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Altagracienses por el Mundo

La historia de Juan Cruz: Cumplió su sueño de emigrar y tramitar la ciudadanía italiana

La historia de Juan Cruz: Cumplió su sueño de emigrar y conseguir la ciudadanía italiana

AG Noticias le da la bienvenida a una nueva sección que buscará contar las historias de aquellos altagracienses viviendo en diferentes partes del mundo. En esta ocasión, dialogamos con Juan Cruz quien desde inicios del 2022 está viviendo con su esposa en Torino esperando ser finalmente ciudadanos italianos.

AG Noticias le abre sus puertas a una nueva sección en nuestro portal informativo bajo el nombre «Altagracienses por el Mundo». Un espacio dónde buscamos acercarles a los lectores historias de vecinos, amigos o familiares que dejaron su ciudad natal y ahora están viviendo diferentes experiencias alrededor del mundo. En esta oportunidad, conocemos más al altagraciense Juan Cruz Rimondino.

Juan Cruz transitó gran parte de su vida en Alta Gracia al igual que su esposa Candela. Sin embargo, ya en ese entonces, estaba proyectando el que sería el viaje de su vida. Principalmente lo que lo motivó fueron las ganas de vivir cosas nuevas e impulsadas también por la economía. «Había cierto aburrimiento en hacer siempre lo mismo, o quizás había llegado a un límite conmigo mismo. Quería más, conocer más, vivir nuevas experiencias».

Entre idea e idea, surgió la posibilidad de llegar a Europa para tramitar la ciudadanía italiana. Un motivo más que le daría muchas posibilidades nuevas. Pero, el COVID se interpuso. «Cuando me compré el pasaje jamás hubiese imaginado postergar mi viaje por tanto tiempo. Al momento de que logramos cambiar la fecha de vuelo, la idea de emigrar seguía estando bastante sembrada en mi cabeza».

La historia de Juan Cruz: Cumplió su sueño de emigrar y tramitar la ciudadanía italiana

La pandemia y la postergación de un sueño

Durante el 2020, momento de mayor auge de la pandemia del Covid-19, el joven había logrado sacar un pasaje para emprender esta aventura ese mismo año. «No pudimos viajar hasta dos años después. Sumando también que esos ahorros se iban esfumando en gastos cotidianos. Estuvimos mucho tiempo sin trabajar, y mis ideas de irme se tuvieron que pausar. Saqué de esta situación lo mas positivo, que fue conocer a mi mujer con la que estoy casado y viviendo acá hoy. Así que bueno, todo pasa por algo».

Juan Cruz realtó que fueron momentos de mucha incertidumbre sobre el qué pasará. «No podía saber cuando me iba a ir, o si ese viejo pasaje iba a tener validez, o cómo iba a ser la vida en otro continente con estos nuevos protocolos». También aseguró que habían hasta considerado en cambiar de destino por las cosas que creían que iban a ser difícil de llevar en Europa respecto al COVID.

En cuanto a protocolos, explicó que esperaban más. De hecho, antes de viajar se informaron y cumplieron al pie de la letra con todo lo que supuestamente era requisito para ingresar a cualquier país de Europa.

«Qué vacunas si y cuales no, hisopados, GreenPpass, barbijo de cierto tipo, declaraciones juradas, entre otros. Pero cuando llegamos nada de esto se nos solicitó. Habían carteles en las cafeterías que decían INGRESO SÓLO  CON GREEN PASS. Claro que nos asustamos porque no la podíamos tramitar, pero al final eran carteles viejos que nunca habían sacado. Hoy en día el barbijo es obligatorio solo en centros médicos, y si sos positivo en COVID te aconsejan reposo como con cualquier gripe«.

La historia de Juan Cruz: Cumplió su sueño de emigrar y tramitar la ciudadanía italiana

Vida en Torino, la ciudad moderna del norte de Italia

Actualmente, Juan Cruz vive junto a su esposa Candela en la ciudad de Torino desde abril del 2022. «Para nosotros parece una vida, pero es relativamente poco tiempo. Es la primera vez que me establezco en otro lugar del mundo, pero no va a ser la única».

Desde que empezó a buscar trabajo, el altagraciense se cruzó con muchísima demanda en el rubro gastronómico. «Justo acá en Torino encontras 3 o 4 restaurantes por cuadra. Todo mi camino laboral en Italia fue en cocinas. Es una profesión que vengo desarrollando hace unos años, siempre la experiencia es un punto a favor».

La oferta laboral en esta localidad de Italia es muchísima y particularmente en este rubro, «te toman rápido siempre que sepas un poco el idioma y prefieren contratar a personas con posibilidades de permanecer legalmente».

A continuación, resaltó que la comida italiana es una de las mejores experiencias culinarias que uno puede vivir. «Sus pizzas, las pastas que hacen, la variedad y la calidad es increíble».

Otra de las cosas que le sorpendieron y llegó a amar es la posibilidad de viajar y conocer. Desde un pueblito chiquitito hasta las ciudades más grandes. Hay muchas formas de recorrer el país porque hay muchos puntos turísticos que se van uniendo en una especie de recorrido “fácil, rápido y barato” con líneas de trenes, aviones low cost, bus y hasta autos compartidos.

