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Cuando ser buena gente vale más que el «no te metas»

Ayer por la noche, en calle Alfonsín, Gonzalo y Fiama pusieron a prueba su solidaridad al ayudar a dos vecinos que estaban en grandes apuros con su auto. De no se por su ayuda, la historia sería otra. Hablemos de solidaridad, hablemos de ser buena gente.

El valor de ser buena gente en tiempos de indiferencia es incomensurable. Y Alta Gracia está llena de personas solidarias. Ayer por la noche ocurrió un hecho que pone de manifiesto la calidad de los vecinos que tenemos aquí. AGNoticias dialogó con Leticia Aguetti, quién contó lo que le tocó vivir con Gonzalo y Fiama, los protagonistas indiscutidos de está historia.

Todo comenzó alrededor de las 21.50h en Calle Alfonsín, casi llegando a Liniers. Leticia iba en su auto junto a Leandro, su esposo. Justo a la altura del semáforo, el auto se les hundió. «Pensamos que era una de las rejillas de desague», explicó Leticia. Pero no fue el caso. «Había al menos cinco personas intentando ayudarnos. Algunos frenaron, otros intentaron correr el auto para ver que pasaba. No había forma de mover al auto por la manera en que quedó la rueda. Insistíamos con el seguro, con la grúa.»

Aquí aparece el gran protagonista de esta historia, Gonzalo. Con picardía, le preguntó a Leandro ‘¿Qué te pasó loco?’. Al saber lo que ocurría, no dudó en brindar su ayuda. Se fue a su casa a buscar las herramientas. Pasaron cinco minutos y apareció con un balde de pinturas con un par de herramientas con respuestos.

«No me va a ganar» decía Gonzalo con el arreglo del auto. El causante de todo, era una pieza que se había incrustado dentro del vehículo. A todo esto los minutos pasaban, y pese a la escasa luz Gonzalo seguía renegando. Fiama, su esposa, le hacía el aguante en esta misión de ayudar con su pequeño hijo de cuatro años durmiendo. Estuvo dos horas tirado, renegando. Hasta que la astucia le permitió arreglar el vehículo.

Totalmente conformes con el trabajo y la solidaridad, Leticia y Leandro le dieron dinero a ambos. Lo que no se esperaban, era la reacción de Gonzalo y Fiama. Ambos comenzaron a llorar ante la ayuda, conmovidos con el monto. «En todo momento ellos decían que no querían nada, pero por supuesto nosotros nos sentimos en la obligación de ayudarlos. Se largaron a llorar y dijeron que ese monto era muchísimo para ellos. Ahí es donde Gonzalo explica que está sin trabajo.»

Antes de que todos se fueran, ocurrió quizás lo más sorprendente del asunto: el auto de Gonzalo no arrancaba así que lo ayudaron a pecharlo. Ahí, en ese momento, el dijo lo siguiente: «A mí se me había roto el auto también. Yo le pedí ayuda a mi primo. Y bueno, esto es así. Yo te ayudo a vos, ellos me ayudan a mí«. El broche de oro fue Fiama pidiendo a Leticia que por favor, le avise cuando lleguen a la casa. Para que se queden tranquilos que llegaron bien.

«Muchísimas personas más quisieron colaborar y ayudar, y trataron de mover el auto, pero era imposible. A todas esas personas también millones de gracias por frenarse y no ser indiferentes cuando al otro le sucede algo. Pero mi eterno agradecimiento es para ellos dos, Gonzalo y Fiama», expresó Leticia en Facebook. Además, en diálogo con AGNoticias, agregó que todas las personas que vieron el estado del vehículo les dijeron que ‘tuvieron un Dios aparte’ ya que si esto les pasaba en ruta, la historia sería distinta ya que el auto corría riesgo de darse vuelta.

Por supuesto, el diálogo aún no se cortó. Leticia sigue en contacto con Fiama. «Estuvimos hablando por WhatsApp hasta tarde, y le dije que voy a llevarle ropa para sus niños -tiene dos hijos- y quiero llevarle algunas cositas ricas para esos peques.»

Por último, un detalle a destacar, es que Fiama y Gonzalo están buscando trabajo. Tienen una familia que mantener, por ende esto sería sumamente importante. Los comentarios en la publicación original dan respaldo de lo buena persona que es Gonzalo. Esperamos, de corazón, que su situación se revierta porque es lo mínimo que se merece la buena gente.

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