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Humor social: “Hay mucha incertidumbre”

Humor Social: "Hay mucha incertidumbre"

Hablamos con la Licenciada Gisela Acosta con el fin de conocer cuál es el humor social de la gente, tras más de un mes de cuarentena.

Tras 36 días de cuarentena, el humor social se ha modificado. Si bien cada caso es particular, la incertidumbre es un factor presente en la mayoría de los argentinos. Es por esto, que entrevistamos a la Licenciada en Psicología Gisela Acosta, quien se encuentra en actividad, para conocer cuál es la situación de la gente; qué piensa y qué siente tras tantos días de aislamiento social obligatorio.

A raíz de tu trabajo diario, ¿cuál es el humor social que percibís?

Hay mucha incertidumbre. Es una situación nueva, inesperada, que ninguno de nosotros estábamos preparados para afrontar. Entonces, nos moviliza un montón de cuestiones propias de la pandemia sumado a cuestiones pre- existentes en cada uno de nosotros.

¿Qué sentimientos te expresan los pacientes?

Entre los sentimientos que la gente más experimenta en estos momentos se distinguen  la ansiedad y el miedo. La gente se pregunta qué va a pasar, cómo vamos a hacer, cuándo va a terminar. Lo cual, nosotros le explicamos a las personas que es algo normal, que es esperable, que esta sintomatología no tiene que ver con una  psicopatología en sí, sino que tiene que ver con la situación que estamos pasando.

Si bien muchas personas no registran la necesidad de consultar o por el momento no han experimentado ninguna de estas sensaciones;  muchas otras sí, y es necesario tenerlas en cuenta.

¿Qué respuestas le brindan a quienes consultan?

Es importante que registren las emociones, que las puedan poner de manifiesto, hablarlas, compartirlas con la familia. Después le vamos dando otras herramientas, para la vida diaria, como para sobrellevar mejor este aislamiento.

¿Podrías dejarnos algunas sugerencias generales?

En las familias es conveniente que se tenga un momento de escucha y de expresión entre todos. Compartir cómo se va sintiendo cada uno ayuda mucho para que se registe qué siente el otro que vive conmigo, y qué requiere de mí. Poder saber si tengo que trabajar más la tolerancia, la paciencia; si necesita más espacio para sí mismo/a.

Cuando se pone todo esto en diálogo van conociéndose y hablando sobre cómo se puede llevar mejor la convivencia. Respetando espacios y horarios.

Durante este tiempo, se necesitan acordar nuevas pautas de convivencia, muy distintas a las que teníamos antes. Entonces, hay que sentarse y re-pensar todo el funcionamiento en la familia, la distribución de tareas, las rutinas.

Por Belén Altamira

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