«Es increíble la historia que hay que cada lugar, y las diferencias, la diversidad. Capaz mientras caminas ves restos romanos, o una iglesia o edificios que no te dicen nada y resultan ser patrimonio de la humanidad, o construcciones con más de 600 años de antigüedad. Incluso acá en Torino hay una Iglesia con el manto sagrado que envolvía a Jesús. Historias de creer o reventar».

Experiencias y lecciones adquiridas

El altagraciense sostuvo que vivir en un país extranjero te regala muchas experiencias. El choque cultural, los nuevos idiomas, entrar a supermercados y no entender nada o el tener que ir adaptando los bábitos alimenticios también es una nueva experiencia.

Después, con respecto al idioma, para Juan Cruz fue muy difícil sobre todo al prinicpio. «Pero una vez que uno se suelta al simple hecho de hacerse entender, la cosa va fluyendo. Hay que escuchar los dialectos y las formas en la que hablan todos los días».

Según relató, es importante no tomarse nada personal y entender que no todos tienen las mismas ganas o predisposición para con los extranjeros.

«En Torino particularmente hay muchísimos pero muchísimos inmigrantes, de hecho nosotros vivimos en un barrio de inmigrantes y la verdad que uno entiende porqué hay algunos italianos a los que no les gusta esto. No todo el inmigrante viene con buenas intenciones, y a veces nos meten a todos en la misma bolsa, es un poco lamentable. Yo opino que a la gente que trate mal simplemente no hay que darle importancia, y seguir buscando otras posibilidades».

En relación a los trabajos que tuvo que llevar a cabo en este país de Europa, manifestó: «Estuve en trabajos que me trataron realmente muy mal y trabajos en los que la pase 10 puntos. Entonces hay que saber que aunque estemos emigrando, nosotros acá venimos con la mejor intención y vamos a encontrar lugares donde nos reciban de la mejor manera».

Como consejo, Juan Cruz apuntó que lo mejor es venirse preparado para el choque cultural. «Es todo diferente, desde las cosas cotidianas hasta los entornos laborales. Siempre está la posibilidad de que existan malas experiencias, pero seguramente las buenas sean muchas más. No hay que olvidarnos de que estamos en un país ajeno, entonces hay que acostumbrarse a su cultura, respetar siempre, aprender el idioma que es facilitador, y manejarse con paciencia«.

¿Es tan difícil como se cree el tramitar la ciudadanía italiana?

En primer lugar, el altagraciense dejó en claro que nunca tuvieron en mente venir a Torino. Fue un poco de casualidad y otro poco porque era una muy buena opción: «Sabíamos que se podía tramitar la ciudadanía en esta comuna, había oferta laboral, una comunidad grande de argentinos, era una ciudad grande y los costos de vida acordes«.

«Cuando llegamos nos quedamos en un hostel donde conocimos a un cordobés que estaba con toda su familia haciendo lo mismo que nosotros. Nos ayudó muchísimo y nos guió en el paso a paso para hacer este trámite».

No obstante, aconsejó a las personas no hacer lo mismo que hizo él. Seguido de esto aseveró que es muy importante informarse, organizarse y decidir muchas cosas antes de empezar a tramitar la ciudadanía. Controlar bien la carpeta y poner atención en las diferencias entre un pueblo chico y una ciudad grande, debido a que no todas poseenel mismo protocolo, no son los mismos tiempos y la oferta laboral por supuesto tampoco.

«Conocimos gente que tuvo que volverse con una mano adelante y otra atrás por esquivar un paso del trámite, y todos sabemos el esfuerzo que implica salir del país».

Asimismo, tampoco es tan fácil conseguir departamento. Ambos jóvenes estuvieron más de un mes dando vueltas por hostel, hoteles a airbnb, y por supuesto sus ahorros se iban achicando. «Conseguir un alquiler es también tranquilidad para los que venimos a hacer este trámite. Mucha gente viene con este paso ya resuelto que es buenísimo».

Por último, recomendó a todos aquellos que deseen emigrar, venirse preparados mentalmente y con paciencia. «Hay muchísima gente tramitando, muchísima gente buscando departamentos, y muchos estafadores dando vueltas. Tienen que tener cuidado, buscar referencias, hablar con gente, estar en grupos de argentinos de la ciudad a la que vayas«.

El recuerdo que le deja Argentina y nustra ciudad a los altagracienses

Por otro lado, Juan Cruz reflexionó que lo que más extraña de las raíces argentinas y altagracienses es un asado con amigos, unas empanadas con la familia, juntarse todos los domingos en la casa de algún familiar y que vayan todos a comer o tener un día fijo para comer con amigos. «Las cosas se viven de otra manera acá. Son culturas distintas, la gente vive de otra forma. Por supuesto que va más allá. No es sólo extrañar una buena comida nuestra, es la conexión que genera».

Finalmente, expresó que aún no piensan regresar al país porque hace relativamente poco que están en Torino. «Nos gustaría cambiar de ciudad cuando salga la ciudadanía y sabemos que va a llevar un tiempo volvernos a acomodar. A parte vinimos a conocer, acá viajar es muy barato y muy posible. Queda mucho por recorrer todavía antes de volver, y si vuelvo es para visitar a la gente que quiero, porque por supuesto que se extraña«.

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