Entrevistamos a Claudia, una docente de la ciudad, para conocer cómo debió adaptarse al mundo virtual.
Ya va casi un mes de que los niños y adolescentes en edad escolar debieron adaptar su aprendizaje a las plataformas webs. Pero no sólo ellos debieron de predisponerse a una nueva forma de enseñanza, sino que también los docentes tuvieron que adquirir herramientas diferentes. Es por esto que hablamos con Claudia, una docente de la ciudad quien nos cuenta cómo fue ingresar al mundo virtual; para muchos desconocidos.
¿ Qué plataforma utilizas para dar clases?
Apenas se lanzó la plataforma CLASSROOM, vimos una opción interesante para poder trabajar con algunos Espacios Curriculares. Personalmente, trabajamos a la par las tres docentes que formamos el trío pedagógico; organizamos una actividad y subimos a la plataforma vídeos o imágenes que nos permiten generar un intercambio un tanto más fluido de comunicación y respuestas.
¿Cómo adaptaste la materia al formato virtual?
No fue fácil, y cada día continúa siendo un desafío. Desde el comienzo de esta situación, recurrimos a obtener las direcciones de correos electrónicos de un familiar de nuestros estudiantes, y así poder enviar las propuestas pedagógicas. Y la conexión de una mamá del grupo que funcionara como “referente” en el intercambio comunicativo con el resto de las familias a través de WhatsApp. Una herramienta que nos permite, sin dejar de lado cierta formalidad, llegar de una manera más directa y con cierta calidez.
Retomando las actividades para los estudiantes, solemos acompañar con vídeo o imágenes secuenciadas ciertas actividades que requieren una explicación más específica, por ejemplo, en geometría.
¿Pueden llegar a todos los alumnos a través de estos formatos?
Te cuento como anécdota: la primera etapa de cuarentena me tomó sin conexión a internet, por lo tanto, conectaba los datos móviles de mi teléfono celular a la netbook de mi hija, enviaba las propuestas. En casa somos tres personas que necesitábamos esa única computadora, y tuvimos que acordar horarios y tiempos de dedicación para poder cumplir las tres. Remití a esta situación porque así, es como se puede llegar a entender otras situaciones.
Luego de unos días, me enteré de que uno de mis estudiantes no tenía acceso a internet. Por lo tanto, tuve que buscar la manera de hacer llegar las propuestas mías y de Ramos Especiales, en formato papel. Entonces, me contacté con un familiar que podía recibir por WhatsApp. De esta manera, los Word se convierten en PDF, y a los vídeos lo convierto en texto lo más parecido posible para que cumpla con las actividades.
¿Cómo tuvieron que prepararse ustedes para enseñar a través de estas plataformas?
Esto nos sorprendió a todos. Ingresé al colegio en febrero, preparando todas las actividades en función de horarios escolares y de cada aspecto que tiene la educación “formal”. En esta situación, todo es diferente. Debimos acomodarnos a una nueva situación, con nuevos recursos; algunos de ellos estaban, pero no los poníamos en práctica debido a que la situación nos demandaba otras estrategias. Actualmente, se están ofreciendo herramientas mediante conversatorios, charlas y capacitaciones. Vengo de una familia de docentes, mi mamá se jubiló como directora en la escuela del pueblo donde vivíamos, y siempre me decía “la docencia es como la medicina, hay que estar en constante perfeccionamiento y actualización”, y así lo entiendo, y transmito el mismo mensaje cuando puedo. Perfeccionarse conlleva romper estructuras mentales que uno mismo que tiene incorporadas. Es fundamental una apertura.
¿Cuál es la respuesta de los niños y padres?
Reitero algo que ya dije y que escuchamos bastante seguido, esto nos sorprendió a todos, si bien escuchábamos noticias de lo que iba sucediendo en otros países, es como sucede a menudo, hasta que no nos toca vivirlo, no logramos dimensionar la situación. Recuerdo que un día viernes, digamos que “por las dudas”, dimos algunas actividades más para realizar en casa, y ese fin de semana, nos enteramos que las puertas de colegios se cerraban en todo el país.
Esa semana, fue la más desafiante. Particularmente, tuve a cargo un grupo de estudiantes nuevos y yo nueva docente para ellos, para sus familias. Desde Dirección nos aconsejaron estar presentes para que se sientan acompañados, y así hicimos. Tenemos un intercambio fluido con las familias y los estudiantes, mediante vídeos y audios; llamada para quien cumple años, recibo mensajes por correo electrónico -de manera constante- para salvar dudas, para orientar en alguna actividad, o agradecerme el acompañamiento. Y también hacemos vídeos saludándolos, o con un cuento, con una poesía, o una canción… Ellos también me envían vídeos y/o audios también, donde cantan y con las actividades resueltas.
Un mensaje final
Para finaliza, Claudia nos dejó un mensaje para todos aquellos padres y alumnos que se encuentran en esta situación.
Es una constante retroalimentación de experiencias y vivencias propias y que se hacen extensivas al otro. Sinceramente, esta situación, sería imposible de sobrellevarla solos. Con el correr del tiempo de distanciamiento, comienza a sentirse la ausencia de esas vocecitas murmurando en el aula, de las sonrisas, del abrazo de un ser querido, las reuniones donde podíamos reír con nuestros afectos. Y es un tiempo donde debemos sostenernos unos a los otros, para preservarnos emocionalmente. Espero que este tiempo nos sea útil para darnos cuenta como seres humanos que siempre hay alguien a nuestro lado; que solidarizándonos con el otro todo es más liviano para ambos. Y que no debemos postergar las buenas acciones, decir a tiempo las palabras bonitas a quien tenemos ahí.
