AG Noticias
Altagracienses por el Mundo

La historia de Martina: «Emigrar no es fácil, muchos lo hacen pero uno no sabe lo que es hasta que lo vive»

La historia de Martina: "Emigrar no es fácil, muchos lo hacen pero uno no sabe lo que es hasta que lo vive"

En esta sección te invitamos a conocer las historias de aquellos altagracienses viviendo en diferentes partes del mundo. Hoy dialogamos con Martina quien hace seis meses está trabajando junto a su novio Pedro en Nueva Zelanda. Ambos, armados con una Visa Working Holiday, se aventuraron en esta lejana y hermosa experiencia. Atrás quedaron sus hogares y la rutina de siempre, para adentrarse en una tierra de impresionantes paisajes, oportunidades laborales y desafíos emocionantes.

En AGNoticias la sección «Altagracienses por el Mundo» ya es un clásico de nuestro portal informativo. Un espacio dónde les acercamos los lectores historias de vecinos, amigos o familiares que dejaron su ciudad natal y que ahora están viviendo diferentes experiencias alrededor del mundo. En esta oportunidad, conocemos más a la altagraciense Martina Van Derdonckt.

Martina vivió la mayor parte de su vida en Alta Gracia, pero desde siempre tuvo muy presente la idea de realizar una experiencia trabajando fuera del país. «Cuando conocí a mi novio, Pedro, ambos coincidimos al instante que después de terminar nuestros estudios, nos queríamos ir del país para trabajar y conocer, aunque no sabíamos a donde. Eso fue ya hace 4 años».

Es así como ella y su pareja decidieron embarcarse en esta aventura hace seis meses atrás. Ambos aplicaron a la Visa Working Holiday con el objetivo de trabajar y conocer Nueva Zelanda por un año. «Estuvimos 3 meses en la isla sur desde que llegamos en marzo, en un pueblito que se llama Geraldine y queda a dos horas de Christchurch (la ciudad más grande de la isla sur). Ahora estamos en la isla norte, en Auckland».

La historia de Martina: "Emigrar no es fácil, muchos lo hacen pero uno no sabe lo que es hasta que lo vive"

La joven se recibió el año pasado de Pastelera Profesional en Córdoba, una carrera corta de dos años. Por otra parte, su novio es Ingeniero Agrónomo y trabajó durante 3 años en Argentina de su profesión.

«La pastelería y la cocina siempre me gustaron, pero nunca me animé a abrirme un emprendimiento. Antes de venirme quise empezar a hacer un poco de experiencia, trabajar en alguna cafetería o restaurante, pero como no tenía experiencia previa y en Argentina es requisito excluyente, se me hizo difícil«, declaró.

Los desafíos de emigrar: búsqueda de trabajo y vivienda

Conseguir trabajo y vivienda en el extranjero puede ser un desafío emocionante y gratificante. Pero también puede ser un proceso complicado que requiere planificación, paciencia y perseverancia.

En este sentido, Martina explicó que mientras estaban planeando el viaje, veían videos que decían que era muy fácil encontrar trabajo en Nueva Zelanda, que estos “llovían” por todos lados y que era imposible después de dos semanas seguir desempleado. «En parte si y en parte no. A mí me tocó vivir las dos caras».

La historia de Martina: "Emigrar no es fácil, muchos lo hacen pero uno no sabe lo que es hasta que lo vive"

Al momento de llegar, su novio Pedro había conseguido un trabajo en un tambo en Geraldine. Lo cual les daba la posibilidad de tener alojamiento en ese campo. «Vivíamos en una casa equipada solo nosotros dos, pagábamos una renta y servicios, pero nos vino al pelo ya que desde el inicio del viaje teníamos alojamiento seguro».

