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¿Vos cómo lo ves?

¿Vos como lo ves?. Hoy: Esclavos del “¡Lo Quiero Ya!”

¿Vos como lo ves?. Hoy: Esclavos del “¡Lo Quiero Ya!”
Lic. Patricia Orofino (*) Psicopedagoda Psicoterapeuta Familiar Mat. 5108-76

Me despertó el interés acerca de este tema, una charla con una amiga a la que le debo esta reflexión del apego al ¡todo ya, lo quiero ya!

¿Alguna vez nos hemos puesto a pensar qué nos estamos perdiendo en esta era de la inmediatez, del «lo quiero ya?

Vivimos en un mundo donde se esperan resultados inmediatos; todo tiene que ser fácil de lograr. Nos ponemos ansiosos e impacientes ante la espera de cualquier cosa… no toleramos hacer fila para pagar… esperar un colectivo… que el semáforo se ponga rápido en verde… y así en lo cotidiano podríamos seguir con miles de ejemplos.

Esa inmediatez que sentimos cuando deseamos lograr algo rápido y no sucede… deviene en  frustración. No soportamos la espera. Nuestra mente no la acepta e incluso no sabemos manejar el vacío que genera esa espera.

Antes de existir el internet, los celulares, las relaciones fugaces de las redes sociales… diría en otra vida, existía el anhelo… la expectación de recibir una carta de una persona querida y ese vacío de la espera era llenado por nuestros pensamientos. Y con la ilusión anticipada de aquello que íbamos a leer. Todo ello constituía un sentimiento de placer.

Es obvio que la generación actual no entiende esto e incluso si uno lo cuenta a los hijos o nietos, seguramente sería para ellos como remitirse a la edad de piedra. Y te dirían cosas como estas: “Hay que evolucionar” . O “Ahora tenemos lo que queremos enseguida y de todo el mundo”

Y sí, es cierto… facilita muchas cosas pero se han dejado de lado otras que nos permitían conectarnos con la emoción… estar cara a cara con los otros.

Tener acceso a casi todo nos acostumbra a lo instantáneo. Los niños por ejemplo, ya vieron todo en sus celulares.

Estamos en una época turbulenta en la que la novedad se lleva por delante a la reflexión. La mayoría de los hábitos adquiridos para enfrentar la vida, han perdido sentido.

Descartamos lo que tarda. Si le estamos contando a una persona algo que nos preocupa, se nos adelanta sin darnos tiempo a expresar lo que queríamos expresarle. Es la urgencia lo que impera: “Dale que estoy apurada”

Y nos pasa en general a todos no aguantar ver el siguiente episodio de una serie… se quiere verla de un tirón durante un fin de semana. No existe la expectativa de ver qué ocurrió…

Ahora, si enviamos un wasap y no nos contestan enseguida, nos preocupamos pensando qué pasará o si no le interesa a la otra persona lo que tengo que decir.

Parece que la tecnología va por un carril rápido y la vida cotidiana tiene sus tiempos de espera.

En esto de todo inmediato, hasta se aceleran los procesos naturales sin respetar su ciclo vital. Vemos hermosos tomates bien colorados, que luego al cortarlos están aún verdes… le han acelerado su propio proceso en la tierra.

Nada nos sorprende porque todo está al alcance. No tenemos tiempo para profundizar… se vuela sobre los hechos sin analizarlos debidamente.

Hasta comemos casi sin masticar, nos atragantamos sin digerir y esto es válido para todas las acciones que realizamos. Y hasta parece que las horas y el tiempo en general, corren más rápido que antes.

Nos preguntamos sorprendidos: “Ya estamos a finales de Marzo? Cómo pasó? Si recién volvimos de las vacaciones!»

¡Es como si el tiempo se hubiera acomodado para ir al compás de una vorágine que no sé aún a dónde nos lleva!.¿Hacia dónde vamos? Seguramente a no poder disfrutar… ¡¡¡no hay tiempo!!!

Hasta hacer el amor también debe ser rápido… sin degustar el placer, la conquista, la seducción.

¿Qué le pasa a la mente con la inmediatez?

Es interesante analizar lo que ocurre en nuestro cerebro gracias a la neurociencia.

La inmediatez impacta directamente en el desarrollo cognitivo. Afecta a la capacidad de asombro.

La corteza prefrontal es la que tiene que ver con la planificación, la síntesis y la inhibición de la conducta. Es la que nos permite pensar antes de actuar. Pero esto puede ser inhibido por las tendencias impulsivas, lo cual llevaría a la gratificación inmediata, o a no tolerar la frustración de un NO por respuesta. Lo quiero ya y a costa de lo que sea.

La consecuencia es el desasosiego constante que nos sitúa entre la necesidad de respuesta y el siguiente estímulo que será inmediato a la misma .El «lo quiero ya” y no tomarse el tiempo para analizar, influye en que no pensemos en las consecuencias que nuestra conducta pueda tener.  Y esto nos lleva a una sociedad cada vez más deshumanizada.

Lo que se produce en el cerebro es un constante bombardeo de información que invita a tener, consumir, haciendo que estos sean los valores con los que tenemos que regirnos. Así será muy difícil encontrar otra manera de ser y de estar en el mundo.

Esta forma de actuar mediante la inmediatez tiene que ver con la etapa narcisista de la fase del desarrollo, en la que no se ha producido la adecuada diferenciación de los otros. Por lo tanto, los otros existen en tanto cumplan con mis deseos.

El consumismo nos hace creer que allí está la felicidad y el bienestar. Somos esclavos de un nuevo celular, de un nuevo video juego, auto… como si fuera la panacea a nuestras dificultades.

¿Qué puede suceder si postergamos el deseo de obtener algo en lo inmediato?

Si lo postergamos podemos frenar a tiempo nuestros impulsos, podemos ejercitar la paciencia. Dilatar el placer y aprender a anhelar, a sorprendernos. Tener tiempo para profundizar lo que aprendemos; ¡mirar con atención lo que nos rodea y mirar nuestro propio ser sin perdernos en esa vorágine!

Nos da la facilidad del disfrute… de paladear lentamente un logro.

Nos podemos dar el permiso de pensar, planificar y sentir sobre nuestros propios estados emocionales. Tenemos la capacidad de empatizar con los demás y poder sentir lo que el otro siente. Y así liberarnos del apego y la esclavitud que nos propone el consumismo y el “Quiero Ya”

                                                                                              Hasta la próxima semana

                                                                                                                        ¡¡’A disfrutar!!

nakasone