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Cosas Nuestras

ECOS: 80 años junto al sonido y la publicidad

Publicidad ECOS es desde hace décadas un clásico en las calles y en las celebraciones de la ciudad. Pasaron los años y la vigencia continúa.

El vehículo pasa por la calle, y toda la ciudad se entera de las ofertas del Supermercado; o del comunicado municipal. Hay imágenes que quedan grabadas en la memoria popular, y la de Publicidad Ecos es una de ellas. Del archivo de COSAS NUESTRAS.

Cada 25 de Mayo, en plena fecha patria, la dinámica de quienes hacen la locución del acto se detiene unos segundos para saludar a “Publicidad Ecos”, por su nuevo cumpleaños. Cada año, todos los años, es una constante. Un “mimo” que baja desde el escenario para una de las empresas más antiguas y arraigadas de nuestra ciudad.

Publicidad Ecos nació un 25 de mayo de 1940 cuando Don Carlos D´Alessandro, junto a su hijo Armando pusieron a funcionar los equipos de sonido que habían traído desde Buenos Aires, los montaron sobre su automóvil y salieron por primera vez a la calle.

Veía la luz “Publicidad Ecos de Alta Gracia… la publicidad de los éxitos”, como rezaba el slogan. Alta Gracia, Anisacate, La Bolsa… todos comenzaron a conocer aquella voz que paseaba por las calles llevando sus mensajes. 

Un tiempo después, con el fallecimiento de Don Carlos, su hija Olga (Olguita) se hizo cargo del negocio, y hasta ahora está al frente. “Es lo mío, es lo que amo y soy feliz haciendo esto”, dice mientras va desgranando recuerdos, nombres, eventos, festivales. Es que la historia de Ecos, con 80 años de trayectoria es difícil resumirla en un par de frases.

Siempre en las calles

Pero Publicidad Ecos no fue, a lo largo de los años, solo una empresa de propalación rodante. Lejos de eso, ha sido durante años protagonista de cuanto evento se organizara en la ciudad y alrededores.

Así, desde el inicio mismo fue quien hizo el sonido cada 24 de setiembre para la procesión por el Día de la Virgen, colocando parlantes en los postes (llegaron a haber 100 bocinas); también las procesiones en Córdoba tuvieron a Ecos como sonidista.

“Hicimos el sonido y la iluminación de las primeras ediciones de Colectividades, cuando se hacía en el Tajamar”, sigue contando Olguita. Los Maxi Corsos, las fiestas de la primavera, los quinchos estudiantiles y hasta las carreras en el Autódromo Cabalén, contaron con el sonido y con las voces de la gente de Ecos.

“Las transmisiones en el autódromo eran fantásticas. En esas ocasiones, ´Puli´Alvarez hacía la locución comercial y el Contador Edgar Pérez relataba. Eran tiempos en que había carreras seguido y de gran nivel. Fueron 3 o 4 años con esa dupla en los micrófonos. No me quiero olvidar del Beto Kalvermatten, que era el técnico”, sigue relatando Olguita.

En los bailes y fiestas, Ecos llevaba todo: sonido, iluminación y locutor. Por sus parlantes desfilaron las voces, entre otros, de Rodolfo Pessione (“un don de gente espectacular”), Atilio Sinossi, Persichelli…

Que 76 años no es nada…

Cambiaron los vehículos, adelantó la tecnología. Las redes sociales son dueñas del mundo y los medios audiovisuales acaparan la atención de los comerciantes. Sin embargo, Ecos y su publicidad rodante sigue vigente en nuestra ciudad.

Y a cargo, Olga, como siempre; y al igual que siempre, frente a la Estación de Trenes. Todo un símbolo de una Alta Gracia que ha crecido escuchando los parlantes que han transitado sus calles a lo largo de tantos años.

“Cuando arrancó la empresa, yo estudiaba inglés y francés en Córdoba. Quería entrar a trabajar a IKA. Las cosas hicieron que tuviera que hacerme cargo de la empresa”

(Olga)

Y una vez, Ecos fue “contratada” para proclamas políticas por un anivesario del Cordobazo

Corrían los difíciles años setenta y un día, un señor muy bien vestido llegó hasta las oficinas de Ecos, para contratar un coche a los fines de propalar el remate de un loteo cerca -dijo- del Autódromo Oscar Cabalén. Llegado el día, fueron en la vieja Estanciera este hombre y Armando D´Alessandro. Pero la sorpresa se la llevó el joven empresario, que a punta de pistola fue obligado a bajar del vehículo y luego terminó atado a un árbol, en medio del campo donde había sido conducido. Resulta que el vehículo fue “secuestrado” por una de las agrupaciones que querían volantear y proclamar consignas. Era un 29 de mayo, aniversario del Cordobazo y los tiempos obligaban a la clandestinidad y el anonimato.

La Estanciera fue vista por los militares y la policía en Colón y General Paz, en Córdoba. Un policía amigo, de nuestra ciudad, hizo que se deslindaran responsabilidades sobre Armando y que todo quedara aclarado. Pero el susto y el mal momento, no pudo nunca sacárselo de su cabeza.

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