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¿Vos cómo lo ves?

¿Vos cómo lo ves?. Hoy: «Vivir sin límites ¿Se podrá?»

¿Vos cómo lo ves?. Hoy: "Vivir sin límites ¿Se podrá?"
Lic. Patricia Orofino (*) Psicopedagoga Psicoterapeuta Familiar
Mat. 5108-76

Estamos viviendo un espejismo de lo ilimitado, de lo infinito. En este tiempo de globalización en el cual se borran las fronteras, se acortan las distancias de tiempo y espacio, pensamos que todo lo podemos.

Es más, el hombre ha creado robots… un símil del humano que puede llegar a convertirse en un Superhombre… ¿hasta dónde llegará ese límite?

Aunque no lo aceptemos, la vida sí o sí nos pondrá frente al límite y se encargará de demostrarnos que somos limitados por nuestra propia humanidad. La edad nos pone un límite y obviamente el de la finitud… que es la muerte.

Al ritmo vertiginoso que va el mundo y con todos los avances que hacen a la evolución; ¿podremos permanecer centrados en nuestro eje? ¿O necesitaremos un límite que nos proteja?

Respecto del avance tecnológico de la Inteligencia Artificial, quizás el límite estaría dado por la ética y leyes de regulación. Pero en nosotros, en la vida diaria ¿te animarías a decir No?

Personalmente diría que no es tan fácil… a veces se puede y otras no. Cuesta más cuando se juega lo emocional, el afecto, cuando tratamos de responder a las expectativas de los otros y no podemos delimitar nuestro propio deseo… y es ahí entonces, cuando enfermamos.

No somos héroes

Muchos son los ejemplos de personas que siguen una carrera que no desean o que quizás sus recursos intelectuales no son suficientes para ello, pero la continúan para cumplir el deseo de sus padres.

Magdalena estaba recién casada y quería estudiar Filosofía… su pareja le decía que no le convenía argumentando que no iba a encontrar trabajo fácilmente, que ganaría poco dinero… ella se sometió a ese mandato y eligió sin estar segura de su deseo, una Tecnicatura en Informática. Hoy en día está bien económicamente pero… no es lo que la hace feliz.

¿Por qué Magdalena no pudo poner el límite en su momento? Quizás sea el miedo a no ser querida lo suficiente. En este caso cabe preguntarse ¿me defino por lo que el otro me dice? o ¿me defino por lo que yo quiero?

Todos tenemos un talón de Aquiles y a través de este, otro puede intentar manejarnos y nosotros no sabemos cómo defendernos.

Hay entonces que averiguar cuál es ese talón para enfrentarlo; si el caso es el miedo a lo que otros piensen de mí… a las habladurías… o a no herir al otro.

De esta forma, no nos dejaremos empujar a un lugar que no queremos, que nos debilita y nos empequeñece.

¿Qué pasa si alguien está invadiendo nuestro espacio?

Ocurre que cuando dejo que el otro me invada demasiado y que traspase mi límite, en algún momento uno puede darse cuenta y ponerse agresivo, diciendo ¡Basta!. Se siente una violencia interna porque uno ha dejado que eso sucediera.

También puede ocurrir que uno se sienta usado como en el caso siguiente:

Elena estaba divorciada. Su ex marido estaba desocupado pero no se ponía en marcha para conseguir  trabajo. Cada tanto le pedía dinero y ella se lo daba, pero se quedaba con mucha bronca y rabia. En este caso, Elena tendría que  ponerse en contacto con sus sentimientos de bronca, escucharse y así entender lo que el otro estaba haciendo para poder poner el límite adecuado.

¡Hay que confiar en lo que uno va sintiendo!

La otra cara del límite

Hay personas que se ponen tantos límites que tienen miedo a expandirlos y de tanto delimitarse no se ponen en movimiento, ni descubren su potencial. Esto tiene consecuencias negativas porque ese límite, que es nocivo, los llevará al aislamiento y a la amargura.

Pero, en otro extremo está la completa falta de límites. Sabemos que el ser humano necesita leyes, instrucciones, que le permiten sentirse y desenvolverse en un entorno seguro.

Nos relacionamos con los demás a través de los límites, que separan y protegen. Delimitan los espacios privados y la tierra propia y ajena. Nos re encuadran sabiendo hasta donde son nuestras posibilidades. 

Necesitamos humildad para reconocer nuestros propios límites.

El que está bien delimitado actúa sin permitir que le digan lo que tiene que hacer.

El filósofo John Locke hace 300 años escribió lo siguiente: “Donde no hay ley no hay libertad. Pues la libertad ha de ser el estar libre de restricciones y la violencia de otros, lo cual no puede existir si no hay ley; y no es una libertad para que todo hombre haga lo que quiera. Pues ¿quién pudiera estar libre al estar dominado por los caprichos de todos los demás?”

                                                                                    ¡Que tengan un muy buen fin de semana!!

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