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Crónicas al Voleo

Las Spanish Girls, pioneras del fútbol femenino

Las Spanish Girls, pioneras del fútbol femenino
Por Germán Tinti (especial para Crónicas al Voleo)

En los últimos meses hemos podido ver como se vienen batiendo records de asistencia de público a partidos de fútbol femenino en todo el mundo. Desde el Camp Nou catalán hasta el Gigante de Alberdi, pasando por Wembley, la Bombonera y el Neo Química Arena del Corinthians. Y esto por no hablar de las crecientes cifras de personas que siguen estos encuentros por televisión y diversas plataformas de streaming.

Parece una obviedad decir que el avance del fútbol femenino, tal como lo fue en su momento el boxeo y está comenzado a serlo el rugby, es imparable, pero no es ninguna obviedad. Desde la época victoriana y hasta bien entrado el siglo XX, las únicas actividades deportivas que se consideraban apropiadas para mujeres eran aquellas que podían practicarse con falda y corsé, y de ser posible en ambientes privados. Para muchas personas el tiempo parece no haber pasado y salvo aquello del corsé y la falda las cosas no deberían haber cambiado. Sin embargo siempre hubo inconformistas que enfrentaron y destruyeron prejuicios.

Las primeras de Argentina

En Argentina, el primer encuentro de fútbol femenino del que se tiene registro fue en octubre de 1923. La edición del día 13 del diario La Vanguardia tituló «El match femenino de football», informando que veintidós mujeres divididas en dos equipos (Argentinas y Cosmopolitas) jugaron el primer partido de la historia del país en el viejo estadio de Brandsen y Del Crucero (o sea, la cancha de Boca antes de ser la Bombonera). Según el autor de la nota (cuyo nombre se ha perdido en el tiempo) el partido fue organizado por un empresario que al parecer obtuvo beneficios, porque el diario Crónica afirmó que el match había atraído una gran cantidad de público.

Ese mismo año, según pudieron comprobar las historiadoras estadounidenses Brenda Elsey y Joshua Nadel la revista Fray Mocho publicó un artículo destacado e ilustrado con fotografías de un equipo de mujeres que identifican como las integrantes del primer club de fútbol femenino, denominado Río de la Plata.

Las Chicas Españolas

En España las cosas habían comenzado casi una década antes en lo que se refiere al registro de partidos de fútbol femenino por parte de la prensa escrita. El 9 de junio de 1914 María Jesús Almó, Dorotea Alonso, Mercedes Azul, Esperanza Binode; Dolores Bonfis, Emilia Calvo, Narcisa Colom, Pilar Carratalá, Concha Ferrer; Presentación García, Leocadia Guerra, Emilia González, Rosita Just; Josefa López, Natividad Miquel, María Palermo, Emilia Paños, Juanita Paños; Mercedes Queralt, Clotilde Rodríguez, Paulina Sormejean y otras protagonistas que por caprichos de la memoria no se recuerdan sus nombres, salieron a la cancha. Eran las Spanish Girls y fueron el primer equipo de fútbol femenino en Barcelona.

Paco Bru

En aquella oportunidad el plantel, que contaba con la dirección técnica del madrileño Paco Bru, se dividió en dos equipos. Jugaron un encuentro de exhibición fines benéficos a favor de la Federación Femenina contra la Tuberculosis. Fueron Monserrat (en honor al macizo rocoso donde está el monasterio) y Giralda (se presume que por el campanario de la Catedral de Sevilla).

Paco Bru erá un verdadero personaje que se había hecho un nombre en el primitivo fútbol español porque después de ser jugador y antes de ser entrenador fue un severo árbitro que sostenía sus decisiones haciendo uso del silbato, la palabra y, si era necesario, de un revolver. A él habían acudido este grupo de mujeres dispuestas a romper el molde y destrozar prejuicios. Que les dijeran «marimachos» las tenía sin cuidado.

Contra la gracia femenil

Según escribe Miguel Ortiz en la revista Paneka, Bru puso firmes condiciones para entrenarlas: «Exigió que jugasen en pantalones cortos —nada de ropitas remilgadas—, y que se duchasen juntas. Un equipo que no se ducha después del partido no era un equipo. Y las chicas necesitarían de su espíritu para el otro partido: el que les enfrentaría a la opinión pública».

Por supuesto que hubo polémicas y opiniones firmemente negativas. Como esta breve crónica publicada en Mundo Deportivo del 11 de junio bajo el título «Las niñas futbolísticas». «Anteayer, en el campo del ‘Español’, jugóse el primer partido de futbol entre representantes del sexo débil, que en dicho día se parangonaron con el fuerte. Este partido, cuyos beneficios se destinaban a favor de la Federación Femenina contra la Tuberculosis, era, por su naturaleza, esperado con cierta expectación. Siendo presenciado por un público regular y por el capitán general de la región, que acudió con su bella hija Carmen.

«Las jugadoras estuvieron a la altura que les correspondía, notándose en el comienzo del encuentro bastante azaramiento, que fue desapareciendo hacia el final, en el que el bando ‘Giralda’, que lucía jersey rojo, consiguió apuntarse dos goles por uno que en la primera mitad entró el ‘Montserrat’, que lo ostentaba blanco. Esta primera actuación de la mujer en el viril fútbol, no nos satisfizo. No sólo por su poco aspecto sportivo, sino que también porque a las descendientes de la madre Eva les obliga a adoptar tan poco adecuadas como inestéticas posiciones, que eliminan la gracia femenil».

Por su parte, el periódico El Diluvio prefirió pone el acento en la indumentaria y el aspecto de las jugadoras. «El problema principal en la indumentaria femenina, el peinado, lo resolvió cada una a su manera. Si bien resulta, como más práctico, cortado a lo romano», agregando que «la impresión general producida por el partido es que el sexo femenino no permite las características rápidas que exige el juego». Sin embargo El Poblé Catalá reconoció que se produjeron «jugadas magníficas y, en resumen, fue un partido bonito sobre todo en la segunda parte».

Gira y ¿final?

Aquel primer partido registró el triunfo por dos a uno a favor de Montserrat. Después de aquel match, las Spanish Girls continuaron haciendo historia con su primera gira que recorrió todos los rincones de Cataluña y, más tarde de España, con cierta expectación. Hasta llegaron a jugar en Pamplona con motivo de los festejos por San Fermín.

La Primera Guerra Mundial significó el final de las Spanish Girls. La Guerra Civil y el advenimiento del franquismo silenció e invisibilizó al fútbol femenino por décadas. No lo registraron los diarios, pero las chicas siguieron jugando a la pelota en baldíos y potreros, que es donde nace y crece el fútbol. Décadas después resurgiría con fuerza incontenible.

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