En el caso de ella, investigó un poco qué opciones tenía para trabajar de su profesión en Geraldine: había muchas cafeterías, pero era un pueblo chico. Eso le provocó un miedo de que no estuvieran buscando gente en ningún sitio. «Mandé un par de mails a estos cafés, y dos días después me llamaron de uno para hacer una entrevista/prueba en la cocina y esa misma tarde me dijeron que había quedado. Estábamos muy contentos, habíamos llegado un domingo y el viernes Pedro y yo ya estábamos trabajando».

Luego de tres meses, resolvieron mudarse a Isla Norte ya que su pareja había conseguido otro trabajo más relacionado a lo que hacía en Argentina. No obstante, esta vez les fue difícil encontrar donde vivir, buscar un lugar amueblado y equipado para una ambos. «Es un poco difícil y caro en esta parte de Nueva Zelanda así que decidimos vivir con “flatmates”(compañeros de piso)».

Afortunadamente encontraron un sitio en una casa de un pueblito llamado Waiuku, al sur de Auckland, donde vivía otra pareja de neozelandeses.

«Busqué trabajo por los cafés de la zona. Me presentaba y dejaba mi CV pero no tuve suerte. No pude conseguir trabajo. Después de unas semanas, decidimos mudarnos a Auckland, donde yo tenía la posibilidad de volver a trabajar con la misma empresa en la que estaba antes porque estaban por abrir un nuevo café en uno de los barrios más céntricos de la ciudad. Hoy estamos viviendo en una Residencia, mi novio conserva su trabajo y le queda a 40 minutos en auto, mientras que yo uso el transporte público«.

Descubriendo la vida en el paraíso del Pacífico

La altagraciense expresó que es difícil decir que ha sido lo que más le ha gustado de Nueva Zelanda luego de estos meses viviendo aquí.

«Es un país increíble. Los paisajes son soñados, el agua del mar y de los lagos es turquesa y todo alrededor es verde. Una cosa que yo no sabía es que este país tiene una interminable cantidad de especies de aves y están muy comprometidos con su protección y conservación. Mi favorito es el Tui, un pájaro negro que atrás tiene plumas azules y en el pecho tiene como un pompón blanco, me parece re simpático».

Siguiendo con este punto, comentó que la gente de este país es amable en todos lados. De hecho, mientras ellos hacían trámites, los sorprendió la cantidad de gente que les agradeció por venir a trabajar. «Conocen a Argentina, pero muy pocos saben quién es Messi, ya que acá se educa más el rugby que el futbol. El inglés que hablan es distinto. Nos costó un poco al principio agarrarle la mano, pero después de un par de semanas, te acostumbras a las expresiones que los kiwis (neozelandeses) usan al hablar. Es muy distinto a lo que uno escucha en las películas o series».

Con respecto a la comida, señaló que no tienen una comida «típica» debio a que es un país que fue conquistado por Inglaterra. Por ello, muchas de las comidas son adaptadas de allí como lo es el Fish & Chips (pescado frito con papás fritas). «También tienen Pies que son como empanadas en formato de tarta«.

«La cultura del café es muy fuerte. Te dicen que no vayas a Starbucks porque que hay tantos otros tostadores de café locales que son mucho mejor, y no se equivocan. En las cafeterías también venden Scones dulces o salados y Muffins durante el desayuno».

Por último, del clima contó que es muy raro y variado. Sobre todo porque en la parte donde residen ellos, Auckland, llueve casi todos los días. «Se dice que es como la ‘parte fea’ de Nueva Zelanda, pero yo no lo siento así. La mayoría de las veces llueve torrencialmente por 20 minutos y sale el sol por otros 10 y empieza a llover de nuevo. Siempre hay que andar con un paraguas en la mano».

Seis meses de experiencias inolvidables

Martina relató que al principio no se sentía muy preparada para la vida en el exterior y hasta dudaba de lo que «vivir afuera» significaba. «Lo sentía como un riesgo, el irme tan lejos de mi casa y no saber si todo iba a salir tan bien como uno se lo imagina. A la vez me gustaba verlo como un desafío donde no sabes qué va a pasar. Una aventura en la cual te puede tocar de todo un poco y en esas sorpresas iba a estar lo divertido».

