Por la Dra. Laura Iglesias (especial para AGNoticias)
“Seguramente los formatos de evaluaciones estandarizadas ignoran la historia de las instituciones. Las características personales de los y las estudiantes, el contexto socioeconómico y afectivo que los rodea. Las propuestas curriculares, los recursos disponibles, las características de infraestructura, los abordajes pedagógicos. Ignoran, además, si se trata de instituciones privadas o públicas. Algunos las consideran una forma justa de comparación; otros, no. Pero su aplicación y los resultados en datos cuantificables que brindan, deben constituirse en una guía para mejorar y acompañar los procesos de enseñanza y aprendizaje.”
Sucede cuando en los medios de comunicación se difunden los resultados de alguna de las pruebas estandarizadas que se realizan en las escuelas a nivel nacional e internacional. Se instala en la sociedad el debate acerca de la calidad en nuestro sistema educativo.
El mayor impacto mediático lo generan los operativos realizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y por el propio Ministerio de Educación de la Nación (MEN). Hablamos del conocido como Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) entre adolescentes de 15 años de edad. Y los implementados por el Estado nacional que aplica las pruebas Aprender y Prisma, la primera entre la población de niños y niñas de los últimos tramos de las escuelas primarias y secundarias. La segunda participa a los estudiantes de tercer grado en nivel primario, y los de primer año en nivel secundario.
Transitar la experiencia en la participación de las pruebas estandarizadas, sin duda que puede proporcionar una perspectiva útil. Sin embargo, es importante que, tanto docentes como estudiantes cuenten con una anticipación y referencia a cerca de la finalidad, modalidad y condiciones con conlleva la aplicación de las misma. Así como una visión general de cómo se construyen estas evaluaciones.
Miradas no estandarizadas
Burke (1999) sostiene que, tradicionalmente, «estandarizado» significaba que el examen es estándar o igual en tres aspectos: (a) formato/preguntas, (b) instrucciones y (c) asignación de tiempo.
Formato/preguntas significa que las preguntas del examen son las mismas para todos los estudiantes. La opción múltiple es el formato preferido porque, como sugiere Stiggins (2008), «es relativamente fácil de desarrollar, administrar y calificar en grandes cantidades». Al mismo tiempo, oficia de medio para que el examen sea justo, en el sentido de que todos los estudiantes tengan la misma oportunidad de responder correctamente a cada pregunta, todas deben ser iguales.
Las instrucciones también deben ser las mismas. Se entregarán de la misma manera a todos los estudiantes para que ninguno se vea perjudicado ni favorecido.
La última estandarización es la asignación de tiempo. “Las pruebas estandarizadas de aprendizaje reflejan un aspecto muy reducido de la complejidad de los procesos educativos. La información que aportan debe ser contextualizada y complementada con otros indicadores y con investigaciones cuantitativas y cualitativas”. Lo explica Liliana Pascual, doctora en Ciencias de la Educación y Licenciada en Sociología. La especialista también fue directora nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa y subsecretaria de Planeamiento, Prospectiva e Innovación del MEN.
Es conocida por su posición crítica frente a una especie de sentido común que se instaló en la década de los noventa: las pruebas censales son la manera privilegiada de “medir la calidad educativa”. De acuerdo con Pascual, con la sanción en 2006 de la Ley de Educación Nacional… “La evaluación dejó de ser concebida como control, para penalizar o premiar a las instituciones educativas y a sus docentes, y devino un instrumento que brinda información para orientar las acciones de política educativa”.
Es esa misma normativa la que, al tiempo que establece el acceso público a los resultados, obliga a resguardar “la identidad de alumnas, alumnos, docentes e instituciones educativas. Esto a fin de evitar cualquier forma de estigmatización”.
Más miradas
La mirada de Cecilia Veleda, (Doctora en Sociología y directora ejecutiva del Instituto Nacional de Formación Docente – INFoD- durante un período de gestión), es algo diferente. Leamos: “Las pruebas estandarizadas son la única forma de tener una mirada sistémica sobre los niveles de aprendizaje”, expresa. Aunque también reconoce que tienen sus limitaciones, dado que constituyen “un recorte que excluye otras dimensiones de la enseñanza y del aprendizaje que exceden la simple evaluación de resultados en Lengua, Matemática y Ciencias”. “Las pruebas estandarizadas son el único medio de tener una imagen de la situación del sistema en su conjunto. Es muy importante que los resultados de esas evaluaciones se difundan, porque generan un sentido de urgencia necesario.
“El concepto de evaluación es una categoría política. Los diversos sentidos e interpretaciones que se le atribuyen dependen siempre de las concepciones epistemológicas y políticas desde las que se la aborde”.
Por sí o por no
La evaluación desde esta perspectiva, es una herramienta clave, en Educación, para medir y traducir resultados en función a los aprendizajes alcanzados. Siempre en un determinado recorte acotado por especificidades particulares.
Atendiendo que los datos cuantificables obtenidos, se traduzcan en la generación de políticas públicas. Que sean capaces de generar acuerdos, para lograr condiciones que contribuyan a la mejora y calidad en el proceso de enseñanza y aprendizaje para los y las estudiantes.
Es primordial direccionar quehaceres, en el ámbito educativo, para que los niveles de desigualdad de recursos, sean sociales y/o estructurales, se reduzcan. El desafío es garantizar la equidad en las condiciones de acceso a las oportunidades de aprender y construir trayectorias educativas de calidad. Entender la evaluación no como el resultado final de algo que implica un control, sino como un proceso para entender qué aprenden y cómo nuestros estudiantes.
Que sea un domingo relajado, sin estándares que nos condicionen!!!
Feliz Día del Padre!



