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La Educación sobre la Mesa

La Educación sobre la mesa. Hoy «Educación con retorno, educación como inversión»

La Educación sobre la Mesa. Hoy: "Ambiente que ambienta el estudio"

Por Laura Iglesias (Especial para «La Educación sobre la Mesa»)

La Educación sobre la mesa. Hoy «Educación con retorno, educación como inversión.»

     El campo de estudio de la economía de la educación se ha interesado en analizar los beneficios o retornos que genera la formación de las personas. Se han identificado tanto retornos sociales como privados. Los primeros son aquellos por los que la sociedad en su conjunto se beneficia de un mayor nivel educativo de sus individuos. Por su parte, los retornos privados son aquellos que benefician esencialmente a la persona que es educada: el acceso a un mejor trabajo, mejores ingresos futuros, mayores probabilidades de obtener un empleo, entre otros.

     Nuestro andar cotidiano de hoy pareciera deslizarse en un paisaje plasmado en las aristas de la economía, cual norte que guía cada decisión que tomamos a cada paso que damos. Andando y desandando recorridos literarios, encontramos que existe evidencia de que la educación contribuye al crecimiento económico (Krueger y Lindahl, 2001), a una mejor salud de la población (Brännlund, 2014: Heckman, Humphries y Veramendi, 2018), a una mayor participación en la vida democrática (Becker, 1993) y de que cuando hay igualdad de oportunidades educativas, la educación ayuda a disminuir las desigualdades de ingresos (Adrogué, 2019).

Es así que aparece una de las preguntas interesantes en el área de la economía de la educación, que se relaciona con los beneficios privados que obtienen las personas por continuar con sus estudios. Los retornos monetarios en el futuro como contrapartida de una mayor ‘inversión’ en educación en el presente. ¿Es posible pensar a la educación como una inversión económica?

El retorno de la educación

El rol de la educación es de suma importancia para generar mejores oportunidades para todas las personas que integran la sociedad. La Ley de Educación Nacional N°26.206, en su artículo 11, expresa los fines y objetivos de la política educativa nacional, entre los cuales citamos:
a) Asegurar una educación de calidad con igualdad de oportunidades y posibilidades, sin desequilibrios regionales ni inequidades sociales; b) Garantizar una educación integral que desarrolle todas las dimensiones de la persona y habilite tanto para el desempeño social y laboral, como para el acceso a estudios superiores.

Observamos entonces que el desarrollo económico social de un lugar, guarda estrecha relación con la calidad de educación formal que se brinda, que a su vez oficia de estímulo, en el individuo, para continuar una trayectoria de formación superior. Pero retomando la cuestión, “El retorno de la educación” es un concepto que se refiere a los mayores ingresos derivados de haber alcanzado un mayor nivel educacional, que podemos medir tanto en valores absolutos (en unidades monetarias) como en porcentaje, lo que implica calcular la tasa de retorno de la educación. Así, es factible, calcular el retorno de los diversos niveles educativos: educación primaria, secundaria, superior y de postgrado.

Primero el logro…  y luego el retorno

Sin adentrarnos en el campo netamente numérico y de estadísticas, encontramos otra definición que acompaña la teoría del Retorno de la Educación, y que la precede, es el “Logro Educativo.” Se define como los años de educación que alcanzan las personas dentro del sistema educativo formal y es uno de los principales componentes del capital humano, el cual a su vez es determinante para el crecimiento económico.  Existe certidumbre, a cerca, de que los países con mayor logro educativo crecen económicamente más rápido y de que las personas con logros educativos más altos tienden a tener salarios más altos en el futuro.

Una gran cantidad de estudios empíricos se concentraron en analizar qué atributos hacen que una persona pueda acceder más fácilmente a un empleo, los mismos, junto a enfoques de corte teórico, han concluido que todo aporte de recursos con el fin de aumentar los conocimientos y las habilidades mentales y físicas de las personas, contribuye a aumentar la probabilidad de conseguir un empleo y a elevar las retribuciones que éstas perciben. En tal sentido, la educación juega un rol fundamental, tal como destaca la llamada Teoría del Capital Humano y el Concepto de Empleabilidad (London-Formichella 2005, 2006).

El clima educativo familiar.

 La factibilidad de acceder o no al sistema educativo constituye un factor determinante, y esta variable, a su vez, se encuentra influida por múltiples causas entre las que se destacan la historia familiar y social de cada individuo. Aquí aparece lo que se llama “el clima educativo familiar”, que determina la motivación de los padres para que sus hijos se eduquen, y el acceso concreto a las oportunidades, de las que disponen. Las situaciones adversas, a las que hacemos referencia, en cuanto a falta de equidad social, son contrarrestadas con la presencia de un clima educativo familiar alto.

 El desafío como argentinos, será entonces, mejorar la calidad educativa, modificar los programas acorde a las exigencias de la demanda laboral, establecer la obligatoriedad de la terminalidad de los estudios medios y ofrecer los recursos para que esto pueda ser llevado a cabo. Asimismo, implica modificar las expectativas de los individuos, para lo cual deberá plantearse una política educativa específica de inclusión social. (CONICET)

Fuente: Observatorio de Argentinos por la Educación – CONICET.

  “No hay inversión más rentable que la del conocimiento”. Benjamín Franklin

¡Que disfruten de un hermoso domingo!

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