AG Noticias
Curiosidades

A los 96 años se lanzó por primera vez en paracaídas junto a su nieto

A los 96 años se lanzó por primera vez en paracaídas junto a su nieto

Lucas Giusti compartió con su abuelo Primo Giusti la experiencia de lanzarse en paracaídas de 3.000 metros de altura en el Aeroclub de Alta Gracia. El cordobés cumplió uno de los sueños pendientes y se convirtió en récord latinoamericano.

Debutar en el paracaidismo a los 96 años, lanzándose en paracaídas desde una altura de 3.000 metros, no es para cualquiera. Incluso rompió un récord lationaméricano: se convirtió en la persona más longeva en saltar en paracaídas.

Primo “Coco” Giusti es el vecino de Villa Nueva que logró esa hazaña hace una semana en Alta Gracia. A instancia de su nieto, Lucas Giusti, quien se propuso, de ahora en más, llevarlo a que todos los días tenga algo nuevo para hacer por primera vez en su vida.

Con una salud envidiable y una voluntad a prueba de temores, “Coco” le dijo que sí a la invitación de su nieto. Este quería vencer sus propios miedos y lanzarse desde las alturas.

Lo que no sabía, y recién se enteró cuando su abuelo tocó tierra tras un salto exitoso, era que el mayor anhelo que “Coco” guardaba entre sus deseos era justamente saltar alguna vez en su vida en paracaídas.

AGNoticias dialogó con Lucas, su nieto, quien nos comentó lo siguiente: «El año pasado viajamos a Ushuaia y él se subió por primera vez a un avión de línea. En ese viaje surgió la idea de que lo único que le faltaba era tirarse de paracaídas y quedó para este año. Se dió el momento ahora y fuimos».

A continuación agregó: «Yo lo quería hacer por una motivación personal. Al mismo tiempo lo pude compartir con él y me vengo a enterar de que era su sueño. Mi abuelo siempre iba a ver los aviones, le gustó todo eso y sin querer terminó batiendo un récord«.

“Coco” contó que para él fue una experiencia muy tranquila, que casi no sintió “nada” y que el mayor impacto fue sentir el viento en la cara cuando se abrió la puerta del avión para iniciar el salto. El aire dando con fuerza en su cara, en su cuerpo, y el salto al vacío cayendo a gran velocidad, fue todo un vértigo que, para un hombre de casi un siglo de vida, pudo ser disfrutado con mucha paz.

Fuente: La Voz y AGNoticias

nakasone