AG Noticias
Altagracienses por el Mundo

La historia de Marcelo: La aventura de vivir en la enigmática Isla de Pascua

La historia de Marcelo: La aventura de vivir en la enigmática y misteriosa Isla de Pascua

AG Noticias le da la bienvenida a una nueva sección que buscará contar las historias de aquellos altagracienses viviendo en diferentes partes del mundo. En esta oportunidad, dialogamos con Marcelo quien hace más de 12 años está viviendo con su mujer y sus cinco hijos en la misteriosa Rapa Nui, la famosa Isla de Pascua.

AG Noticias le abre sus puertas a una nueva sección en nuestro portal informativo bajo el nombre «Altagracienses por el Mundo». Un espacio dónde buscaremos acercarles a los lectores historias de vecinos, amigos o familiares que dejaron su ciudad natal y que ahora están viviendo diferentes experiencias alrededor del mundo. En esta oportunidad, conocemos más a el altagraciense Marcelo Carossi.

Marcelo es originario de la ciudad de Rosario pero pasó gran parte de su niñez y su adolescencia en Alta Gracia. Inclusive él se autodefine como «un huérfano errante».

Así lo explicacaba: «Mi madre altagraciense nos traspasó ese gen del cariño y amor por Alta Gracia. La ciudad me adoptaba en las vacaciones de verano o de invierno. Luego la niñez se transformó en adolesencia pero esa reciprocidad de amor por esta localidad se quedó conmigo y mi hermana me siguió».

A continuación señaló que siempre que regresa a nuestra ciudad sus amigas y amigos le preguntan cómo definir este lugar. A lo que él les responde: «Rosario fue mi primera novia, Isla de Pascua mi esposa y Alta Gracia mi amante eterna».

La historia de Marcelo: La aventura de vivir en la enigmática y misteriosa Isla de Pascua

Trabajo y familia

El hombre dejó Argentina atrás hace 31 años. Primero vivó en Viña del Mar trabajando en una multinacional de Telefonía con un muy buen cargo. Más tarde con su esposa, cansados de la globalización que trajo consigo el internet, decidieron que esta debía volver a sus orígenes. Así, ella volvió a esta isla y él a empezó a entender que este era su nuevo estilo de vida.

Después trabajó como Controller en un reconocido hotel de la isla conocido como «Nayara Hangaroa» y luego como Controller Supplies del único Supermercado del lugar. Un «Controller» es una persona encargada de dirigir el departamento y su función principal es evitar situaciones de crisis, inseguridad y desequilibrio en la empresa.

Actualmente, él y su esposa están administrando unas cabañas con lavandería llamadas «Tumu Vi». Ambos se están ocupando solamente de la parte de lavandería ya que, según lo que comentaban, el comportamiento del turismo no es tan elevado dado que en este momento operan solo 3 vuelos semanales y el reingreso de turistas ha sido lento.

La historia de Marcelo: La aventura de vivir en la enigmática y misteriosa Isla de Pascua

«Esto nos permitió criar y formar a nuestros cinco hijos: Vaitiare (hoy vive en Canadá), Yerko (Agricultor), Tipanie (Comerciante ), Vaitea (Sub Cheff) y Sebastian que aún está en el colegio secundario y pasa sus días surfeando en la isla«, comentó.

Además, Marcelo y su mujer colaboran con una Fundación llamada «Salud para Rapa Nui», la cual busca ayudar y mejorar la calidad de vida de la población de la isla.

¿Cómo fue transitar la pandemia?

Como es bien sabido, la pandemia del Covid19, conocido comúnmente como Coronavirus, se ha expandido a varias regiones alrededor del mundo. 

En este contexto, Marcelo señaló que la pandemia lo atrapó de vacaciones en Alta Gracia durante el mes de marzo del 2020 y pudo irse con lo justo antes de que Argentina cerrara sus fronteras. «Después estuvimos casi 45 días esperando para poder volver a Isla de Pascua, encerrados y con la incertidumbre de que pasaría con nuestro futuro».

Cuando finalmente pudieron arribar a la isla, la misma parecía un desierto. No había nadie por sus calles. «De ser un pueblo con mar pasó a ser un cementerio con mar. Lo digo haciendo alusión al escaso movimiento de su gente y el miedo que se sembró. Desde el Gobierno de turno no se hizo nada hizo por esta Isla de Pascua».

Asimismo, manfestó que al igual que muchas personas, el Covid cambió 360° grados la forma de vida de este sitio. Principalmente porque el sustento de la Isla de Pascua es el turismo y todo gira alrededor de ello. «Imaginate como se rompió la cadena de sustento. La gente que hace collares de flores para recibir a los turistas, los centros de buceo, los restaurantes, los guías, los conjuntos de bailes, los taxis, los artesanos, los pescadores. Por nombrar parte de la gente que el Covid afectó».

Posteriormente mencionó que los vuelos dejaron de llegar el 20 de marzo del 2020 hasta el 1 de agosto de 2022. Fueron en total casi 29 meses que pasaron encerrados y aislados del exterior. Sin embargo la sociedad de se terminó reinventando. «Trabajos comunitarios, trueques y un intendente que ayudó y peleó con el Gobierno del presidente Piñera para conseguir fondos de dinero y generar trabajo. Con esa ayuda en lo social, económica y social se pudo sobrellevar este encierro«.

La vida en la isla y la nostalgia por Argentina: «Nunca me fui, siempre estoy volviendo»

Marcelo nos brindó más detalles de la vida en este territorio. «Me gusta la tranquilidad, el vivir, el clima y aprendí a ser uno de ellos sin dejar de ser yo. Aprendí su idioma y su mística. Les enseñe un poco de nuestra cultura y ya logré que muchos tomen mates. Ahora saben que no solamente es Boca y River. Existen Rosario Central, Belgrano, Talleres, Newells e Instituto».

En relación a las lecciones y experiencias que saca de vivir tanto timpo en un lugar en el extranjero, expresó: «Vivir en el extranjero te enseña a revalorizar las pequeñas cosas que uno vivió y que no vivís acá. Bucear, probar un tipo de comida distinta, la cultura de su gente, su idioma y comprender la grandeza de su legado de los moáis».

Por otro lado, el hombre sostuvo que extraña el estilo de vida tan característico del argentino. El tomar un café, la quiniela e ir a Anisacate o al arroyo a tomar mates. «Esos conocidos que quizás hace años no veía y los encontré afuera de lo que fue Stugartt, el ruido del agua del primer paredón y obvio la familia».

Finalmente, frente a la posibilidad de regresar a la Argentina en algún momento, Marcelo aclaró que es «un imperativo de conciencia».

«Volver a encontrar esos lugares, esos rostros al igual que yo con más cenizas en el pelo. Dejar de estar para dejarse estar. También recordar esas noches de bohemia, entre Krakatoa, Krajos, Stugartt, San Remo, o el ir Saloon a hacer una previa. En fin retraernos en ese tiempo donde sin dudas todo era distinto. Por eso vuelvo. Como le dije a una conocida cuando la vi con su esposo en Becerra: nunca me fui, siempre estoy volviendo«, concluyó.

nakasone