Tras un debate de 16 horas, con posturas a favor y en contra, la Cámara de Senadores rechazó finalmente el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Miles de mujeres esperaban en el Congreso de la Nación, miles estaban sentadas en cada plaza principal de su provincia. Aguantaron la lluvia -en Buenos Aires-, y el frío; pero los Senadores decidieron escuchar a la «ola celeste» que también se autoconvocó en la calles del Congreso para «Salvar las dos vidas»; con misas de por medio y ecografías en vivo.
Fueron 31 los votos a favor, 38 los votos en contra y dos funcionarios que decidieron no votar.
La sesión había captado la atención nacional y mundial generando grandes expectativas: por primera vez en el Congreso se debatía un proyecto de legalización del aborto, practica que está penada en cualquier circunstancia desde 1886, hasta 1921 donde se agregaron sólo dos excepciones: cuando está en riesgo la salud de la madre o cuando el embarazo es fruto de una violación -con las debidas denuncias penales y el dictamen de la Unidad Judicial que determinará si esto se llevará o no a cabo-.
Los argumentos fueron variados, y de los 72 senadores, hablaron 63. De los 9 restantes, siete votaron en contra: José Alperovich (PJ Tucumán), Carlos Menem (PJ- La Rioja), Carlos Reutemann (Santa Fe-Federal), Juan Carlos Marino (UCR- La Pampa), Blanca Porcel (Frente Cívico- Santiago del Estero), Carlos Espínola (PJ- Corrientes) y Julio Martínez (UCR- La Rioja).
Algunos de los argumentos dados dejaron en evidencia ciertas posturas referidas al rol de la mujer en la sociedad. Por ejemplo, Esteban Bullrich comparó a las mujeres que abortan con monos: «Las convenciones diferencian a los seres humanos del resto de los mamíferos placentarios. Nos llevaron, a pesar de compartir un 99% de nuestro ADN con los chimpancés, a no resolver las disputas como los chimpancés. No nos matamos ni nos canibalizamos», dijo el representante del PRO. Mientras que después, Rodolfo Urtubey, manifestó un comentario muy cuestionado sobre los tipos de violaciones «En algunos casos, la violación no tiene un componente de violencia sobre la mujer, como en los de abuso intrafamiliar, en los que no hay violencia»; generando críticas en el recinto.
De esta manera, y bajo argumento similares, el Senado dispuso que el aborto seguirá siendo una práctica ilegal, poniendo en riesgo la vida de mujeres que -estando o no la ley- lo llevarán a cabo.
¡Atención Senadores, el siglo XXI los está alcanzando!
Por Belén Altamira
