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Sociedad

El paradigma de lo “normal”

  Solemos escuchar frases como “es normal que te sientas así…” “es normal que reacciones así…” , “es normal que pienses así…”, y muchas tantas otras…

   Hace tanto tiempo que me replanteo ¿“qué es normal”? o ¿con qué parámetros medimos la normalidad”. He llegado a preguntarlo así a quién me lo ha manifestado y genera una situación de confusión.

   Este es otro factor que da fe de lo despacioso que venimos con lo que es la inclusión y la  aceptación de la diversidad. Se dice tanto pero se hace tan poco…

   Según la Real Academia Española, “normal: aplícase a aquello que se halla en su estado natural”, entonces, a mi manera de ver, todo estado natural tiene una transformación constante, una evolución – transformación y desarrollo de las cosas o de los organismos, a través de los cuales pasan de un estado a otro-, ni hablar de la especie humana. Consecuentemente, cada transformación es un “estado natural”

   A decir por lo que veo y vivo a diario, todo evoluciona de manera intensa y presurosa, pero ¿cómo cuesta romper las estructuras mentales que nos impiden la aceptación de lo diferente?, si al fin y al cabo, todos lo somos.   

   Crecimos con modelos de una época en que estaba prohibido lo diferente, lo “raro”, pero siempre estamos ahí los revolucionarios, los que luchamos contra estereotipos que sólo discriminan, estereotipos que sólo terminan desvalorizando sin derecho alguno, al resto. Y me atrevo a decir esto con conocimiento de causa, porque crecí de esa manera, donde la discapacidad sólo era “algo que le sucedía a otros”, la homosexualidad era “un sentimiento pasajero”, el divorcio “estaba prohibido”,  y así muchos más, fueron luchas internas donde me enfrentaba a lo que tenía incorporado con lo que realmente pensaba y sentía. ¿Y sabés por qué? Porque estaba en juego mi felicidad. 

   Como dije en mi primera nota, “SOFI rompió una estructura arraigada desde mi niñez por la familia donde crecí. Todo ese tiempo fui feliz de esa manera, hoy tengo un pensamiento mucho más abierto y eso me da muchas más posibilidades en esta sociedad mucho más amplia y abierta que épocas anteriores, sabemos que la diversidad existía pero estaba más oculta, me atrevo a decir que más reprimida, también.”

   Cuando entramos en crisis, es necesaria una mutación que nos obligue a cambiar para poder reacomodarnos a lo nuevo. Es parte del proceso de transformación. Hoy, nadie es igual que ayer, y pasaron 24 horas, o quizás menos tiempo… 

   Es necesario romper esa estructura del paradigma que tenemos respecto de lo normal, porque de lo contrario, nunca entenderemos el mundo en el que vivimos. 

   La realidad es que los tópicos, penosamente, continúan establecidos de una manera muy fuerte, socialmente no hay un lugar reconocido para la persona “diferente”, es ella quién día a día tiene que luchar por ese espacio. De lo contrario, habría, por ejemplo, rampas para personas en sillas de ruedas sin necesidad de tener que reclamar, cartas en los restaurantes en sistema Braile y semáforos para peatones con visión reducida o ciegos, y cuántos ejemplos más para nombrar, ¿verdad? Con esto refiero a que sean un hecho sin necesidad de tener que reclamar  o esperar a que la sociedad se decida a hacerlo sin presiones. Inclusive, presionando ocasiona un malestar por la negación de derechos como personas que son.

   En conclusión, si la ruptura de estructuras tiene que ver con la posibilidad de ser felices, ¿con qué derecho, al no romper cada uno de nosotros con esa construcción de “lo normal”, le estamos quitando, robando, “Si no puedes ser un buen ejemplo,  tendrás que conformarte con ser una horrible advertencia.” Catherine Aird. despojando la felicidad a otro? 

   Hasta la próxima nota.

nakasone