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El primer negro del beisbol

El primer negro del beisbol
Por Germán Tinti (especial para Crónicas al Voleo)

El beisbol (del inglés baseball) es un deporte jugado por dos equipos de nueve jugadores cada uno. Básicamente, el objetivo del juego es golpear una pelota con un bate y correr por las tres bases dispuestas por el campo hasta llegar a la base inicial. Por su parte, el equipo que se defiende busca la pelota bateada para eliminar al jugador que bateó o a otros corredores, antes que estos lleguen primero a alguna de las bases o consigan anotar la carrera.

A pesar de que Homero Simpson, la única vez que vio un partido sobrio sentenció que «nunca me había dado cuenta de lo aburrido que es este juego», es uno de los deportes más populares en Estados Unidos, República Dominicana, Panamá, Corea del Sur, Cuba, Estados Unidos, Curazao, Aruba, Japón, Nicaragua, Puerto Rico, Taiwán, México y Venezuela.

Inicios del deporte

El primer club organizado de béisbol fue formado en 1842 por un grupo de jóvenes en la ciudad de Nueva York, encabezado por Alexander Cartwright, que llamó a su equipo Knickerbocker Base Ball Club (en Nueva York se llama Knickerbocker a los descendientes de los primeros colonos holandeses). En 1869 los Medias Rojas de Cincinnati se convirtieron en el primer equipo profesional.

En 1903 se fundó la Major League Baseball (lo que en las películas vemos como «Ligas Mayores»). Pero recién casi medio siglo debió pasar desde entonces para que un negro pudiera jugar en la elite del béisbol estadounidense (y, por ende, mundial).

Atleta destacado

Nieto de esclavos, Jackie Roosevelt Robinson nació el 31 de enero de 1919 en Cairo, Georgia. Era el más pequeño de seis hijos de un campesino que los abandonó seis meses después de su nacimiento. Poco después, su madre se trasladó a Pasadena, California.

De adolescente se destacó como atleta en el Pasadena Junior College, y años más tarde –ya como estudiante de la UCLA– también descolló en básquet, fútbol americano y béisbol. De hecho, fue el primer deportista en conseguir un título en la historia de la Universidad de California.

Algo habría en los genes, porque uno de sus hermanos, Mack, fue un consumado atleta que obtuvo la medalla de plata en los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, llegando después de Jesse Owens (https://www.altagracianoticias.com/el-amigo-aleman-de-jesse-owens/) para mayor disgusto de Adolf.

Vencer la discriminación

Para ese entonces, Jackie tenía en claro que si había alguna salida en una sociedad en la que la discriminación era ley fundamental (lo que lo rebelaba y le generó algunos problemas en la adolescencia) sería a través del deporte. Por si fuera poco, también brilló en tenis: en 1936 ganó el campeonato individual masculino junior en el torneo anual Pacific Coast Negro Tennis Tournament.

Pero antes de convertirse en una leyenda del deporte debió pasar por las fuerzas armadas. La Segunda Guerra Mundial lo motivó a alistarse y alcanzó el grado de teniente segundo, pero su negativa a sentarse en la parte de atrás de un colectivo (lugar adonde debían ir los negros) lo llevó ante una corte marcial, que lo absolvió de los cargos. El incidente lo decidió a pedir la baja, que obtuvo con honores.

Ligas menores

En 1945 Jackie Robinson se desempeñaba en la Negro League (Ligas Negras) en las que los afrodescendientes podían hacer lo que no les permitían en las Ligas Mayores. que jugaban bajo la regla de la segregación. En esta, los negros no podían jugar ni mezclarse con el público blanco.

Fue por esa época cuando Branch Rickey decidió contratarlo. Primero para que jugara en Montreal Royals, equipo canadiense de las Ligas Menores, adonde –con reservas y muchas dificultades– podían jugar algunos negros.

