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La historia de Antonella: «Vivir afuera es valerte por vos mismo ya que al final del día estás solo»

La historia de Antonella: "Vivir afuera es valerte por vos mismo ya que al final del día estás solo"

En esta sección te invitamos a conocer las historias de aquellos altagracienses viviendo en diferentes partes del mundo. Hoy dialogamos con Antonella quien hace más de un año que está recorriendo el mundo. Anteriormente vivó en Andorra y ahora está en Italia, dos países europeos cautivadores. Durante su travesía, no solo absorbió las riquezas culturales de estas tierras, sino que también se sumergió en la diversidad laboral, desempeñándose en roles que abarcaron desde una acogedora cafetería hasta la cocina apasionada de un restaurante.

Antonella nació en Alta Gracia y parte de su infancia y adolescencia las vivió en nuestra ciudad. Mientas estudiaba su carrera universitaria decidió dar un giro a su vida y viajar a otra parte del mundo. Lo que la motivó fue el pensamiento de: “si no lo hago ahora que soy chica, cuando lo voy a hacer”.

Es así como resolvió pausar sus estudios y con mucho miedo e incertidumbre salir a conocer el mundo, nuevas culturas, nuevas experiencias y nuevas personas.

«En todo este proceso surgió la posibilidad de tramitar la ciudadanía italiana y eso termino de motivarme a vivir la experiencia. El proponerme un nuevo propósito, conocer e ir a buscar lo que un día mi antepasado tuvo que renunciar».

La historia de Antonella: "Vivir afuera es valerte por vos mismo ya que al final del día estás solo"

La joven vivió en Andorra seis meses y contó que Andorra fue el medio para poder salir del país y conseguir su ciudadanía, ya que cuesta muchísimo. De ahí se fue a Palmi, ubicada en el sur de Italia donde estuvo desde mayo hasta septiembre.

«Una experiencia increíble. Desde septiembre hasta ahora estoy en Torino ya que me tuve que mudar de Palmi porque sólo hay trabajo en verano, después de eso el pueblo muere».

Café, comida y aventura: su experiencia laboral internacional

Antonella es estudiante de Ingeniería Civil, pero tuvo que suspender sus estudios momentáneamente para poder cumplir su sueño.

Sin embargo, en ambos países realizó diferentes trabajos para poder salir adelante. «En Andorra trabajé en una pasticceria/cafetería. En Italia primero de camarera y ahora estoy en un restaurante. Algo para resaltar es que los sueldos en el sur son mucho más bajos que en el norte, tal vez la mitad de lo que se gana acá en el norte».

¿Cómo es la realidad de conseguir trabajo y vivienda en el extranjero?

Conseguir trabajo y vivienda en el extranjero puede ser un desafío emocionante y gratificante. Pero también puede ser un proceso complicado que requiere planificación, paciencia y perseverancia.

En este sentido, señaló que conseguir trabajo desde su experiencia fue muy fácil ya que en los lugares donde estuvo establecida, tales cómo Andorra o Italia, fue muy afortunada al encontrar el día siguiente. «Solamente hay que tener predisposición e insistencia a la hora de salir a buscar».

«De todas formas, muchas veces es más fácil conseguir trabajo siendo joven ya que los mismos comerciantes a la hora de seleccionar su personal prefieren a alguien así antes que alguien más grande que tal vez tiene la experiencia. Hablo desde mi experiencia ya mucha gente que busco trabajo a la par mío tuvo que irse del lugar por no conseguirlo».

En cuanto a la vivienda, relató que es algo más complicado si uno no cuenta con un sustento de dinero alto para un piso o un mono ambiente. «Muchos te piden un ingreso de más de 4.500 euros en un piso para dos y si conseguís uno por un precio accesible tenes que estar mentalmente preparado para compartirlo con muchas personas que tal vez ni conozcas».

Para la altagraciense lo que sucede por lo general es que uno termina alquilando habitaciones en la casa de algún desconocido, e incluso en sitios bastantes usados. «No te piden depósitos ni garantías para entrar. Igualmente se aprovechan del temporero o extranjero ya que saben que no les queda otra que pagarlo o dormir en la calle».

Entre las cumbres nevadas y los paisajes italianos: crónicas de una joven en Europa

En primer lugar, Antonella declaró que lo que más le gusto de Andorra fue la seguridad extrema que había. «Le decíamos la burbuja ya que la tasa de inseguridad es 0%. En los 6 meses que estuve solo hubo 1 robo y cerraron prácticamente las fronteras hasta que lo encontraron a la media hora. Asimismo tiene paisajes hermosos y es un sitio con mucha tranquilidad».

De Italia, por el contrario, está siendo toda su amplia y exquisita gastronomía. «Hasta el día de hoy sigo impresionada de la variedad de comidas que hay, ya sea desde chocolates hasta quesos».

Andorra

Viviendo en Andorra, la joven disfrutó de un fácil acceso al trabajo y formó amistades que considera como familia. Sin embargo, la dificultad principal fue encontrar alojamiento. Se mudó en total 5 veces antes de optar por alquilar una habitación, la opción más accesible aunque no ideal y llegó a pagar hasta 2900 euros por un piso. A pesar de que el alquiler normal era de 700 euros.

