Hoy, el Concejo Deliberante rindió un homenaje que demoró sesenta y cinco años en llegar. Pero llegó. Se trata de reconocer a un vecino de nuestra ciudad que murió como soldado de la Patria, defendiendo un gobierno democrático en 1955.
Luis Héctor Peralta, llevaba el nombre de su padre, el dos veces intendente de nuestra ciudad. El 16 de setiembre de 1955, el Golpe de Estado que derrocó a Juan Domingo Perón lo encontró revistando en la Escuela de Infantería cuyos efectivos se mantenían leales al gobierno democráticamente elegido. El fuego golpista de las tropas del General Lonardi terminaron alcanzándolo el día mismo del Golpe, falleciendo en el acto.
Su padre había resultado electo Intendente el 25 de abril de ese mismo año y había asumido sus funciones en junio, tan solo unos pocos meses antes de la asonada cívico-militar.
Al decir de Oscar Ferreyra Barcia en su libro «Alta Gracia, 400 años de historia», nuestra ciudad fue punto neurálgico de muchos de los sucesos acontecidos por esos días. Escribió: «El golpe de estado alcanzó en la provincia de Córdoba amplias repercusiones tanto en las filas del ejército como de la aviación y tuvieron epicentro en Alta Gracia al instalarse en la Jefatura Política el Comando de los efectivos leales al gobierno. También lo hizo instalando allí su despacho el Gobernador Lucccini que ante la gravedad de los sucesos había abandonado la capital. El grueso de las tropas que respondían al poder constituido estaban en los alrededores de Falda del Carmen».
Hoy a seis décadas y media de aquellos sucesos que conformaron un eslabón más en la cadena de interrupciones de gobiernos elegidos por la voluntad popular, hubo memoria para con este hijo de Alta Gracia.
El concejal Manuel Ortiz fue el artífice del proyecto de resolución al respecto, y fundamentó su iniciativa narrando lo que significaron dichos acontecimientos en la historia del país. «Pasaron 65 años desde aquel día trágico para la democracia y para este vecino de Alta Gracia. Creo que este reconocimiento viene a ser un homenaje largamente postergado y que era necesario hacer».
Ortiz, antes de presentar su proyecto, mantuvo contacto con Ana María Peralta (hermana del soldado caído e hija del intendente Luis Héctor Peralta. «Estuve hablando con ella, que estaba muy satisfecha con el reconocimiento luego de 65 años. Cierra una historia que a propósito ha quedado borrada porque esa fue la intención de aquel gobierno de lo que se llamó Revolución Libertadora y que el tiempo y los hechos llevaron a llamarla ´fusiladora´ por sus actos. Recuerdo un cuento de Borges que narraba sobre un emperador chino que intentaba borrar la historia sucedida antes de él y ordenaba a quemar los libros. En este caso sucedió algo similar, queriendo borrar todo lo relacionado con el Peronismo».
«Mucha emoción y me moviliza muchos recuerdos»
Asi se expresaba Ana María Peralta, refiriéndose al reconocimiento a su hermano, realizado esta mañana en el Concejo Deliberante.
«Era chica, pero recuerdo lo que se vivió en casa. La revolución fue el 16 y a mi papá le dijeron recién al día siguiente que probablemente estaba herido su hijo, pero no le dieron más datos. Cuando fue a averiguar junto a la novia de mi hermano, les dijeron sin vueltas que lo buscaran en la morgue del Hospital Militar. Y allí lo encontraron», cuenta Ana María envuelta en profunda emoción mientras dialoga con AGNoticias.
Acá, una aclaración que bien viene a esta altura de los relatos. Luis era soldado porque estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio. Lo hacía en la Escuela de Infantería. «El estaba en tercer año de Ingeniería cuando le tocó el servicio militar. Todos los estudiantes universitarios pasaban a ser aspirantes a oficiales de reserva. En ese contexto es que lo sorprende el golpe de estado», añade Ana María.
Los detalles de los últimos minutos de Luis le llegaron de boca de sus ex compañeros de fuerza, que muchas veces fueron a su casa. «Esa noche del 16 de setiembre, el Regimiento 4 de Artillería atacó al 13 de Infantería donde revistaba Luis. El cayó cuando estaba por guarecerse en una fosa junto a los demás. Una esquirla de bomba terminó con su vida».
Ana María agregó que «en casa siempre se lo recordó. Estuvo siempre presente, aún cuando luego del golpe era muy complicado reivindicar a quienes murieron porque todo lo referido al peronismo estaba totalmente prohibido. A papá lo ayudó mucho el haber sido un católico muy ferviente. Su profunda fe en Dios lo ayudó a sobrellevar el dolor de la pérdida de mi hermano».
Luis Héctor Peralta era el mayor de 6 hermanos. En el momento de su fallecimiento, tenía 21 años.
