Claudio Orellano, Carlos Daniel Aletto, Juan Rapacioli, Victoria Ojam, Emilia Racciatti, Carlos Nis, no son un número ni un porcentaje, son parte de los 354 colegas despedidos de la agencia oficial de Télam.
“En virtud de la reestructuración general que se lleva a cabo en esta sociedad se le notifica que queda despedido a partir del día de la fecha” reza el telegrama de despidos que recibió un centenar de periodistas que sin distinguir su antigüedad, partidos políticos, ideologías ni secciones de trabajo fueron desvinculados de la «nueva Télam».
A través de un comunicado publicado en su página oficial titulada «La Agencia Télam tiene futuro», el directorio argumenta que el número de empleados se duplicó del 2003, cuando la Agencia contaba con 419 empleados, al día de la fecha, donde tenía -hasta hace unos días- 870 profesionales. Dejando entrever que la gestión de gobierno pasada-década Kirchnerista- incorporó personal para «propaganda publicitaria».
Estos argumentos fueron posteriormente desmentidos y explicados, ya que el número de empleados aumentó acompañando el incremento de las funciones que tiene Télam, donde ahora no sólo se dedica a ser un cable de noticias sino que en la actualidad tiene diversas funciones:
Al ser una empresa estatal y ante la presión de los empleados desafectados, declaró Hernán Lombardi -titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos (SmyCP)- quien celebró desde su Facebook la medida tomada y dijo «Hoy ganó el periodismo y ganaron los ciudadanos. Hoy ganó el futuro de la Agencia Télam”.
Dando apoyo a sus colegas, los aún trabajadores de Télam decidieron comenzar un paro total de actividades , acompañado por la ocupación y permanencia pacífica en los dos edificios que la agencia tiene en Buenos Aires.
Los despidos masivos, el desmantelamiento de secciones y la disminución de contenidos en Radio Nacional, la TDA, Pakapaka, Encuentro, DeporTV y la TV Pública dan concreción a la puesta en marcha de un importante ajuste económico y -sobre todo- de voces que esta vez golpea a los medios de comunicación.
Belén Altamira