Por Germán Tinti (especial para Crónicas al Voleo)
Cada día, desde una discreta terminal del Aeropuerto Internacional McCarran, en Las Vegas, despegan y aterrizan aviones sin ningún tipo de identificación en su fuselaje. Sus pasajeros no son turistas ávidos de perder su dinero en los innumerables casinos de este luminoso antro de lujo levantado en el medio del desierto del estado de Nevada a raíz de la visión e iniciativa del mafioso neoyorquino Benjamin «Bugsy» Siegel (https://www.altagracianoticias.com/el-inventor-de-las-vegas/); ni siquiera comparten espacios con el público general. Ingresan y salen de la terminal aérea por sectores reservados y son sometidos a estrictas medidas de seguridad.
No existe ningún tipo de información oficial al respecto, pero –como sucede en todas partes– las versiones y los rumores se desparraman. Y, ante la falta de datos precisos, se convierten en la única versión de la historia. Y en la masa madre de las más exquisitas teorías conspirativas.
A esta misteriosa aerolínea que opera desde principios de la década de 1970 se la conoce como «Janet Airlines». El nombre «Janet» no es una denominación oficial reconocida para la empresa, sino el apodo que le han dado quienes la han investigado durante décadas. Correspondería a las siglas «Just Another Non Existent Terminal» (Simplemente otra terminal inexistente); o bien «Joint Air Network for Employee Transportation» (Red aérea conjunta para el transporte de empleados).
Según expertos, estos aviones transportan a empleados y contratistas del gobierno de Estados Unidos. Lo hacen a distintas instalaciones militares más o menos secretas en la región del desierto de Nevada. Entre ellas la super-archi-misteriosa Área 51.
La base aérea de los misterios
El Área 51, también conocida como Groom Lake o Homey Airport, es un destacamento remoto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos ubicado a unos 130 km al noroeste de la ciudad de Las Vegas que no fue reconocida por el gobierno norteamericano hasta el 29 de septiembre de 1995. Todo lo que allí ocurre se clasifica como Top Secret. Lo que pasa en el Área 51 se queda en el Área 51.
Como nos gusta decir, este secretismo sirve de abono para fertilizar los campos de las teorías conspirativas. Y alrededor de esta base aérea se desplegaron varias relacionadas con el fenómeno OVNI. Teorías que incluyen el almacenamiento, examen e investigación de una nave espacial extraterrestre; el estudio de sus ocupantes (vivos y muertos) y la manufactura de naves basadas en tecnología extraterrestre. También –se sospecha– se realizan tareas y estudios conjuntamente con seres provenientes del espacio exterior. Y el desarrollo de viajes en el tiempo y de la teletransportación.
Ni confirman ni desmienten
Pero volviendo a Janet Airlines, se sospecha que la empresa es operada por el contratista AECOM (una empresa multinacional de origen norteamericano con aproximadamente 51.000 empleados en todo el mundo) en nombre de la Fuerza Aérea estadounidense. Contaría con al menos once aeronaves, entre ellas seis aviones Boeign 737 de color blanco cuyo fuselaje está atravesado horizontalmente por una línea roja. También formarían parte de la flota cinco pequeños Beechcraft 1900 y 200C.
Consultado por BBC Mundo, el portavoz de la Fuerza Aérea de EE.UU. Benjamin Newell, aseguró que como sucede con todas las actividades relacionadas con el Campo de Pruebas y Entrenamiento de Nevada, en el que se encuentra el Área 51, no podía confirmar ni desmentir (que es una forma de confirmar) la existencia de Janet Airlines ni de ninguna aerolínea de similares características.
Ultrasecreto
Por su parte, Joseph Fitsanakis, profesor de estudios de Inteligencia y Seguridad Nacional de la Coastal Carolina University (CCU, por sus siglas en inglés), en Carolina de Sur, sostiene. «Janet Airlines combina dos aspectos de la inteligencia de EE.UU. que han sido poco investigados: Por un lado está el aspecto de la logística. Gran parte de la fortaleza de los servicios de inteligencia EE.UU. se puede atribuir al poderío de su logística. Me refiero a aquellos que se dedican al transporte de personal, a hacer que las comunicaciones sean seguras o a instalar casas seguras por todo el mundo».
Fitsanakis afirma que la única misión conocida de Janet Airlines es el transporte de personal desde Las Vegas a los campos de prueba de Nevada. Esos pasajeros serían personal de la Fuerza Aérea y de las empresas contratistas, como así también científicos del Departamento de Energía de los Estados Unidos, el organismo que está a cargo de todo aquello que se relaciones con la energía nuclear.
La seguridad ante todo
El investigador independiente Joerg H. Arnu –que estudia e investiga todo lo relacionado con el Área 51 desde la década de 1990– coincide con Fitsanakis en que, lo poco que se sabe de la aerolínea, se debe a que las autoridades no quieren comprometer la seguridad de los pasajeros que transporta. «Los que trabajan en el Área 51 realizan tareas consideradas de alto secreto y las autoridades no quieren que se conozca la existencia de Janet Airlines para evitar, por ejemplo, que estos sean seguidos cuando salen del aeropuerto de Las Vegas», explica, para agregar que «cada día en la pista de aterrizaje del aeropuerto se pueden ver hasta seis aviones Boeing 737 estacionados».
Según Arnu, dos tercios de la veintena de vuelos diarios que salen de la terminal se dirigen al Área 51 y un tercio al campo de pruebas de Tonopah; a unos pocos kilómetros al noroeste del secretísimo destacamento de la Fuerza Aérea, transportando diariamente a unas 1.500 personas. Para este experto la razón por lo cual se conoce tan poco y nada sobre la aerolínea que jamás vendió un ticket es el carácter de ultra secretas de las actividades que allí se desarrollan.
Tratado de confidencialidad
Según la publicación digital Business Insider, quienes acceden a alguno de los viajes que realiza la aerolínea firman un riguroso convenio de confidencialidad, lo cual coincide con la teoría de las altamente enigmáticas actividades que se llevan a cabo en el Área 51.
En el aeropuerto de Las Vegas y en las cercanías de Groom Lake hay fotógrafos apostados día y noche intentando obtener imágenes de esos misteriosos aviones de esta aerolínea con los colores de River Plate. A pesar del celo puesto por las autoridades militares para mantener el secreto, se pueden conseguir varias instantáneas de las aeronaves.
Mientas continúe el silencio oficial continuarán las teorías que transitarán el tortuoso camino que va de lo verosímil a lo absolutamente disparatado. Sabemos que las teorías conspirativas pueden ser divertidas hasta cierto punto. Pero siempre existe el riesgo de que se conviertan en un caballo desbocado imposible de controlar.
