la región de Flandes, a tiro de piedra de la frontera con Francia. Tal vez sus padres hubieran deseado una carrera universitaria para su hijo, pero el muchacho salió dibujante… y de los buenos.
En su juventud trabajó para la «Compagnie Belge d’Actualités animations studios». Unos pequeños y recién creados estudios de animación en Bélgica que no pudieron sobrevivir a la guerra. Entonces realizó ilustraciones para el periódico flamenco Het Laatste Nieuws, y Le Moustique, un magazine semanal para el que hizo unas 250 portadas y otras numerosas ilustraciones. Principalmente caricaturas de estrellas de cine.

El cowboy de Flandes
Fascinado con los westerns, Maurice, que ya había adoptado el seudónimo Morris, creó su más famoso personaje. La primera vez que se publicó Lucky Luke fue en diciembre de 1946 en el Almanach 47 de Spirou, una revista que se publica desde 1938. El episodio se tituló «Arizona 1880» y en ese entonces nuestro héroe estaba realizado con el estilo de los dibujos animados de la época, con líneas redondeadas. El argumento se basaba en una serie de giros de eventos fáciles y gags gráficos.
Con el tiempo su imagen se fue estilizando hasta alcanzar la contextura que se impondría en adelante. Ello, más allá de pequeños detalles que se fueron modificando durante los años. Longilíneo, Lucky Luke vestía botas texanas con espuelas, jeans azules con botamangas, camisa amarilla, pañuelo rojo al cuello y sombrero «bullrider» blanco, un outfit clásico en las películas que inspiraban a Morris. Porque si algo aprendimos de las películas y las series del viejo Oeste es que los protagonistas nunca se cambiaban de ropa (y se bañaban en contadas ocasiones).

Cuando Morris conoció a René
La historieta comenzó a conocer el éxito de verdad a partir de 1950, cuando Morris conoció al guionista francés René Goscinny. El lugar del encuentro no pudo ser más emblemático, toda vez que se produjo en la redacción de la revista Mad en Nueva York, donde ambos estaban realizando una especie de «posgrado» en humor gráfico.
René Goscinny había nacido en París en 1926 en el seno de una familia polaca judía, pero cuando tenía apenas dos años su padre consiguió trabajo como ingeniero químico en Buenos Aires y la familia se mudó a Argentina. Esa circunstancia los salvó de sufrir el mismo trágico destino de sus parientes durante la ocupación nazi de Francia.
En nuestro país estudió en el Colegio Francés de Buenos Aires. Cuando se recibió de bachiller su padre murió y debió comenzar a trabajar como ayudante contable en una empresa que reparaba neumáticos, pero no se encontraba satisfecho y poco después renunció para ingresar a una agencia de publicidad como dibujante.
Poco antes del final de la guerra se trasladó a Nueva York con su madre, pero dos años después viajaron a París. Luego de realizar el servicio militar volvió a la Gran Manzana en lo que fue una de las etapas más difíciles de su vida por la falta de trabajo y la depresión. No obstante logró ingresar a la revista Mad y allí se conoció con Moris y las cosas comenzarían a cambiar.

Comienza la historia grande
Cuando Goscinny comenzó a hacerse cargo de los guiones ya se habían publicado ocho episodios de la tira. Todos los mitos reflejados en los westerns, como así también acontecimientos históricos relacionados con la conquista del lejano Oeste, pasaron (y pasan) por sus páginas.
Los malvados e incompetentes Hermanos Dalton existieron en realidad y eran una banda de forajidos que durante algunos años se especializaron en el robo de bancos y trenes. Los célebres pistoleros Jesse James (https://www.altagracianoticias.com/vida-y-muerte-de-jesse-james/) y Billy The Kid (https://www.altagracianoticias.com/balada-del-pistolero/) o el Marshall Waytt Earp. Todos ellos tuvieron su lugar en la historieta.
También figuras del cine, especialmente del viejo Oeste, claro, pasaron por los cuadritos coloreados de Lucky Luke. Por allí desfilaron Jack Palance, Lee Van Cleef (uno de los protagonistas de El bueno, el malo y el feo), el inigualable director Alfred Hitchcock. John Carradine (uno de los protagonistas de «La diligencia» de John Ford y que también fue el padre de David, Keith y Robert). Christopher Lee, Groucho Marx, David Niven, Sean Connery y Mae West entre otras figuras de la pantalla de plata.



Es que en este prolongado homenaje a uno de los géneros cinematográficos más populares y que ya se extiende por casi 80 años, se refleja prácticamente todo lo relacionado con la cultura western. Los hechos históricos que la fundaron como las caravanas que colonizaron el lejano Oeste, los diversos conflictos con los indios (bueno, pueblos originarios). La fiebre del oro, el descubrimiento del petróleo y las consecuencias de la guerra de secesión fueron dibujados por Morris y guionados por Goscinny.
Cabalgando hacia el poniente
Si bien en apariencia las historias eran inocentes, lo cierto es que nuestro héroe debió ir cambiando algunas de sus costumbres según lo iba indicando el indignómetro de cada época. Así Lucky Luke, que podía armar un cigarrillo mientras su caballo Jolly Jumper trotaba, debió dejar de fumar. Por otra parte, solamente una vez el pistolero más rápido que su propia sombra mató a un hombre, pero la reacción del público obligó a reversionar la historia y hacer que su rival solamente sufriera una herida. De igual manera, a lo largo de los episodios fueron desapareciendo los lavanderos chinos y los mexicanos durmiendo la siesta.

René Goscinny falleció en 1977. Desde entonces Morris recurrió a distintos guionistas, pero la calidad de los textos ya nunca tuvo el mismo nivel. Aunque el éxito de la historieta no decayó. Morris continuó dando vida a Lucky Luke hasta su fallecimiento en 2001. Desde entonces la posta fue tomada por Achdé en los pinceles y Laurent Gerra (imitador, humorista y actor) como guionista. Desde entonces comenzó a llamarse «Las aventuras de Lucky Luke después de Morris». Y tuvo una nueva enumeración, para dejar bien separadas las dos épocas, aunque las diferencias se aprecian a simple vista.
Sin embargo, aun Lucky Luke termina cada episodio cabalgando hacia el poniente y cantando «I’m a poor lonesome cowboy / And a long way from home».


