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Ya son 21 fallecidos en siniestros viales: hasta dónde llega la imprudencia

Un informe registra menos delitos y más muertes viales durante 2024 en Córdoba

Aún no se cumplió un mes del 2025 y Córdoba ya acumula 21 muertes en siniestros viales. La imprudencia al volante y el debate sobre la responsabilidad de los conductores están en el centro de la discusión social.

En un fin de semana fatídico en materia de siniestralidad vial, al menos 11 personas murieron y otras varias resultaron heridas en distintos choques ocurridos en la provincia de Córdoba. Las víctimas circulaban en autos y motos. Las tragedias ocurrieron en rutas y en curvas. En lo que va de 2025, ya fallecieron al menos 21 personas en distintos siniestros viales en Córdoba. La mayoría de los episodios sucedió en vías de alta velocidad, como parte de una constante que ya pasó en 2024.

Fin de semana trágico en Córdoba: once fallecidos en las rutas cordobesas

El desastre vial mayor se registró en la tarde del domingo en la ruta provincial E-34, en las Altas Cumbres, donde cuatro personas murieron y otras dos, entre las que había un bebé, resultaron heridas al chocar de frente dos automóviles.

Por otro lado, un motociclista murió en la siesta del domingo tras chocar de frente contra un auto en la ruta provincial 16, a la altura del paraje Sauce Punco, en el departamento Tulumba.

Ya son 21 fallecidos en siniestros viales: hasta dónde llega la imprudencia

A todo esto, dos hombres murieron y otros dos resultaron heridos, en la mañana del domingo, como consecuencia de un choque frontal entre dos autos en la ruta provincial 28 en cercanías de Tanti, en Punilla.

Ya son 21 fallecidos en siniestros viales: hasta dónde llega la imprudencia

Asimismo, una mujer falleció atropellada por un auto luego de salir despedida de una moto que, instantes antes, había chocado contra otro coche en la ruta nacional 38 a la altura de la localidad de Capilla del Monte, en el norte del valle de Punilla.

El mismo sábado, a las 4 de la mañana, una joven de 16 años perdió la vida y un muchacho de 18 terminó con heridas luego de que el automóvil, en el que iban, impactó contra un camión en la ruta nacional 8, en Río Cuarto.

Por otro lado, en la madrugada del sábado dejó de existir un joven de 25 años que se encontraba internado en gravísimo estado en el Hospital Pasteur, de Villa María, tras chocar con su moto contra un camión. La colisión sucedió en la ruta nacional 9 sur a la altura de Tío Pujio.

Por último, un joven de 21 años perdió la vida en la madrugada del domingo tras recibir un golpe de una rama que se desprendió de un árbol mientras iba en moto en medio de la tormenta en la localidad de Colonia Caroya.

Fuente de este apartado: La Voz del Interior

Cifras alarmantes en lo que va del 2025

Sin dudas que esta cifra es alarmante por los pocos días del año que llevamos. A raíz de esto, se ha generado un debate en la sociedad sobre las causas de estas tragedias y cómo prevenirlas.

Es bien sabido que Córdoba invierte en infraestructura vial. Muchas rutas han sido ensanchadas, mejoradas y modernizadas, convirtiéndose en corredores más cómodos y seguros para los conductores.

Sin embargo, esta mejora no ha traído consigo una reducción en los accidentes fatales. Por el contrario, la combinación de mejores rutas y conductores imprudentes parece haber creado una mezcla más que peligrosa.

Las rutas pueden ser las mejores, pero si uno cruza en doble línea amarilla, el resultado es una tragedia. Este tipo de comportamientos pone de manifiesto que no es suficiente tener una buena infraestructura si no se acompaña de educación y conciencia vial.

El factor humano: prudencia o imprudencia

El punto de mayor discusión es la responsabilidad de los conductores. Muchos opinan que las buenas condiciones de las rutas llevan a algunos automovilistas a confiarse demasiado, aumentando la velocidad o realizando maniobras peligrosas como adelantamientos indebidos o conducir bajo los efectos del alcohol.

Creemos que podemos andar a cualquier velocidad porque hay buenas rutas, pero la realidad nos golpea cuando un error humano termina en muertes. Las rutas no son culpables; lo son quienes manejan de forma irresponsable.

El debate social

La discusión también se extiende a los derechos y responsabilidades al volante. «Quien salga a manejar puede hacer lo que quiera con su vida, pero no tiene derecho a poner en peligro la de los demás».

Esta postura es la que más se repite acerca de la magnitud de estos siniestros viales y resume el enojo y la impotencia de muchos ante la recurrente irresponsabilidad en las rutas.

El debate gira en torno a hasta dónde llega la autonomía de cada uno y cuánto debe prevalecer la protección del bien común. En un contexto donde la mayoría de los accidentes fatales han sido producto de imprudencias como adelantamientos en doble línea amarilla o exceso de velocidad, la pregunta no es sólo qué tan buenas son nuestras rutas, sino qué tan responsables somos al usarlas.

Hacia un cambio cultural

La reflexión final que hacemos es que mejorar la seguridad vial no depende exclusivamente de infraestructura. Es necesario un cambio cultural, que implique educar desde temprana edad sobre normas de tránsito y fomentar una actitud de respeto hacia la vida propia y la de los demás.

El verdadero cambio dependerá de cómo los ciudadanos asumimos la responsabilidad al volante. Las rutas son el escenario; la prudencia, la clave para evitar que sigan siendo el lugar de tantas tragedias.

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