Enemigo de la segregación

Branch Rickey era un ex beisbolista que, una vez retirado de la práctica activa, desarrolló una exitosa carrera como manager y gerente ejecutivo de equipos como St. Louis Browns, St. Louis Cardinals, Brooklyn Dodgers y Pittsburgh Pirates.

Desde joven, Rickley estuvo en desacuerdo con la segregación racial y una anécdota de cuando jugaba y estudiaba en la Universidad Ohio Wesleyan lo pinta de cuerpo entero. Debían viajar para enfrentar a la Universidad de Notre Dame. En el hotel donde tenían reservaciones no dejaron hospedarse a Charlie Thomas, que era negro. «Tengo habitaciones para todos ustedes, excepto para él», dijo el encargado, sin atender los reclamos de Rickley, que finalmente llevó un catre a su habitación para que su compañero pudiera dormir allí.

En el documental «Baseball», de Ken Burns, Rickley cuenta que «Charlie estaba tirando frenéticamente de sus manos, tirando de sus manos. Me miró y dijo: ‘Es mi piel. Si tan solo pudiese arrancarla, me gustaría ser como todos los demás. ¡Es mi piel, es mi piel, Sr. Rickey!’ Ese día, quien sintió más vergüenza por el color de piel fui yo».

Ligas mayores

A Branch Rickey le gustaba el potencial que veía en Robinson, pero tenía una duda. Sabía que Robinson enfrentaría el ambiente hostil que debería soportar, tanto de los aficionados como, inclusive, de sus propios compañeros y de los rivales. Después de muchas conversaciones, Jackie le prometió que controlaría su temperamento ya que el objetivo era mucho más importante: derribar la barrera racial en el beisbol. Así fichó para los Montreal Royal, filial canadiense de los Brooklyn Dodgers, en 1946. Allí descolló y obtuvo el título de la Little World Series.

Al año siguiente, Robinson firmó contrato con los Brooklyn Dodgers y se convirtió en el primer afroamericano en fichar para las grandes ligas. El 15 de abril de ese año, luciendo el número 42, Jackie Robinson comenzó a destruir la barrera de la segregación en el béisbol profesional.

Debió, como le había anticipado Rickey, seguir soportando agresiones. Y lo que se aguantó no fue poco: cartas con amenazas de muerte, lanzadores que tiraban la bola hacia su cabeza y piernas,  receptores escupiendo en sus zapatos. Un intento de rebelión de algunos de sus compañeros, una amenaza de huelga por parte de los St. Louis Cardinals y gatos negros tirados al campo. Pero estaba consciente que su sola presencia allí era mucho más importante que cualquier otra reacción que pudiera poner de manifiesto.

Carrera exitosa

Sus notables actuaciones fueron inclinando a la afición de su lado y ese creciente apoyo sirvió para acallar las protestas racistas de dirigentes, periodistas y otros jugadores. Aquella histórica temporada la coronó recibiendo el premio al mejor novato del año.

En sus diez años en las ligas mayores llevó a los Dodgers a jugar seis Series Mundiales. También fue convocado en seis ocasiones al Juego de Estrellas. En diciembre de 1956 se trasladó a los New York Giants pero poco después anunció su retiro.

Alejado de la práctica deportiva, Jackie Robinson continuó su lucha en favor de los derechos civiles y en contra de la segregación, lo que lo llevó a relacionarse con personalidades como Martin Luther King, y los presidentes estadounidenses Dwight David Eisenhower, John Fitzgerald Kennedy y Richard Nixon.

Murió el 24 de octubre de 1972. En 1997, cuando se celebró el medio siglo de su debut en las grandes ligas, se retiró el número 42 de todas las chaquetillas de la MLB. El día 15 de abril ha sido declarado en Estados Unidos el «Jackie Robinson Day», en el que las Grandes Ligas de Béisbol y, especialmente, Los Angeles Dodgers, homenajean al primer negro en jugar en las ligas mayores de béisbol de Estados Unidos.

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