En una comuna del Departamento Santa María, las autoridades decidieron realizar una encuesta de clima laboral. Hasta ahí, todo bien. El problema es que en esta encuesta se habrían pasado por alto (o directamente ignorado) algunas limitaciones que apuntan a lo ético.
¿Hasta dónde un empleador puede indagar en el pensamiento de su trabajador sin que ello implique tomar luego represalias o medidas punitivas ante lo expresado por el encuestado? ¿Quién elaboró la encuesta que fue entregada a los trabajadores de esta comuna ribereña de nuestra región, y cuáles fueron sus reales intenciones?
La tan mentada encuesta
La encuesta en cuestión, que fue realizada hace unas semanas, constaba de 10 preguntas. Algunas, las primeras, entran dentro de lo esperable, apuntando a conocer el grado de satisfacción que el empleado tiene en su ámbito laboral. A medida que la encuesta avanza, las preguntas ya parecieran apuntar a otra cosa. Analicemos juntos:
- ¿Se siente a gusto en su lugar de trabajo, cuenta con los elementos necesarios para ello?
- ¿Qué considera que le falta y en qué medida? Expláyese con confianza
- ¿Cómo es su relación con sus compañeros de trabajo?
- ¿En su lugar de trabajo se respeta la figura de la Comisión Comunal?
- En su opinión del uno al cinco, donde cinco es mejor, ¿cuál es su opinión respecto de la Presidente Comunal en cuanto a directivas y claridad?
- Y en su opinión del uno al cinco, donde cinco es mejor, ¿cuál es su opinión respecto del Tesorero Comunal en cuanto a directivas y claridad?
- Del uno al cinco, ¿cuanto es el respeto de sus compañeros respecto de la Comisión Comunal?
- ¿Existe alguno de sus compañeros que no respeta las órdenes de la Comisión Comunal? ¿Puede determinarlo?
- ¿Alguno de sus compañeros les invita a no respetar las órdenes de la Comisión Comunal? ¿Puede determinarlo?
- ¿Qué considera que se puede mejorar en la Comuna para el público y el personal?
De una lectura de las preguntas, puede decirse que los puntos 1, 2, 3 y 10 entran en el terreno de lo normal y a la vez útil, tanto para el empleador como para el trabajador.
Los puntos 4, 5, 6, 7, 8 y 9, sin embargo podrían interpretarse de otro modo. ¿Qué se pretende con las respuestas de los encuestados? ¿Qué objetivo persiguen estas preguntas?. Al decir «¿puede determinarlo?» en los puntos 8 y 9, ¿qué se busca? ¿que el empleado «marque» a un compañero con nombre y apellido?
Habría que recordarle a la autoridades comunales de esta localidad que desde 1983 hemos vuelto a vivir en democracia; y que prácticas como éstas pertenecen a otros tiempos, donde la ética era vulnerada, la privacidad de los actos no existía y la libertad de pensamiento era reprimida con balas, torturas y prisión.
Pero eso no es todo…
Las hojas de la encuesta distribuidas a los empleados, cierra con un párrafo que dice lo siguiente: «La presente encuesta es anónima y la Comuna ninguna medida personal podrá tomar, surgente de la presente. Es a los fines de consultar su opinión. ¡¡¡Sea libre!!!. Si tiene que nombrar un compañero entienda que es en su beneficio y de la armonía laboral»
Ya de por sí el concepto de señalar a otra persona mete miedo que sea utilizado por autoridades electas por el pueblo. Pero si además, los hechos no acompañan los dichos, la cosa se pone peor todavía.
Días después de realizada la encuesta de clima laboral, la Comuna dispuso el despido de una empleada.
Entre los fundamentos dados a conocer públicamente (porque la resolución fue expuesta en el transparente ubicado al ingreso del edificio comunal aún antes de habérselo comunicado a la empleada), la Comuna expuso lo siguiente:
O sea, que a confesión de partes, relevo de pruebas. La misma Comuna en su fundamentación de por qué despide a una empleada, admite haber utilizado datos extractados de lo que fue la encuesta realizada entre los trabajadores.
Lo relatado no ocurrió en 1977, ni tampoco aconteció en un país sometido a una dictadura. Ocurrió hace pocos días, y en una comuna que no hace tanto también supo vulnerar los derechos individuales al instalar cámaras con micrófonos en las oficinas, sin consentimiento ni permiso. Una comuna cuya titular dejó claro, por resolución pública, que tenía más facultades y atribuciones que el mismísimo Presidente de la Nación.
Nota: el nombre de la Comuna y de la empleada son evitados ex profeso, con el fin de no lesionar a la persona que se vio involucrada en el hecho.
Solo para entender la herramienta
Una vez narrado lo acontecido, bueno es que todos sepamos de qué se trata el uso de estas famosas «encuestas de clima laboral».
En el manejo de las empresas o de distintos ámbitos de trabajo, existen herramientas que propenden a mejorar el rendimiento del trabajador a partir de conocer sus opiniones. Entre estas herramientas, está la llamada «Encuesta de Clima Laboral».
¿Qué vendría a ser una «Encuesta de clima laboral»?
Si uno indaga la definición en cualquier buscador, encuentra lo siguiente:
Una encuesta de clima laboral es una herramienta que sirve para evaluar el grado de satisfacción de las personas de la organización con la empresa. Es una manera de que los empleados expongan sus opiniones y su situación en la compañía de manera oficial.
«Se trata de una herramienta que ha de utilizarse de modo continuado a lo largo del tiempo. La clave de esta herramienta radica en su ejecución periódica para que, de este modo, Recursos Humanos pueda observar la evolución de los distintos indicadores y establecer programas de mejora», continúan indicando los entendidos en la materia.
Los límites de la encuesta
Claro está, que como toda herramienta, debe tener sus parámetros y sus límites.
Sigamos desgranando conceptos: ¿Qué no se debe hacer en una encuesta de clima laboral? «Lo que nunca hay que preguntar en una encuesta de clima es nada que pueda resultar ofensivo para el empleado; no se debe hacer ninguna pregunta sobre temas personales ni sobre temas religiosos ni políticos, ni preguntas que puedan suponer agravios comparativos entre los empleados».
