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Festival de la Televisión en Alta gracia: estrellas y mucho glamour

Festival de la Televisión en Alta gracia: estrellas y mucho glamour
Del archivo de Cosas Nuestras

«Y bueno, muchachos… ¿Cuánto necesitan?»

«Son seis millones de Pesos, Sr. Presidente»

«¿Y con tres no se arreglan?»


Así relata Cristian Moreschi en su Libro “Los Caminos de la Historia” el diálogo entre la Comisión de Turismo de Alta Gracia y el Presidente Arturo Illia, a quien habían ido a pedirle una ayuda para organizar la Segunda edición del
Festival de la Televisión
.

Pero la historia había comenzado un año antes, cuando ese grupo de vecinos, amantes y defensores de Alta Gracia, tuvieron la iniciativa de poner a la ciudad en el gran escenario nacional. El Festival de la Televisión hizo que el país hablara de Alta Gracia; fueron dos ediciones plenas de glamour, estrellas y música con lo más importante de la naciente pantalla chica nacional.

Los gestores

En toda gran gesta, hay pioneros que dejaron su trabajo, su tiempo y su dinero en llevarla adelante. Con Oscar Rodríguez Ares a la cabeza, aparecen en el recuerdo los nombres de José Florentino Fernández, Francisco Frau, Amador Morante y Jorge Donhoff entre varios más para conformar la comisión organizadora y llevar adelante el sueño.

Fueron Rodríguez Ares y un par más quienes viajaron en un Siam Di Tella a Buenos Aires a contactar a los artistas. Fueron ellos quienes negociaron, gestionaron y convencieron a las estrellas para que vinieran. Y sin pedir una moneda al municipio, utilizando su propio dinero, sólo por amor a la ciudad.

La Primera edición

Fue del 7 al 11 de abril de 1965, en los jardines del Sierras Hotel, con un escenario magnificente que semejaba una enorme pantalla de televisión y las escaleras del parque, haciendo de gradas naturales para el público. Con la conducción de Pinky, actuaron entre otros, Palito Ortega, Donald, Jhonny Tedesco, Néstor Fabián, Los TNT, Atilio Stampone, Alba Solís, Nicky Jones, Horacio Salgán, Raúl Lavié y Horacio Guaraní. Lo que se dice, un ver dadero lujo.

Al festival lo transmitieron los dos canales de Córdoba (10 y 12) y Canal 7 de Buenos Aires. Pero el glamour no alcanzó para que los números cerraran, a lo que también contribuyó la lluvia de las últimas noches, cuando debieron trasladar la fiesta al Cine Monumental. Pero este traspié no hizo mella en los organizadores, que redoblaron la apuesta para que el festival tuviera continuidad. Sabiendo que todo comienzo es duro, fueron por la segunda edición, que tuvo lugar en febrero de 1966.

Se va la segunda

Para conseguir los fondos necesarios, a través de Don Héctor Llorens, accedieron a una entrevista con el mismísimo Presidente Illia. El diálogo, el que reprodujimos al principio. Los muchachos consiguieron el dinero que necesitaban con la sencilla fórmula de pedir mucho para que les otorgaran algo. Y así, con los fondos necesarios, pusieron manos a la obra. Esta segunda edición buscó “profesionalizar” el Festival.

Se contrató nada menos que a Blackie (Paloma Efrón) como productora artística, se organizaron mesas redondas de ámbitos de debate sobre distintos asuntos de la televisión y nuevamente Alta Gracia estuvo en boca del país.
En el escenario, montado siempre en el parque del Sierras Hotel, pero esta vez junto al lago con la escenografía natural de los hermosos ceibos en flor, nuevamente hubo artistas de primerísimo nivel.

En la conducción, cada noche locutores distintos, parejas que combinaban a famosos de Buenos Aires con famosos de Córdoba. Así, esta segunda edición fue conducida por Pinky (que en realidad no pudo hacerlo por orden de Blackie), Antonio Carrizo, Guillermo Cervantes Luro, Carlos D´Agostino, José González, Enrique del Campo y Norma Landi, entre otros.

Esta vez fueron nada menos que ocho días a pura música. Las revistas de Buenos Aires se hicieron eco del festival y hasta APTRA instituyó los premios “Alta Gracia de Plata” para los artistas que se destacaran. O sea, estaba todo dado para que fuera un éxito total; porque si a todo ello le sumamos que en el escenario desfilaron artistas de la talla de Chico Novarro, Estela Raval y los Cinco Latinos, Atahualpa Yupanqui, Dringue Farías, José Marrone, Raúl Lavié, Diego Verdaguer y Ruth Durante junto a Ernesto Baffa, las cosa no podía fallar.

Como si fuera poco, aquel año se le dio lugar en la grilla de cada noche a artistas locales, que también brillaron en gran nivel. Como ejemplo, Los Runa, que estaban viviendo su mejor momento, y el Dúo Los Carditos, que a partir de estas actuaciones, y de la mano de Blackie (que quedó impactada con su actuación), lograron contratos en Buenos
Aires.

Durante más de una semana, la ciudad turística que pretendieron difundir aquellos pioneros, apareció con todo su resplandor en las redacciones y los sets de televisión de la Argentina. Alta Gracia fue tapa de la revista Gente, los mejores periodistas de espectáculos hablaron del Festival.

La tercera no fue la vencida

La idea de Rodríguez Ares y compañía fue seguir adelante, luego de aquel verano del 66. Sabiendo que había mucho por transitar, quisieron poner tercera en la historia… pero no pudieron. Apoyos económicos que no aparecieron, la turbulencia política de aquellos tiempos (golpe de Estado que derroca a Illia e instala en el poder a Juan Carlos Onganía), el cambio de mando en la municipalidad, con un intendente de facto, compusieron una partitura que no pudo interpretarse, y la idea de seguir con el Festival de la Televisión, terminó quedando trunca.

Saldos y retazos

Pero no con esto debiera pensarse que fue un fracaso. Muy por el contrario. Los objetivos primarios, de reinstalar a Alta Gracia en el mapa turístico de la provincia y del país, se cumplieron. Además, Rodríguez Ares y sus muchachos
dejaron en claro que con compromiso, amor por la ciudad, trabajo y honradez, todo se puede. Luego… luego las anécdotas.

Las de Pinky paseando por la ciudad, la de Atahualpa Yupanqui durmiendo en su auto porque no había lugar en el Sierras; la de Jhonny Tedesco perdiendo (vaya a saber en qué circunstancia) un anillo, y muchas más que rodearon el aura de oropel de la farándula que pasó por nuestra ciudad.

Quedó todo eso. Y la seguridad que el Festival de la Televisión es un mojón ineludible a la hora de narrar la historia turística de Alta Gracia.

nakasone