«Aunque la mayoría de las personas fueron amables, enfrenté momentos difíciles debido a la barrera del idioma catalán y a prejuicios por ser argentina. En ese noviembre de 2022, los argentinos estaban mal vistos porque algunos habían causado problemas, desde subalquilar pisos hasta causar destrozos. Lo que generó tensiones en la comunidad».

Italia

Por otro lado, al mudarse a Italia vivió y trabajó en el sur desde mayo hasta septiembre ya que en estos momentos está tramitando la ciudadanía italiana en la región de Calabria.

Una crítica que Antonella le hace a este sitio donde se encuentra es que todavía hay mucho machismo presente. «Si bien estuve trabajando en la playa donde tuve jefes increíbles y la gente de ahí es demasiado cálida y está al pendiente que no te falte nada, me sentía como en el año 1800, ya que el tema del trato a la mujer me sorprendió muchísimo«.

«Las mujeres en pareja parecen relegar su vida normal para atender al hombre. Una vez vimos como un hombre golpeó a una mujer y nadie intervino, justificando con que son problemas de pareja. Estas situaciones generan impotencia, pero también hacen reflexionar sobre el progreso social en Argentina, destacando la necesidad de reconocer y abordar estos problemas».

Con respecto al clima, este es muy difícil de sobrellevar ya que no posee un punto medio. Oscila entre temperaturas muy frías y extremadamente calurosas. «Desde grados bajo cero en invierno hasta más de 40 grados en verano, la adaptación fue compleja. Sin embargo, la calefacción interior en invierno hace que la presencia de nieve pase desapercibida».

Asimismo, la altagraciense expresó que aprender el idioma fue inicialmente frustrante durante los primeros dos meses, con la impotencia de no poder expresarse fluidamente. La superación de este obstáculo se logró interactuando y trabajando con los italianos. «No puedo creer que ahora mantengo conversaciones fluidas. Todavía me falta mucho pero esto también es gracias a los italianos por enseñarme y corregirme».

«Tienen una cultura increíble. Al llegar me sorprendió muchísimo lo parecidos que somos en todo sentido, desde comidas y palabras hasta gesticulaciones. Su gastronomía es una de las cosas que más me encantan de Italia».

Para cerrar, declaró que el trato que tuvo y tiene como argentina siempre ha sido el mejor. De hecho, se siente muy afortunada por toda la gente que se cruzó en el camino. «Desde los jefes que tuve hasta los que me rodean, todos sean muy buenos y cálidos, siempre al pendiente que no me falte nada y que esté lo mejor posible».

Experiencias y recomendaciones para aquellos que tengan en mente vivir en otro país

Acerca de las experiencias y lecciones que le ha dejado el emigrar, Antonella explicó que viajar te hace independizarte inmediatamente al igual que valorar cosas a las que antes no le dabas importancia. Así, lo describe:

«Aprendés a manejar situaciones en un lugar diferente y en un idioma que no es nuestro. Como también aprendí a valorar cosas que tal vez en mi vida cotidiana no me daba cuenta de lo afortunada que era cómo compartir un mate con familia o amigos. Que me esperen con un plato de comida o el sentir que perteneces a un lugar«.

De esta manera, agregó que aunque conocés gente maravillosa que llega a ser como tu familia, hay que prepararse mentalmente para las despedidas. «Todos siempre emprendemos caminos nuevos y no sabemos cuándo nos volvemos a ver».

«Muchas veces uno piensa que vivir en el extranjero significa riqueza o tener una buena vida. Para mí significa perseverancia y lucha constante ya que muchas veces estamos a la espera de un abrazo que nunca llega. Solamente nos toca golpearnos la espalda y decirnos a uno mismo: ‘dale que vos podes’. El estar lejos te hace aprender a expresar el amor en palabras. Decir te quiero, te amo y él te extraño se vuelve imprescindible. Todo esto para mi es un auto desafío constante».

Finalmente, la altagraciense aconsejó que lo más importante de todo es ser organizado a la hora de planificar un viaje. Además recalcó que es de mucha ayuda llegar a ese destino con algún respaldo, ya sea una entrevista de trabajo, alojamiento pagado por un tiempo o un soporte financiero.

«Personalmente tengo la suerte de haber venida con mi mejor amiga y quieras o no es un poco más fácil que hacerlo sola, ya que estás más acompañada. La gente que viene sola la verdad que las admiro debido a que no es algo fácil de hacer y mantener a medida que pasa el tiempo«.

¿Volver a Argentina?

Toda persona que emprende un viaje para irse a vivir a otro país lejano y ajeno, lleva consigo en su memoria los recuerdos de los seres queridos que dejó atrás. La joven aseguró que extraña todo: desde el dulce de leche hasta todos sus seres queridos.

«El dulce de leche argentino, mis amigos, los asados de domingo con la familia y que mi papá me levante con unos chipa con queso. Los viernes de películas con mis sobrinos y los mates con mamá. El ver crecer a la familia por videollamada cuesta cómo también el saber que te estás perdiendo momentos importantes en la vida de ellos».

No obstante, ante la pregunta si planea regresar en algún momento, Antonella manifestó que una de sus metas es recibirse de Ingeniería Civil, por ende en sus pensamientos está presente el deseo de volver al país.

«Va más de un año y a medida que pasa el tiempo valoras otras cosas que tal vez antes no. Las cosas materiales dejan de importar y te das cuenta que es mejor los momentos simples como una tarde de mate con los tuyos. Empezas a poner en la balanza metas y cosas que podes resignar y lo que no«.

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