Entre el 7 y el 9 de noviembre, Alta Gracia será sede del encuentro literario “Historias que dejan huella”. Se trata de un espacio que reunirá a escritores de distintos países de América Latina en jornadas de charlas, presentaciones y actividades. Entre las voces destacadas estarán Janeth Mero Bravo (Ecuador) y Ana Myriam (Puerto Rico/Estados Unidos). Ambas compartieron sus expectativas y la impronta que traerán al evento.
Janeth Mero Bravo: “Mi lugar de origen influye muchísimo en mi creación literaria”

La escritora ecuatoriana adelantó que gran parte de su producción está atravesada por su historia personal y las realidades sociales que la rodean. “Mi lugar de origen influye muchísimo en mi creación literaria, uno de mis libros tiene historia con testimonios reales, experiencias personales reflejadas en realidades sociales con mensajes de transformación y resiliencia”, explicó.
“Sin importar las estaciones debemos aprender a soltar el pasado para no terminar ahogando el futuro, superar obstáculos, alcanzar metas, mientras estemos con vida, vivir en agradecimiento y gratitud para seguir el camino”.
En cuanto al intercambio con otros colegas, Mero Bravo sostuvo que “me llena de mucha emoción poder físicamente compartir conocimientos con seres colmados de talentos y con la misma pasión para escribir historias. Encontrarme con compañeros que nos conocemos a través de la tecnología y unidos por la Editorial Somos Freelancers Cruz Bertolini, será de transcendental relevancia”.
Finalmente, destacó lo que significa participar en Alta Gracia: “Visitar esta bella ciudad significa para mí una gran oportunidad en mi carrera literaria y me satisface muchísimo compartir mis obras en un lugar tan importante donde se valora la palabra escrita”.
Ana Myriam: “Escribir es mi manera de honrar mis raíces”
Desde Puerto Rico, la escritora radicada en Estados Unidos también expresó la influencia de su tierra natal en sus relatos. “Nací en la Isla del Encanto, Puerto Rico, es un lugar lleno de contrastes: donde en un mismo día puedes ver el mar abrazando la arena blanca y, a la distancia, montañas verdes cubiertas de neblina. (…) Mis historias nacen de allí, de lo sencillo y de lo humano y de lo que realmente se siente desde lo más profundo del corazón. Aunque resido actualmente en Estados Unidos, escribir es mi manera de honrar mis raíces, y a mis padres”, aseguró.

“El mensaje que espero dejar a los lectores por mi paso por la ciudad de Alta Gracia es sencillo pero profundo; Dios no deja a sus hijos en vergüenza ni abandono. Quiero que se queden con esperanza y que, a través de mis palabras puedan sentirse abrazados, recordando que nunca transitamos solos en esta vida”.
En relación al espacio de intercambio con otros autores, la escritora lo definió como “más que un regalo, una bendición”. “Compartir con colegas y escritores de otros países es como abrir ventanas nuevas: la alegría de compartir su cultura, sus historias y su manera de mirar el mundo siempre enriquece. Y es que uno descubre, con cada intercambio, que la literatura y las historias no tienen fronteras”.
Al hablar sobre su visita a la ciudad, confesó que está muy emocionada. “Para mí, visitar Alta Gracia y compartir mi obra con el público local es un privilegio inmenso. Es tender un puente entre mis raíces y su cultura. Es abrir mi corazón y dejar que Alta Gracia lo llene de espiritualidad y gratitud. Estoy convencida de que me llevaré una huella imborrable y recuerdos inolvidables en mi corazón: un pedacito de su alma y nuevas páginas por escribir”.






