Las escuelas son los espacios donde pasamos gran parte de nuestra vida y nos llenan de recuerdos. En esta oportunidad, hacemos un repaso del ayer y el hoy del colegio Presidente Yrigoyen ubicado en Barrio General Bustos.
La escuela tiene un papel invaluable en la sociedad; ella no sólo es un espacio donde se construyen saberes y se desarrollan habilidades cognitivas, sino que es un muy importante en la formación de la identidad y de las experiencias tanto de niños como de jóvenes. Hoy conocemos más de la historia y proyectos de este colegio de nuestra ciudad, Presidente Yrigoyen.
Historia de la escuela: Fundación y alumnos inscriptos
A veces, en el trajín cotidiano parece que la escuela no tiene pasado ni futuro: el hoy lo abarca todo. Pero la realidad es que todos van o hemos ido cada día a una escuela que, independientemente de su antigüedad, tiene una historia.
En el mes de julio de 1926, quien inició la inscripión de alumnos para la Escuela Fiscal de Villa Oviedo fue la Señorita Celestina Molinari. En ese momento se anotaron más de 70 niños y ya para marzo de 1928, había una inscripción de 59 varones y 32 niñas. Los alumnos asistían en horarios separados los cuales estaban distribuidos en tres turnos: mujeres por la mañana y hombres media mañana/siesta.
Edificio y desdoblamiento de la institución en varones y niñas
Llegada la fecha del 4 de mayo de 1930, la escuela se traslada a otro edificio ofrecido por la Municipalidad, otorgado por quien en ese entonces era el intendente de la ciudad: Don Carlos J. Bossi.
El 24 de julio del año siguiente, la institución se desdobla en Escuela Fiscal de Villa Oviedo, donde solo asistían varones, y en Escuela Fiscal de Niñas Manuel Belgrano a cargo de la Señorita Molinari.
Ambos colegios se unen nuevamente y funcionan dos turnos mixtos: la escuela sigue creciendo
Para el 10 de marzo de 1941 nombran de segunda categoría a la nueva Escuela Fiscal Presidente Yrigoyen. En total en ese momento concurrían de 105 a 115 alumnos distribuidos en: primero inferior con 72 alumnos, primero superior con 34, segundo 38 y tercero 11.
Cinco días más tarde, la Escuela de Villa Oviedo de varones se une a la Escuela Fiscal de Niñas Manuel Belgrano y comienzan a funcionar nuevamente dos turnos mixtos. Logrando que la matricula ascienda a 178 alumnos y la institución sigue creciendo.
Creación de la cantina escolar
En el acto del 23 de mayo, durante la celebración de la Fiesta de la Patria, habilitaron la cantina escolar con el objetivo de poder brindarles el desayuno a los alumnos y alumnas que asisten a la institución. La misma fue costeada por la Municipalidad.
Habilitación de un nuevo local para la escuela
Luego el 18 de julio habilitan un nuevo local para la escuela ubicado en la calle Santa María. El edificio, propiedad de la Municipalidad de Alta Gracia, fue construido en 1940 “contando con dos aulas, dirección, comedor-cantina, cocina, una amplia galería y patio para recreo. Además, estaba dotado de agua corriente y luz eléctrica”, describen los archivos históricos.
Inclusive, durante todo el periodo escolar de ese año, se organizó un museo escolar y se plantaron árboles en las calles que rodean la escuela.
Inauguración del comedor y dos nuevas aulas en el Presidente Yrigoyen
Arribamos al 1 de junio de 1944, fecha en la que se abre el Comedor Escolar que es mantenido por la Municipalidad en ese entonces.
Dos años después, la escuela pasa a tener 112 alumnos. Además, se crea el quinto grado y la inscripción asciende a 160 estudiantes.
Asimismo, la escuela es ascendida a segunda categoría el 15 de mayo de 1950 y cuenta con 230 alumnos.