A continuación menifestó que le tocó estar feliz, contenta, positiva pero también triste, preocupada, intranquila. Cosas a las que uno se expone cuando está lejos de sus seres queridos. Sin embargo, algo que ella rescata es tener la suerte de estar compartiendo esta experiencia con su compañero Pedro y cuando les tocan esos momentos de incertidumbre ambos se recuerdan la razón por la que decidieron venir.

«Nos gusta mirar hacia atrás cuando pusimos un pie por primera vez en el país al salir del avión y ver todo lo que hemos aprendido desde entonces. Terminamos riendo».

De igual modo, afirmó que emigrar no es fácil ya que les tocó ver como mucha gente lo hace, pero realmente uno no sabe realmente lo que es hasta que lo vive.

«Después de algunos desconciertos antes de venirme, puedo decir que estoy muy contenta de la decisión que tomé. Extraño mucho, pero me siento bien con lo que estoy haciendo y creo que es muy importante poder expresar esto cuando hablo con mi familia. De esa manera el extrañar no es un ‘quiero que vuelvas’, se transforma más en un ‘desearía estar ahí compartiendo vos'».

Consejos prácticos para aquel que decida emigrar

Por otro lado aconsejó que aquellos que estén pensando en irse a vivir a otro país, se informen muy bien, busquen información de diversas fuentes confiables y no se queden solo con una opinión.

«Por ejemplo en las páginas de inmigración de los gobiernos. Muchas veces uno piensa que con unirse a grupos de Facebook y expresar sus dudas ahí te va a ser suficiente, pero no es la mejor forma y a veces te genera hasta más dudas. Hay muchos influencers que también te ofrecen información gratuita a través de las redes. Es muy importante seguir buscando por otras fuentes y tener variantes«.

Asimismo, Martina agregó que es indispensable en estos países de habla inglesa, aprender a hablar inglés. «Uno a veces se confía de que va a haber alguien que hable español y te ayude a traducir. Pero al momento de conseguir un trabajo, tus opciones son muy limitadas».

Del mismo modo, ambos jóvenes mecionaron que últimamente han escuchado que los empleadores de Nueva Zelanda no toman a gente que no sepa dar una entrevista en inglés. «Esto porque hay cuestiones de la seguridad laboral que son importantes y si uno no entiende de qué se trata, corre un riesgo al trabajar».

«Por eso es muy importante prepararse. No es necesario que tengas pronunciación perfecta pero sí que sepas comunicar cuando no entendiste algo o cuando necesitas ayuda«.

¿Volver a Argentina?

Toda persona que emprende un viaje para irse a vivir a otro país lejano y ajeno, lleva consigo en su memoria los recuerdos de los seres queridos que dejó atrás. Martina manifestó que extraña mucho a toda su familia.

«Extraño a mi familia. Hablamos muy seguido, pero a veces por la diferencia horaria se hace un poco difícil. Cuando acá es de mañana, en Argentina es la tarde del día anterior y yo por lo general estoy trabajando. Termino tipo 4 o 5 de la tarde y a esas horas ya es la madrugada en Argentina».

No obstante, ante la pregunta está en sus planes regresar a Argentina en algún momento, la altagraciense aseguró que antes de eso quieren finalizar este año, disfrutar lo que les queda en estos últimos meses y conocer el país un poquito más.

«La realidad es que adoramos este país y vemos la posibilidad de construir un futuro en Nueva Zelanda, pero todo es un proceso. Nos encantaría quedarnos a vivir y a trabajar acá porque todavía tenemos muchas cosas por descubrir de este país. A la vez en Argentina tenemos a toda nuestra gente y nos gustaría tenerlos más cerca», concluyó.

nakasone