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¿Vos cómo lo ves?

¿Vos cómo lo ves?. Hoy: «Relaciones de parejas… Las Máscaras del Amor»

¿Vos cómo lo ves?. Hoy: "Relaciones de parejas… Las Máscaras del Amor"
Lic. Patricia Orofino (*) Psicopedagoga Psicoterapeuta Familiar Mat. 5108-76

Sabemos que de hecho, las relaciones de pareja van variando a lo largo de los tiempos según los mandatos, costumbres, códigos…

Claramente, no es lo mismo cómo iniciaron y establecieron vínculos nuestros abuelos y padres con la manera actual de vincularse. También la forma de relacionarnos cambia según la edad en la que iniciamos esa relación que nos complementa.

Alguna vez nos hemos preguntado:

¿Cómo llegamos a elegir lo que elegimos?

Creo que la mayoría, y me incluyo, respondería negativamente esa pregunta. En general, este cuestionamiento llega cuando la relación ya está en franco deterioro.

María está de vacaciones en un pueblo costero. Pasea ida y vuelta por la misma larga calle céntrica como se acostumbra en esos lugares. Dando uno de esos paseos, ella pasa por un bar donde se juntan varios hombres a charlar, y ve a un hombre más joven que le gusta (Pedro); él estaba leyendo el diario. Como ella pasa varias veces, Pedro la mira una vez y vuelve indiferente la mirada a su lectura; mientras que los otros hombres comentan lo linda que es y la siguen admirando.

A María le molesta que justamente Pedro la ignore; por lo tanto, esta actitud la incita a provocarlo en lugar de alejarse. Por otro lado los otros hombres le insisten a Pedro para que la siga. Finalmente, él se acerca a ella y la invita a un café.

Hasta aquí el comienzo de un encuentro “amoroso” que terminó en una convivencia, que podría llamarse “tormentosa.”

Pedro, pasado los momentos idílicos de la relación, comenzó a descalificar casi todas las cosas que hacía María…se violentaba con ella verbalmente, pero también se comportaba seductoramente cuando quería conseguir aquello que deseaba.

Por su parte María, se convirtió en un ser dependiente de su pareja, indecisa hasta en cuestiones meramente cotidianas. Un día Pedro dejó de prestarle atención y esta indiferencia hizo que ella empezara a celarlo cada vez más, lo cual terminaba siempre  en grandes peleas.

Y así, quedaron atrapados en una red enfermiza de la cual es muy difícil salir sin algún tipo de ayuda. Es un círculo vicioso, donde dos integrantes están bailando la misma danza una y otra vez; la misma vieja pelea.

Lo Pasado… ¿Pisado?

En el caso relatado de María y Pedro habría que observar cuál ha sido el patrón de comportamiento aprendido durante la infancia de ambos, dado que al entrar en una relación, repetimos inconscientemente esos patrones.

Para descubrir ese patrón, la idea no es mirar atrás y acusar a nuestros padres, sino entender cómo fueron nuestras relaciones en el pasado y cómo cambiarlas; es comprender qué es lo que no aprendimos pero estamos a tiempo de hacerlo de adultos.

El tema del Aprendizaje no solo está referido a los niños cuando tienen “problemas de aprendizaje” en la escuela, debido a ciertas dificultades en la comprensión por ejemplo. Sino que los adultos muchas veces tenemos que seguir aprendiendo de nuestros errores para no repetirlos una y otra vez. 

María vivió en un marco familiar en el cual existían peleas frecuentes, en donde los celos y la desvalorización hacia uno u otro de los padres entre sí, eran moneda corriente. Por su parte  Pedro, padeció la frialdad en el trato de parte de su madre y la violencia del padre, sumado a sus ausencias reiteradas.

Es muy posible entonces que con esos aprendizajes vivenciados en la niñez, ellos hayan repetido esos modelos.  

Celos…  me destruyo, te destruyo               

El psicólogo Norberto Levy dice “uno siente celos en relación a aquellas áreas en las que uno se siente más inseguro”

La madre, figura de apego inicial es sustituida por otra persona en la adultez, necesitando como en aquel entonces una seguridad psicológica.

Con mucha frecuencia tanto los celos como la violencia a la que se llega por ese camino, son patológicos y son dos caras de la misma moneda. De ésta forma, se puede llegar a consecuencias trágicas como vemos actualmente en los homicidios.

El celoso patológico es posesivo e intenta disponer de su pareja como si fuera un objeto de su propiedad. La persona celosa no tiene paz; siente desconfianza de todo y todos… esto es una forma de auto rechazo destructivo. En realidad los celos encubren el miedo ante la posible pérdida de una relación.

Los celos se curan cuando uno deja de ser enemigo de sí mismo e inicia un camino de aprendizaje y crecimiento; y cuando nos convertimos en personas autónomas, cuando no necesitamos apropiarnos del otro para existir.

¿Psicópatas?…Cayendo en la red

Cuántos de nosotros nos hemos relacionado con personas que se mostraron muy seductores, diciendo aquello que queríamos escuchar?

Este es uno de los rasgos que utiliza la persona con actitudes psicopáticas junto a la manipulación y la falta de culpa. Y el compañero ideal que suele caer en sus redes… es el llamado complementario necesario.

Es una persona con baja autoestima, que necesita de la aprobación del otro con tal ansiedad, que prefiere sufrir antes que la abandonen.

Entre ambos forman un perfecto circuito de enfermedad.

Estamos hablando de personajes cotidianos con esas actitudes, a los que podemos encontrar en el trabajo como un jefe déspota; un amigo seductor que luego descubrimos que nos utilizó para obtener algún beneficio, o bien con una pareja manipuladora.

Todos ellos carecen de empatía sin ponerse en el lugar del otro; los demás son objetos que maneja a su antojo… en cuanto la persona ya no cumple con sus expectativas, dejan de tener interés. No sienten remordimiento ni culpa; su autoestima es muy alta.

Tienen la habilidad de captar fácilmente las necesidades emocionales del otro, percibiendo sus debilidades y tratando de sacar “tajada” ya sea laboral, sexual o económicamente.

Para quien se cruza con éste personaje, las consecuencias pueden ser devastadoras.

El psiquiatra Marietan explica que la psicopatía no es una enfermedad sino una “forma de ser en el mundo”. Por  esa razón no hay tratamiento posible.

Pero sí lo hay para la complementaria, es decir su víctima.

Por eso es muy importante: si uno está en una relación así… ¡¡¡hay que buscar ayuda, porque hay salida!!!

“Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien las merezca no te hará llorar”

                                                                                       Gabriel García Márquez

Queridos lectores ¡que tengan una excelente semana!

Hasta el próximo domingo.

nakasone