En 1956, por falta de aulas, alquilaban una propiedad ubicada en Santa María al 1417 donde vivía Doña Julia López de Salgado. Hasta que, el 30 de mayo del mismo año, les conceden dos nuevas aulas construidas por la Comuna local y la Asociación Cooperadora.
Celebración de las Bodas de Oro
Hacemos un salto repentino en el tiempo y para el año 1976, celebran las Bodas de Oro con la presencia de autoridades, abanderados de otras escuelas y la comunidad. En un acto realizado en la calle de la escuela acompañado de un desfile del alumnado. Inclusive, cuentan el registro histórico, que «los festejos continuaron hasta bien entrada la tarde».
Donación de terreno y primeros atisbos del nuevo edificio
Siendo en ese entonces el intendente de Alta Gracia, el Dr. Julio Barrientos, en 1992 , la Municipalidad dona un terreno situado en Rafael Lozada y Saavedra, con el objetivo de llevar a cabo la construcción de un nuevo edificio.
1993 y 1995: Proyecto Estimulo a las Instituciones Educativas y Proyecto 1 Mejoramiento de la Calidad de la Educación
El año siguiente, 1993, la escuela ingresa al Proyecto Estimulo a las Instituciones Educativas -Plan Social Educativo- como premio al proyecto “Comunicándonos en igualdad de oportunidades”. Este último fue presentado al Ministerio de Cultura y Educación de la Nación.
También en 1995, en el marco de este Plan Social Educativo, la institución ingresa al Proyecto 1 Mejoramiento de la Calidad de la Educación. Gracias al mismo, se crea una amplia biblioteca centralizada, bibliotecas áulicas y se adquiere el equipamiento didáctico necesario.
Cuatro años más tarde, la escuela cuenta con 350 alumnos distribuidos en 3 secciones de primer grado, 2 de segundo grado, 3 de tercer grado, 2 de cuarto grado, 2 de quinto grado y 2 de sexto grado.
Años 2000-2001: Construcción del nuevo edificio, Jardín y acto de inauguración
Finalmente, en el mes de noviembre del año 2000, comienza la construcción del nuevo edificio para la Escuela Primaria en calle Rafael Lozada y Saavedra.
Después en febrero del 2001, inicia la edificación del Jardín de Infantes, el cual contaba con una dirección independiente.
Además, el 25 de abril el 2001, se llevó a cabo el acto inaugural. Participaron del mismo el Gobernador de la Provincia de Córdoba, Manuel de la Sota, el Ministro de Educación Juan Carlos Maqueda, autoridades educativas y municipales, abanderados y directivos de Instituciones Escolares, padres y vecinos del lugar. El edificio en ese entonces contaba con seis aulas, sala de multimedia, laboratorio, sala de gabinete, salón de usos múltiples, cocina, comedor, dependencias para el personal directivo, docentes y auxiliares y polideportivo. Todo con su respectivo equipamiento.
Relato de una ex alumna de la insitución
Por estos espacios ha pasado gente, con sus propias historias; han sucedido muchas cosas y cada una de ellas ha dejado su huella. A continuación compartimos una historia difundida por una antigua alumna, Anita Sliakonis, que asistió al colegio Presidente Yrigoyen. Este relato se dio en el marco del cumpleaños número 94 del establecimiento educativo:
«Tengo presente en mis recuerdos a mi querida escuela con su mástil en el medio del patio y un hermoso ceibo. En ella hice mi primaria en el año 1946 con la señorita Álvarez, para nosotros nuestra seño Mima. Recuerdo a otras muchas maestras, como, por ejemplo: Odalia Moll, María Rosa Guajardo, Nelly Beatriz Rudici, María Ciámpoli y María Elena Luna que fue nuestra maestra de séptimo grado.
Éramos un grupo muy unido que guardo en mi memoria, los nombres de todos mis compañeros. E inclusive en el tiempo que estaba como presidente Don Espíndola y después Don José Berardo, mi mamá María Sliakonis era miembro de la comisión.
