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Crónicas al Voleo

Larry Flynt, apóstol de la libertad de expresión

Larry Flynt, apóstol de la libertad de expresión
Por Germán Tinti (especial para Crónicas al Voleo)

Nacido en Salyersville, un pueblo rural del noreste del Estado de Kentucky, Larry Claxton Flynt Jr. tenía nueve años cuando su madre se cansó de un marido alcohólico y violento y se mudó a Hamlet,  un pequeño caserío al norte del Estado de Indiana.

Pero el adolescente Larry quería escapar de un destino de «redneck» (así llaman en Estados Unidos a quienes aquí denominamos «gringos»). Así que falsificó algunos documentos y se alistó en el Ejército cuando tenía quince años, aunque doce meses después se dio de baja y durante un tiempo trabajó en la construcción y en transporte ilegal de bebidas alcohólicas.

Pero en 1960 volvió a las fuerzas armadas, se alistó en la Marina y sirvió en el USS Enterprise durante cuatro años. Entonces volvió a tierra firme y compró un bar en Dayton, una de las ciudades más importantes del Estado de Ohio. El negocio anduvo tan bien que en poco tiempo logró abrir dos más. Entonces estuvo en condiciones de cumplir con su gran sueño.

Chicas desnudas

En 1968 abrió en Dayton el primer local de strip tease, al que llamó «Hustler club». Según el traductor de Google, por hustler se puede entender «estafador», «timador» o «puta»; dadas las características del negocio, no deberían quedar muchas dudas sobre en qué pensaba Larry cuando mandó a hacer el cartel.

Ese asunto de las chicas desnudándose en el escenario anduvo muy bien y Larry abrió sucursales en otras ciudades de Ohio, tales como Cincinnati, Cleveland, Akron, Columbus y Toledo. Al mismo tiempo comenzó a publicar el Hustler Newsletter, un pequeño panfleto de distribución gratuita en el que promocionaba sus negocios y describía las virtudes de sus modelos.

De panfleto a imperio editorial

En la primera mitad de la década de 1970 la economía de Estados Unidos (y, por ende, de medio mundo) entró en recesión, fundamentalmente porque los países árabes le dejaron de vender petróleo a los países que apoyaron a Israel en la guerra de Yom Kipur. Los bolsillos comenzaron a flaquear y la concurrencia de público a los clubes de Flynt comenzó a descender. Entonces, como Mahoma no iba a la montaña, Larry decidió llevar la montaña a Mahoma.

El humilde Boletín Hustler mejoró la calidad del papel y de las fotografías, empezó a incorporar material de lectura no erótico y las imágenes de las modelos fueron pasando del erotismo a la pornografía lisa y llana (aunque, en general, las chicas no eran ni lisas ni llanas). Asimismo, dejó de repartirse gratuitamente y comenzó a venderse en kioscos. Hustler se convirtió en el hermano guarro de Playboy y Penthouse.

Al principio la publicación tuvo bajas ventas porque los distribuidores y vendedores se negaban a ofrecer el producto alarmados por lo cada vez más explícitas que eran sus fotografías. Pero el hecho de que estuviera orientada a la clase trabajadora, con un precio menor a otras revistas de similares características, la fue convirtiendo en un éxito editorial, llegando a vender, en sus mejores momentos, más de tres millones de ejemplares.

La primera dama desnuda

La fama de Hustler explotó cuando, en agosto de 1975, publicó fotografías de Jaqueline Kennedy Onassis desnuda en la exclusivísima isla griega de Skorpios. Hasta ese paradisíaco llegó, en el verano de 1970 y disfrazado de jardinero, el fotógrafo italiano Settimio Garritano. Luego de horas de espera el paparazzi tuvo su recompensa: la mujer más famosa del mundo apareció frente a sus lentes completamente desnuda.

No fue tan fácil como pensaba Garritano vender las fotos. Los principales editores prefirieron no encontrar motivos para que el potentado Aristóteles Onassis se disgustara con ellos. Hasta que se cruzó en su camino Larry Flynt. En declaraciones realizadas años después, Flynt aseguró que «hubiese pagado un millón de dólares por esas imágenes, estaba dispuesto a dar lo que no tenía». Pero en realidad las fotos costaron bastante menos, apenas 18.000 dólares bastaron para que Garritano cediera los negativos.

Juicios y atentado

Pero, además de fama y fortuna, Hustler le dio a Larry más de un dolor de cabeza. Debió enfrentar numerosos juicios relacionados con las leyes de obscenidad y libertad de expresión en los Estados Unidos, promovidos por sus opositores, los conservadores y moralistas estadounidenses, entre otros. En varias ocasiones tuvo oportunidad de alojarse en algunas cárceles norteamericanas.

Pero Flynt prefería doblar la apuesta antes que retractarse. Por eso, ante los ataques judiciales que recibía, ofreció diez millones de dólares como recompensa a quien aportara pruebas de infidelidades cometidas por congresistas republicanos y más de uno debió renunciar ante el escándalo.

Una vez publicó una fotografía de una pareja interracial manteniendo relaciones sexuales. Esto fue demasiado para el supremacista blanco Joseph Paul Franklin, que, el 6 de marzo de 1978 esperó al empresario a la salida de una audiencia en los tribunales de Gwinnet (Georgia) y le efectuó varios disparos. Flynt sobrevivió, pero las heridas lo dejaron en una silla de ruedas por el resto de sus días, además de provocarle una adicción a los opiáceos causada por los fuertes dolores que sufría.

La libertad como bandera

Tal vez su batalla legal más importante haya sido la que debió afrontar por la demanda que le interpuso el líder del comité antipornografía de Cincinnati, Charles Humphrey Keating Jr., por obscenidad y crimen organizado. En principio Flynt fue sentenciado a cumplir de 7 a 25 años de prisión, pero solamente estuvo 6 días en la cárcel, porque la sentencia fue anulada por un tecnicismo que permitió al editor ampararse en la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, en la que se garantiza –entre otras cosas– la libertad de prensa y de expresión.

La película biográfica que dirigió Milos Forman muestra al actor que personificó a Larry Flynt luego de conocida la sentencia diciendo a la prensa: «Si la primera enmienda protege a una basura como yo, entonces protegerá a todos ustedes». No quedó claro si la expresión fue real o producto de la imaginación del guionista, pero deja en claro que la libertad de expresión a veces tiene los defensores más inesperados.

Se casó cinco veces y tuvo cinco hijos. Murió hace tres años, el 10 de febrero de 2021.

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