El 13 de julio fue el día del escritor. Un día después, te dejamos una serie de cuentos de uno de los mejores literarios argentinos. A continuación, los relatos del escritor Julio Cortázar.
Un 13 de junio de 1874 nacía el escritor Leopoldo Lugones, un artista literario que marcó la vanguardia del género a finales del siglo XIX. Fue Lugones, en 1928, el fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Escritores; una entidad que declara esta fecha en honor al cuentista.
Pero elegimos este día para recordar a un escritor un tanto más contemporáneo; y también reconocido como uno de los más grandes narradores de la historia argentina. El creador de los Cronopios, de la Rayuela y de tantos éxitos más, que marcaron una era completamente distinta. A continuación, unas recomendaciones de –según nuestra visión- las mejores obras ‘cortas’ de Julio Cortázar.
Casa Tomada
Publicado originalmente en 1947 en Los Anales de Buenos Aires -revista dirigida por Jorge Luis Borges-, el relato abre el primer libro de cuentos de Cortázar, Bestiario. Un texto que nos introduce al verdadero estilo del autor. Casa Tomada parte de un sustento realista que va introduciendo poco a poco elementos fantásticos. La historia gira en torno a dos hermanos que cuidan una vieja casona, la que deben abandonar una vez que es tomada por extraños, de los cuales no se sabe mucho. Atrapante y misterioso, un relato que no podes dejar pasar. Leelo acá.
La continuidad de los parques
Otro de los maravillosos relatos de Cortázar; que juega con la atención del lector y que pone su lectura en jaque. Uno de los cuentos más clásicos del literario, que a menudo se presenta como una muestra de su habilidad para cruzar historias en un mismo relato. Destacado por su prosa y el manejo del ritmo casi rayando en la poesía. «Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo». Imperdible. Leelo aquí.
El perseguidor
Se trata de una narración contada desde el punto de vista de un periodista que entrevista al artista de jazz Johnny Carter (inspirado en Charlie Parker), quien pasa por una etapa decadente, viviendo en una habitación de hotel, sin saxofón. Cortázar, un melómano que disfrutaba del jazz, juega con el ritmo, las repeticiones y las palabras al modo de un solo que despliega con todo su virtuosismo literario. «Pasado mañana es después de mañana, y mañana es mucho después de hoy. Y hoy mismo es bastante después de ahora, en que estamos charlando con el compañero Bruno y yo me sentiría mucho mejor si me pudiera olvidar del tiempo y beber alguna cosa caliente». El relato acá.
Finalmente, no podemos dejar pasar su tradicional libro «Historias de cronopios y de famas«, una especie de divertimento, casi como un conjunto de sueños y maravillas en los que autor argentino muestra el profundo sentido lúdico que puede tener la literatura.
«Historias de cronopios y de famas« es una recopilación de sesenta y cuatro textos cortos repletos de sarcasmo e ironía escritos en un lenguaje sencillo y claro. Está dividido en cuatro partes. El primero, un Manual de instrucciones donde el escritor ofrece indicaciones para ejecutar acciones cotidianas y repetitivas, como puede ser el de dar cuerda a un reloj o el de llorar. Ocupaciones raras retrata la manera de ser y actuar de una extraña y amplia familia, así como sus delirantes aventuras. Material plástico reúne textos de asuntos diversos, siempre dentro del universo mágico y absurdo de Cortázar. Y finalmente, la última sección donde se describen algunas anécdotas de tres grupos protagonistas en los que representó a los convencionales, a los conformistas y a los soñadores.