Hace poco tiempo, tuve la oportunidad de visitar la escuelita. Con su lindo ceibo, su patio, su galería ¡cuántos recuerdos! Si habremos corrido, saltado la piola y en la galería jugar a los videítos y dar vueltas y vueltas ¡que hermoso recuerdo!
Con “chiquita” hicimos el primario y el secundario juntas hasta recibirnos de maestras. Mi primer trabajo como docente en el año 1959, lo hice en esta escuela, reemplazando a la señorita de Nancy Britos de quinto grado. Después trabajé en Santiago de Liniers con varones y Manuel Solares con las niñas».
La palabra de la directora del Presidente Yrigoyen, Patricia Scurti
A continuación, AG Noticias dialogó con la directora del Presidente Yrigoyen Patricia Scurti, para conocer todos los proyectos que se han llevado a cabo y los que continúan desarrollándose este 2023.
En primer lugar Patricia señaló que es un gran trabajo el que hacen con la comunidad, dado que esta es muy vulnerable en cuanto a lo social y económico. «Por eso a veces es mucho lo que hacemos a pulmón con los docentes. El año pasado hicimos una pollada para juntar fondos para lo básico de la escuela como productos de limpieza o pintura».
Inclusive agregó que cuesta mucho sacar también a esta comunidad del machismo. Por ello, el primer proyecto al que Patricia hace referencia, es a los talleres que están llevando a cabo en la escuela sobre violencia de género y el rol de la mujer en la sociedad. «Queremos empoderarlas más y subirles el autoestima. Cuesta mucho invitarlas a salir de esa realidad porque tienen muy naturalizado su rol».
Escuela y Lazos: un proyecto textil protagonizado por mamás del colegio
Desde el año pasado funciona en la escuela Presidente Yrigoyen un espacio para madres de alumnos de la institución. Donde se les brinda capacitación y trabajo para que puedan reinsertarse laboral y educativamente, generando nuevas oportunidades. Encabezado por la gestora cultural, Paola Piantanida.
Sobre esto, la directora explicó cómo fue el momento cero en que comenzó a implementarse. Todo inició con una charla de pasillo entre la gestora cultural y una seño de la escuela. Esta última le contó cómo era la comunidad y cómo trataban de ayudar a las familias. «Después empezó a venir frecuentemente para volver este proyecto una realidad. Nos contaba y a mí me parecía una cosa muy inmensa de llevar a cabo. Pensábamos que el espacio no iba a alcanzar o que no contábamos con la gente necesaria».
Actualmente, hay un grupo de alrededor de cuatro o cino mamás que forman parte también de la cooperadora todos. A todas les gustó muchísimo el proyecto y decidieron sumarse. «Tienen realidades muy distintas y difíciles. Hay una de ellas que lleva y trae a los chicos en una moto como un transporte escolar porque es lo único que tiene. Muchos chicos van con ella y lamentablemente es la salida laboral que tiene. Es muy trabajadora, al igual que las demás mamás».
Este proyecto sirve para preparar laboralmente a estas mujeres. De hecho, antes no sabían hacer moldes ni coser a máquina. «Paola trajo profesores y estos les enseñaron. Empezaron haciendo muñequitos con elementos reciclados que los armaban a partir de los dibujos que hacían los alumnos en una clase sobre las emociones. Pero fue algo que no les terminó de cerrar. Ahora han hecho almohadones con toda tela donada, por ejemplo, por el Rotary. Están felices ahora porque han aprendido mucho«.
Patricia sostuvo que este año van a seguir con los almohadones y que tuvieron una gran compra de un vecino que fue ex alumno de la escuela. «Dijo que estaba muy contento. Inclusive nos felicitó por cómo estaba la escuela». Y agregó que éstas mamás hicieron doce más, los vendieron y arrancaron nuevamente con seis nuevos que les encargaron. «Del ingreso de lo recaudado un porcentaje va destinado a las mamás y el 10% a la escuela. Los otros días una mamá me dijo que esto la había salvado porque solo tenía $50 en la mochila«.
