Paisajes de una belleza natural preservada, que en nada tienen que envidiarles a los que puedan apreciarse en otras capitales del mundo, ya te están esperando. El otoño, su dorado degradé desde un clima soleado y amigable motivan, para que junto a tus seres queridos, organices una Semana Santa diferente, en contacto directo con los afectos y la naturaleza.
Porque la patagonia argentina es una generosa invitación para descubrir a una de las regiones más bonitas de la República Argentina.
Algunas ciudades, que con sólo mencionarlas te harán soñar con los ojos abiertos: San Carlos de Bariloche, Circuito de los 7 Lagos, Lago Nahuel Huapi, Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Península de Valdez-Patrimonio de la Humanidad-UNESCO-, Puerto Madryn, Glaciar Perito Moreno, El Chalten, El Calafate, Ushuaia, Canal de Beagle, entre otras como para ir agendando…En cuanto a los Parques Nacionales, sobresalen: Nahuel Huapi, Los Alerces, Laguna Blanca, Lanín, Los Arrayanes, Lago Puelo, Francisco P Moreno, Monte León, Los Glaciares y Tierra del Fuego.
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La Patagonia Argentina es un inmenso destino en sí mismo, mucho más que un lugar en la cartografía, un espacio para el relax, renovar energías y dedicarse a lo mejor que tenes: los afectos desde un entorno único, insuperable.
Ideal para quienes disfrutan de las actividades al aire libre, paseos y excursiones. Como por ejemplo: trekking, buceo, pesca, avistaje de ballenas, caminar sobre glaciares, esquí, etc.
Un capítulo aparte lo merece, sin lugar a dudas, la gastronomía patagónica. Un territorio personalísimo donde confluyen lo mejor de la cocina europea, local y la impronta de la comunidad originaria Mapuche, una de sus propuestas más difundidas es el “Curanto”.
En la zona de montaña se destacan los platos elaborados sobre la base de ciervo, salmón y trucha, chucrut, raclette y fondue…En el área central, se impone el cordero y en el litoral atlántico: los frutos marinos. Y para el postre, la imperdible ¡Torta Galesa! Una deliciosa creación de los primeros colonos galeses que llegaron al Valle del Río Chubut, y una manera de convivir, al mismo tiempo, con las variables medioambientales.
¡Espero tus selfies!
NC
