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La Educación sobre la Mesa

La Educación sobre la mesa: Nuevos colectivos, nuevos léxicos

Por Laura Iglesias (Especial para «La Educación sobre la Mesa»)

En una sociedad en constante trasformación, con alternancia de sus actores, roles, grupos, cánones culturales, también aparecen nuevos valores que concedemos a las expresiones verbales ¿Tergiversar o resignificar las palabras?

 La Sociedad nuestro punto de encuentro, por excelencia y destino sin en qua non. El lugar de confluencia de todos nosotros, sin distinción de edades, genero, etnias, religiones, roles, en fin, nuestro espacio en común en el que construimos día a día la cultura, la cual sustenta nuestra identidad. Como resultado de todos estos procesos culturales tienen cabida los colectivos: grupos de personas que comparten algo en común. Y dentro de este “algo en común” hoy nos ocuparemos de las palabras. Aquellas que de acuerdo al contexto y a caracteres identitarios, que hacen a la pertenencia de un idioma, se convierten en vocabulario afín de un acervo cultural.

Las palabras en el ámbito escolar

En actividades vinculadas al ámbito escolar, para acceder y conocer la definición, equivalencia o explicación de los términos que conforman el repertorio de una lengua, disponemos del uso del Diccionario, en donde a su vez estos términos están dispuestos en un orden determinado, Probablemente hoy el diccionario, se encuentre en el listado de cosas rotuladas como raras, ya que contamos con otras estrategias dentro del proceso de enseñanza aprendizaje para conocer y comprender el significado de las palabras, dentro de un contexto o situación circunstancial.  Este marco de referencia, hasta hace unas décadas, fue uno de los instrumentos que por excelencia lograba normar el empleo de la variedad, tan enriquecedora, de palabras que posee nuestro idioma y así poder expresarnos a través de los mensajes que a cada instante codificamos y decodificamos.

Las palabras más allá de las fronteras

En la actualidad, en un escenario de gran crecimiento demográfico mundial, nuestra comunicación se ve atravesada por las múltiples opciones de las plataformas digitales, que nos han abierto las puertas del mundo, desvaneciendo las barreras materiales, y generando espacios de encuentros virtuales, que nos permite vivenciar sensaciones de cercanía con el otro, compartir los acontecimientos sociales, visibilizar la expansión de movimientos culturales, que han dado lugar a la conformación de nuevos colectivos que trascienden las fronteras geográficas.

Podríamos decir que entonces como respuesta a este efecto surge un colectivo de palabras que se corresponde con una colectividad de personas. Las palabras nos acompañan, mutan como parte de este proceso universal de evolución y adaptación. La palabra adquiere vida propia, mas allá de su significado, cuando nos apropiamos de ella para expresarnos, de manera escrita o verbal. Apelamos a ella para enunciar ideas, un estado de ánimo, una necesidad, para ser aceptados, para diferenciarnos, para sentirnos “parte de”, para dar cuenta de que estamos presentes, hasta el silencio es palabra enmudecida.

Hoy nos encontramos con un holis y chauchis, para el saludo, con un todes para dar cuenta de una inclusión de género, de siglas que escoltan modismos etarios ATR (a todo ritmo) o un NNV (ni nos vimos), un buenardo para lo que está bueno. Estos son sólo algunos ejemplos que nos ilustran ciertas formas lingüísticas vernáculas.

Para responder a la pregunta inicial: ¿Tergiversar o resignificar? 

Tergiversar implicaría una interpretación forzada o errónea de un término, por otro lado, resignificar, en cambio, hace referencia a otorgar un nuevo significado, el cual está relacionado con una circunstancia, en un tiempo y lugar determinados. Para el caso de hoy, concluiremos en que las palabras adquieren una resignificación atribuida por el hombre, en la necesidad de acompañar los cambios culturales que se sucintan a medida que se suceden los años.

Llegando al final lo que seguramente compartimos es que LAS PALABRAS DEBEN FACILITAR LA COMUNICACIÓN EN UN MARCO DE RESPETO POR EL OTRO, QUE LOS VALORES EN SÍ MISMOS, NO VARÍAN SU SIGNIFICACIÓN DE ACUERDO A LAS CIRCUNTANCIAS: LA EMPATÍA, LA SOLIDARIDAD, LA HONESTIDAD, LA AMSTAD, entre otros, y se constituyen en pilares fundamentales para una sociedad con oportunidades para todos, todas y todes.  

Pedro Salinas dijo: «el hombre se posee a sí mismo a medida que posee su lenguaje«. Escritor, Filólogo y Filósofo. (1891-1951)

Les deseo un domingo de lujo, ATR.

nakasone