Proyectos de inclusión y convivencia: el trabajo con la comunidad gitana
La convivencia y la incusión son temas fundamentales y recurrentes debido a que en ciertas ocasiones, los problemas que se producen fuera del establecimiento, llegan hasta la institución.
Por tal motivo, existe otro proyecto que está tomando mucha fuerza en estos últimos años y es el de la gran comunidad gitana que existe en Barrio La Perla. La mayoría de ellos solo reside por un tiempo y regresan a provincias como Santiago del Estero, a Río Cuarto o Mar del Plata, donde van a vender lo que traen.
«Empezamos a trabajar hace unos años para incluirlos en la comunidad educativa porque son parte del barrio. Hasta pusimos una línea de colectivos para que los chicos pudieran venir y que no fuera la excusa de que la escuela está lejos. Nosotros hasta les hemos sacado el boleto educativo«, afirmó.
A mediados del año pasado, junto a una maestra de jornada extendida, comenzaron a visitarlos uno por uno en sus hogares con el objetivo de lograr que asistan a la escuela. Han solicitado a Desarrollo Social poder llevar a cabo un censo que servirá para conocer cuántos chicos y chicas hay en la comunidad, ya que estos van y vienen.
Por lo que las docentes de la escuela Presidente Yrigoyen han decidio ponerse manos a la obra y realizar ellas mismas este censo. «Si hiciéramos el censo podríamos pedir una nueva maestra, una nueva partida. Estas semanas que vienen vamos a comenzar nosotras mismas a hacer el censo. También estamos preparando las preguntas para saber que grupo tenemos».
De por sí, llevan a cabo un trabajo a pulmón todos los sábados que van a conocer la realidad de estos chicos. «Buscamos, hablamos y todos siempre nos reciben muy bien. Ahora solo van seis de ellos, pero sabemos que son muchos más. Su situación es muy precaria y realmente es una comunidad muy invisibilizada«.
Otro punto relevante es el hecho de que están tratando de incorporar la cultura de esta comunidad a las aulas para que estos niños y niñas que no asisten a la escuela se interesen. Al mismo tiempo, que los demás alumnos aprendan del pueblo gitano y sus costumbres. De hecho, en la ciudad de Córdoba Capital existe un colegio que trabaja con la comunidad gitana y los ha incorporado a la escuela.
«Hablé con un profesor de lengua de Buenos Aires que es gitano y tiene su propia escuela. Todos me proponen que haga un aula con niños de la comunidad gitana. Es lo ideal porque ahí ellos van a trabajar con sus propios intereses, idiomas. A partir de lo que ellos conocer y les interesa van a empezar a trabajar y de a poco iremos incorporándolos a los grados. Ninguno de ellos sabe leer y escribir porque no están alfabetizados».
Patricia comentó que, por ejemplo, cuentan con profe de danzas gitanas que serviría como un puntapié para aprender desde allí e ir incluyéndolos. «Hemos estado buscando ayuda de todos lados y Amira hace danzas gitanas, un espectáculo que se llama Gitanería. Ella viene a la escuela, nos da charlas, cuenta cuentos de gitanos, canta canciones. Invitamos a los papás de los gitanos a que venga a ver todo esto».
El trabajo con fundaciones: Effeta, Rotary, CRECER y la Municipalidad
Asimismo, el colegio Presidente Yrigoyen trabaja el tema de la integración con la Fundación Effeta. Estos cuentan con una escuelita donde asisten los niños junto a las maestras jubiladas los días martes y jueves. «Nos ayudan un montón para saber y ver quien va o quien falta, o que es necesario reforzar en esto o aquello. Ahora también van a trabajar con el proyecto textil de las mamás porque compartimos comunidad».
