Ver jóvenes peleando a la salida de un boliche no es un espectáculo lindo para ver; más bien es una situación que debiera llamarnos a la reflexión como sociedad.
Si además quienes pelean son chicas, adolescentes, jóvenes a quienes no pueden separar ni personal policial ni de seguridad privada, las imágenes golpean más todavía. A todos nos molestan, nos duelen, nos shockean.
Pero negar que suceden situaciones como las del video que se ha viralizado, sería como pretender tapar el sol con una mano.
La noche de Alta Gracia lejos está de ser tranquila. Los controles no alcanzan y además, son criticados. ¿Habrá entonces que buscar en los hogares de algunos de los chicos que salen de noche las respuestas a una realidad que duele?
