No es inocente, ni al azar, que en el día internacional del Orgullo LGBTIQ+ se presente en la Legislatura Provincial un proyecto para la inclusión laboral trans.
Luego de dos intentos de presentar proyectos de esta índole, fue introducido uno nuevo por diversas agrupaciones LGBTIQ+, junto con el apoyo de legisladores de Córdoba Podemos y de Unión Por Córdoba. Además se encontraban presentes la diputada del PARLASUR Cecilia Merchán, la diputada nacional por el Frente para la Victoria, Gabriela Estévez y la representante de Devenir Diverse, Ivanna Aguilera. Todos ellos estuvieron presentes esta tarde para demostrar su apoyo.
El único grupo ausente en la reunión, en la que se encontraban más de 60 personas, fue el partido Frente de Izquierda y los Trabajadores. En el día de hoy no sólo se presentó en la Unicameral sino que también en el Concejo de Deliberante de la Ciudad de Córdoba.
El proyecto prevé incentivos económicos y fiscales para las empresas privadas que contraten personas trans y travestis. Además sostiene que el 1% de la planta del todo el Estado Provincial tiene que ser ocupado por personas trans o travestis, cuando estas reúnan las condiciones de idoneidad para el cargo. Dispone además el proyecto de Becas para la capacitación laboral de esta comunidad y presupuesto del gobierno de la Provincia para campañas de difusión y de concientización.
Este proyecto se suma a las otras propuestas que ya están implementadas en otras localidades de la Provincia como Corral de Bustos y Bell Ville donde se contempla un cupo mínimo laboral de personas trans en la administración pública. Que irónicamente, al ser el cupo el 1% de la planta de personal, también significa que 1 persona trans está contemplada.
Entre los discursos, el más emotivo fue el de Ivanna Aguilera que destacó que le hubiera encantado poder estar sentada junto con muchas de sus compañeras, que hoy están muertas. Asimismo sostuvo la militante que la mayoría de las personas trans fueron asesinadas ejerciendo la prostitución. Sostuvo que “nadie quiere ser puta” y que no pueden trabajar más así, que necesitan ser incluidas/os.
“No queremos ser un número meta del Estado ni de los sindicatos ni de los partidos políticos; no queremos ser numeritos, nosotras queremos participar. Queremos que abran el espacio porque nosotras también militamos y hacemos política.”
“Las compañeras necesitan del trabajo, no queremos fotito de diversidad porque después de esto nos van a seguir matando por eso es urgente a los compañeros y a las organizaciones políticas que salgamos a militar esto. Que lo trabajemos porque urge que las compañeras dejen de morirse y puedan tener el derecho que a cualquier ser humano le corresponde, el derecho a trabajar.”
La idea principal reinante en la reunión es la invisibilización de todo un colectivo existente que no puede satisfacer su derecho constitucional al trabajo. Y en palabras de Aguilera. “Hay que visualizarlo porque lo que no se nombra no existe y lo que no existe se diluye. Nosotras existimos y resistimos”.
La otra cara de una misma realidad
Reboque es un chico trans de Cruz del Eje, al noroeste de la ciudad de Córdoba. Como muchos otros, pocos saben que es transgénero, y en una ciudad de 30.000 habitantes, muestra otro lado de la realidad del grupo LGBTIQ+. Allá los grupos de apoyo son inexistentes, y los de Córdoba Capital les queda lejos para poder recurrir a ellos.
“No, acá no hay grupos así. Hubo una marcha en abril en contra de la homofobia, en una plaza. Pero no me dejaron ir. Fuera de eso no hay nada, ni lugares que ayuden a las personas de la comunidad.”
Pero no significa que el mundo se pare; además que no hay grupos representativos de esta comunidad asentados en Cruz del Eje, la discriminación es fuerte en las ciudades chicas.
“A veces cuando voy con mi novia caminando por la calle, las personas me miran mal. No sé cómo explicarlo, siento que me miran demás. No participo en manifestaciones porque vivo lejos de donde se hacen y además mi mamá no me deja ir porque dice que es peligroso, y es verdad. Hay gente que va infiltrada a la marcha y pueden llegar a agredirnos, la gente lamentablemente responde todavía muy mal.”
Por Felipe Aliaga y Clara Ferrer