A su vez, colaboran mucho con la Casa Abierta que está compuesta por asistentes sociales. Ellos proveen de mercadería y dan cursos de crianza.
Por otra parte, con el Rotary Club Alta Gracia planean llevar a cabo una gran rifa junto a los hombres que forman parte de esta organización. La misma se realiza con el objetivo de concretar un proyecto de un aula multimedia con equipo de sonido y pantalla. En base al presupuesto presentado y a lo que proponen que venderán los alumnos, el valor de la rifa es de $800.
«Rotary se hará cargo de los premios y nos dará un porcentaje de lo recaudado. Estamos viendo si va a hacer un pozo común de cada escuela. Van a ser dos o tres meses de ventas y ellos después van a venir a ver como invertimos esa plata. La gente del Rotary está yendo casi a diario a la escuela a ver que necesitamos», detalló la directora.
Después, el Centro de Integración del Discapacitado CRECER fue de gran ayuda para la escuela ya que con ellos pudieron hacerle los debidos estudios a uno de los niños a partir de Rodrigo Martínez, director de Educación.
Del igual modo, se encuentran dentro del proyecto que tiene la Municipalidad junto al Instituto de Educación Superior Dr. Domingo Cabred. En este lugar se egresan muchos psicopedagogos y la Municipalidad de Alta Gracia ha hecho un contrato para que las residencias de estos egresados sean en las escuelas de la ciudad. «Estamos esperando eso porque nosotros trabajamos con la Escuela Carolina Mosca. Ellos nos otorgan un docente de ayuda integral para la inclusión el cual viene dos veces a la semana, pero pasa que tenemos muchos chicos que están necesitando ayuda».
La docente aseveró que realmente hace falta en la escuela un gabinete de psicopedagogos, fonoaudiólogos y psicólogos debido a la gran cantidad de niños y niñas.
Problemas edilicios
Como sucede en ciertas ocasiones en los establecimientos educativos, la escuela Presidente Yrigoyen está tratando de solucionar diferentes problemas edilicios que presenta el edificio. De esta manera, Patricia declaró que se encuentran con muchos arreglos sobre todo porque se les llueve el techo.
«Uno de los contratistas me dijo que hay que levantar el techo. Esos son todos pre moldeados y viene un contratista y te dice que hay que poner una zingueria acá, otros allá y ninguno está queriendo agarrar la obra porque no se sabe cuál va a ser el resultado. El otro día se llovió muchísimo una de las salas y me dijeron de hacer lo que primero se pueda para que, aunque sea dure un par de años«.
Respecto al tema de la pintura de la fachada, reveló que desde el año 2001 están en este nuevo edificio y que nunca fue pintado por fuera. Sin embargo, por dentro sí ya que las aulas fueron pintadas por las mismas maestras cuando empieza el año, al igual que los pasillos.
Incluso el año pasado lanzaron un proyecto donde tomaban a gente que cobraban planes y ellos fueron quienes los ayudaron a pintar la escuela. «En el frente tenemos una parte que es re alta pero no llega nadie hasta arriba».
Por otra parte, las docentes compraron tres calefactores y ventiladores tanto para el invierno como para el verano. Aunque aún aguardan por alguien que vengan a colocarlos. «Un papá nos ofreció su ayuda, pero el solo no los va a poder colocar a todos. También a principios de este año compramos diez ventiladores, pero solo hay colocados cuatro».
Por último, la directora del Presidente Yrigoyen, Patricia Scurti, manifestó que es muy grande el trabajo que hacen los y las docentes todos los días y que conlleva mucho esfuerzo. «Sabemos cómo es nuestra comunidad y de eso tiene que partir el cómo enseñamos. Por ahí debemos dejar de lado algunas cuestiones y tomar otras que nos dan resultados. Porque queremos que los chicos y chicas salgan lo mejor posible para que puedan seguir estudiando. La verdad agradezco los docentes que tenemos porque si no no podríamos trabajar, así como lo hacemos«, concluyó.
