La fundación destacó el rol indispensable de su equipo de voluntarios, quienes, con trabajo desinteresado y gran compromiso, hacen posible cada rescate. También cada recuperación y cada nueva oportunidad para los animales.
El pasado viernes, en contexto del Día Internacional del Voluntario, ADMA posteo un profundo agradecimiento a todas las personas que integran el núcleo más valioso de su labor: sus voluntarios. Son ellos quienes, sin esperar nada a cambio, eligen dedicar su tiempo y su esfuerzo al cuidado y la protección de los animales que más lo necesitan.
Desde la institución remarcaron que el voluntariado va mucho más allá de la ayuda concreta. Implica sostener una vida que estuvo al borde de caer, abrir caminos para que un animal encuentre una segunda oportunidad y estar presentes en lugares donde otros no llegan. Es una tarea silenciosa y constante que nace de la convicción de que siempre se puede hacer un poco más.
Cada rescate, cada curación, cada jornada de castraciones, cada adopción y cada noche de desvelo detrás de un animal enfermo son acciones que dependen exclusivamente del tiempo que estas personas deciden entregar. Un tiempo que, puesto al servicio de los demás con dedicación y cariño, se convierte en una herramienta que salva vidas.
La fundación reconoció que nada de lo que realizan sería posible sin el compromiso de quienes trabajan día tras día, impulsados por la empatía, la responsabilidad y la voluntad de transformar realidades. Su tarea deja huellas profundas tanto en los animales como en las personas que acompañan cada proceso.
“Gracias por ser parte, por confiar en esta causa y por permitirnos ayudar cada día un poco más”, expresaron desde ADMA. Un mensaje que resume el valor de cada voluntario y la esperanza que representan para la misión que sostiene la fundación.
