Alberto es un vecino de Potrero de Garay que vive en la localidad desde hace dos años. Ayer jueves por la mañana, el vecino realizó una jornada de pesca con buenos resultados. Volvió con una carpa de siete kilos.
Desde las siete de la mañana, Alberto y su esposa se posicionaron en la costa del lago. La idea era pasar una tarde cargados de naturaleza y pescar para el almuerzo. Así, la primera carpa que sacaron del agua ronda los siete kilogramos. La segunda, un poco menor, anduvo por los cinco kilos. «No es normal que salgan tan grandes, suelen salir de cuatro kilos y medio.»
Otro dato que aclaró Alberto, es que es muy raro irse con las manos vacías. Su día de pesca concluyó cerca de las 12h, y para ese momento esperaba tener al menos cinco carpas. «Esto es cuestión de paciencia. Es una terapia. Porque a veces tardan en picar, pero entre mates, galletitas y conversaciones con mi esposa pasa el tiempo.»
Lo que hizo Alberto para asegurarse la pesca, es entrar en kayak unos 100 metros, poner una boya para tener de referencia, y poner los anzuelos con maíz embebidos en esencia de vainillas. «Por ahí suenan las campanas cuando pican, o por ahí ni siquiera. La caña se dobla directamente.»
