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¿Cómo funciona «Pandora», el aparatito ruso para robar autos descubierto en Córdoba?

¿Cómo funciona "Pandora", el aparatito ruso para robar autos descubierto en Córdoba?

El hallazgo de los aparatos llamado «Pandora», de origen ruso, puso a los investigadores ante un sistema para el que hasta ahora no hay prevención posible. Quién es el «ingeniero» que fue detenido.

El viernes 10 de junio de 2022 quedará marcado en el historia criminal de Córdoba. No sólo que la Policía desbarató por primera vez un «laboratorio» de inhibidores de alarmas; sino que en ese mismo acto encontró la respuesta a una pregunta que en diferentes provincias del país se hacía cada vez con mayor frecuencia: ¿cómo hicieron los delincuentes?

Personas que aseguran que habían activado las alarmas de sus vehículos, que se habían cerciorado de que nadie les hubiera inhibido la señal; que tenían los rodados con todos los seguros colocados y que, a pesar de todo esto, los delincuentes se lo habían abierto o llevado en sólo minutos.

Desde hace ya unos años, Córdoba se convirtió en la meca de los inhibidores de alarmas. Esto según la curiosa especialidad delictiva que se divide de manera geográfica en el país. 

¿De qué se trata? Handies que son intervenidos por especialistas que les modifican las frecuencias con un sólo objetivo. Si se activan justo cuando alguien está colocando la alarma de su vehículo, inhiben esta señal y el auto nunca se cierra.

Los delincuentes cordobeses hicieron su propia marca de este tipo de robo. Hubo grupos que comenzó a viajar al resto del país. Ladrones oriundos de Bella Vista aún recuerdan cuando regresaron de Puerto Madero, en un sector exclusivo de la ciudad de Buenos Aires, con bolsos de futbolistas profesionales repletos de camisetas y joyas. Abogados y empresarios también fueron víctimas de aquella incursión silenciosa.

En Rosario y Santa Fe, también se abrieron investigaciones con cordobeses en el centro de las sospechas.

Los inhibidores se fueron expandiendo por todo el país, así como las causas penales y, también, las recomendaciones: lo más simple y efectivo es colocar la alarma junto al auto y, una vez que se ha activado, chequear que las puertas no se abren. 

De manera sigilosa, los investigadores de Sustracción de Automotores junto al fiscal Rubén Caro -tiene una competencia especial para investigar el robo de autos a gran escala en la provincia- comenzaron a tirar de un hilo que el viernes último llegó a un descubrimiento inédito.

Se trató de una serie de procedimientos simultáneos . Había sido diagramada al detalle entre el fiscal, el comisario mayor Carlos Palaver y el comisario general Alejandro Mercado. Todo, en el más absoluto hermetismo, ya que sabían que estaban ante un descubrimiento único: un laboratorio de inhibidores de alarmas que funcionaba en un taller electrónico de barrio Don Bosco. 

Un local dividido en dos habitaciones: en una de ella, uno de los socios reparaba, de manera legal, los relojes de taxis y remises; en el otro, funcionaba el «laboratorio» liderado por un «ingeniero».

Las fuentes consultadas por Cadena 3 resaltaron que allí se encontraron varios handies con las frecuencias alteradas para inhibir las señales de alarma de los vehículos. 

Hasta ese momento, el operativo ya podía considerarse todo un éxito. Pero había sorpresas aún mayores.

En el mismo taller se hallaron otros aparatos similares con una potencia mayor. Algunos de estos handies pueden inhibir las señales de seguimiento satelital (GPS). Esto permite eludir el rastreo de un vehículo robado, algo que es muy apetecible para los piratas del asfalto.

Otros, directamente inhiben la señal de celular y de la frecuencia radial que utiliza la Policía. En el golpe a la financiera de Nueva Córdoba, aquel trágico asalto que conmovió a la ciudad en 2018, los delincuentes habían llevado un inhibidor que se conectaba a un enchufe de 220 voltios. Ahora, el aparato que se secuestró directamente lleva una pequeña batería propia, algo que ha llamado mucho la atención de los investigadores.

Y no había sido todo. Un pequeño aparato, similar al llavero de un auto, terminó por llevarse toda la atención. Importado sobre todo desde Rusia, y denominado «Pandora», su precio oscila entre los 500 y los 1.500 dólares.

De acuerdo a lo que se sabe hasta ahora, ya que todo es novedoso, a través de un sowftare, a estos aparatos le van cargando todas las codificaciones electrónicas con las que los vehículos salen de fábrica. Para ello, es clave que los delincuentes cuenten con la ayuda de algún empleado infiel para que les pase estos códigos.

Ya con toda la información almacenada, los ladrones salen de «pesca»: se acercan a un auto y con el aparato comienzan a probar todas las codificaciones almacenadas; hasta que con alguna el vehículo se abre. Con esa misma clave, lo pueden encender y llevárselo. O sea: con el mismo aparato abren el rodado y habilitan, también, la parte mecánica.

En otros casos, el aparato Pandora permite «robar» el código de otro llavero electrónico, con solo ponerlo cerca.

Siempre, vehículos de alta gama, que vienen de fábrica con todo el sistema de apertura y encendido electrónicos.

En cualquiera de los dos casos, el resultado es el mismo. Por más que el propietario haya tomado todas las medidas de prevención, los ladrones se lo abren sin problemas.

«Esto nos cambia por completo las cosas; es muy difícil prevenir, porque es como si los ladrones tuvieran otra llave del vehículo. Por ahora, lo único que se puede decir es que hay que volver a los trabavolantes de antes; con candado, para evitar que se lleven también los autos», apuntó un avezado investigador.

Fuente: Cadena 3

Información suministrada por la Oficina de Prensa de la Departamental Santa María.
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